19/03/2024
Todo comenzó cuando la presidenta honorífica del DIF de Huixtla, Georgina Coutiño Verdugo, que inventó un nuevo cargo: la presidenta honorífica del ayuntamiento.
La ambición cegada la llevó a dar este paso.Pues, según fuentes cercanas, fue una alianza oscura con el edil Gilberto Gramajo, un hombre que ha dejado mucho que desear al ser extremadamente complaciente y ser el títere de Georgina Coutiño, una figura que ha sembrado el caos en Huixtla.
Georgina, por su parte, ahora está saqueando al pueblo de Huixtla para financiar su campaña política, desviando recursos públicos destinados a obras y servicios hacia su propia causa.
Esto es un acto de total desprecio por los ciudadanos.
Y para colmo, en lugar de presentar propuestas concretas, Georgina anda diciendo que va a seguir el legado de Carlos Gam, pero la realidad es que la única que podría seguir el legado de Salazar Gam es su hija, porque recordemos que Georgina apellida Verdugo, una familia conocida por portar armas de fuego, dedicarse a la prostitución, ser alcohólica y problemática.
En fin, de lo peorsito que hay en Huixtla.
Además, se ha descubierto que está haciendo compras fantasma con la ayuda de su primo, Gamaliel Delgado Verdugo, desviando fondos públicos para su beneficio personal.
Ha estado saqueando al pueblo con la complicidad de su títere Gramajo, utilizando obras públicas para beneficiar a su tío político, Romeo Gam puon.
Sí, amigos, esto es corrupción en su máxima expresión.
Mientras tanto, el pueblo de Huixtla sufre las consecuencias de esta mafia política, con servicios públicos deficientes, falta de oportunidades y una economía en declive.
Pero, ¿quién se levantará para enfrentar a estos corruptos?
De quien tenemos más información, la daremos a conocer en los próximos días para desenmascarar completamente esta red de corrupción.
¡Espero que esta historia sirva como un llamado a la acción para todos los ciudadanos de Huixtla!
No podemos permitir que estos vampiros políticos sigan chupando la sangre de nuestro pueblo.
Ha llegado el momento de alzar la voz y exigir justicia.