06/08/2024
SABÍAS QUE?
LOS CATRES no eran camas, ni tarimas ni camastros… tampoco eran catres de fierro… los catres eran de madera y lona y eran un práctico y rústico mueble para descansar el cuerpo… un mueble que se le ponía por aquí y por allá… que por lo común no tenía un lugar fijo… al catre se le desplazaba a la sombra de una pared, en pleno patio y se le movía para donde y cuando se quisiera… se le usaba para la siesta después de medio día o para dormir bajo las estrellas, a pierna suelta en las quietas noches de verano.
La faena empezaba así, sin más: barrer y regar el patio, estirar los catres, colocarles sábanas,el sarape o almohadas… nada más. La escena se completaba con una silla junto a cada catre, donde por lo común luego de platicar con un familiar o amigo, servía para colocar el pantalón y calzoncillos…por cierto, pocas veces una mujer se veía acostada en los catres… como que los catres eran más de los hombres que las mujeres...por eso siempre asociamos dormir en un catre en calzoncillos.
Cuatro patas en dos tijeras, tornillos en medio… dos bastidores, 2.20 de largo, lona de 2.10 por 1.10 de ancho, tachuelas y cartones y largas filas de madera para afianzar la seguridad de la lona de yute ,una fibra natural… el catre se extendía y se plegaba… era práctico, no daba mayor lata, todo era cuestión de tratarlo con cuidado.
Los catres duraban y duraban… hasta que, como dice el dicho, se los llevaba patas de catre y un día ¡Zaz! Se oía un porrazo cuando alguien se caía al suelo, pues la lona había dado de sí… por lo común se volvía a poner otra y nuevamente estaba en uso hasta que un día también las patas daban de sí y los bastidores que quebraban también.
Los catres eran siempre novedad… la novedad de mandarlos hacer a una carpintería, ir por ellos y sentir lo fresco de la lona extendida en el patio, en el corredor de la casa o a lo largo de la vieja pared… así cada año… hasta que cambió de costumbre, no porque dejó de haber lonas, o porque ya no haya veranos ni deseos de dormir a la luz de las estrellas si no lo que dejó de haber fueron patios, corredores y viejas paredes que nos daban sombra… dejó de haber mezquites en las casas y norias rodeadas de matas… lo que empezó a haber fueron familias que se encerraban en cuatro paredes y en vez de la frescura de la tierra regada y la hermosura de las noches, se pusieron los ventiladores y climas artificiales… un día, el último catre hizo ¡zaz! Y fue cuando el último patio se dividió en dos y tres partes y nadie más volvió a soñar con las estrellas frente a nuestra cara.
.com