22/05/2023
El curioso caso de “esquizofrenia político-electoral, dirigente del PRD, Carlos Martínez
Un verdadero asunto clínico parece afectar a quien mal encabeza desde el 2017 el negro destino del PRD en Puebla, Carlos Martínez Amador, quien, como en el libro de Robert Louis Stevenson, “El Extraño caso del dr Jekyll y el Señor Hyde”, primero aprobó en el Congreso local la privatización del Soapap y -varios años después y con la muerte del ex gobernador Rafael Moreno Valle – decidió tomar este asunto como tema de campaña, a pesar de que, por obvias razones, le será tremendamente adverso.
Carlos Martínez Amador está en campaña con un tema que aplaudió cuando, desde la Legislatura de Puebla y con mayoría panista-morenovallista, era lacayo de Rafael Moreno Valle. Y hoy, con un cínico oportunismo, quiere verle la cara a los poblanos con espectaculares que sólo muestran su corta memoria o nula vergüenza política.
Él seguramente sabe cómo se hicieron los contratos leoninos en aquella época y los candados que Moreno Valle y sus diputados pusieron para dificultar su cancelación en marzo de 2014, cuando el Congreso de Puebla autorizó el incremento en las tarifas del agua y privatizó el servicio, porque Martínez Amador era diputado local del PRD (del 15 de enero de 2014 al 15 de septiembre de 2018.
SIN CALIDAD MORAL O POLÍTICA PARA SACAR RAJA POLÍTICA CON EL AGUA
Pero hoy este personaje pretende montar una especie de “cruzada molera” con un asunto que, en su momento, él no solamente avaló con su voto y silencio, sino que ¡en 9 años nunca criticó, cuestionó o condenó, a pesar de que las fallas, insuficiencias y quejas de la gente contra la empresa concesionaria del agua han sido permanentes!: En un curioso caso de “esquizofrenia político-electoral, dirigente del PRD, Carlos Martínez, planteó consulta contra la privatización del agua
Con Martínez Amador cómodamente sentado en una curul parlamentaria, la entonces avasalladora mayoría morenovallista aprobó la privatización del agua en Puebla, le puso candados múltiples y costosos a la posibilidad de derogar la concesión y, durante más de 9 años, el representante perredista NUNCA se interesó en escuchar a los poblanos que se quejaron de la empresa.
Pero la realidad le aplasta y, evidentemente, ni él ni su partido tienen calidad moral alguna para medrar con este asunto, que tratan de revivir a pocos meses de que comience el proceso electoral del 2024: Organizaciones sociales siguen la lucha por la remunicipalización del agua en Puebla
CÓMPLICE PRIMARIO DE LA LENTA AGONÍA PERREDISTA EN PUEBLA
No es de extrañar que el perredismo nacional y poblano sigan extraviados. Desde la salida del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, el PRD se convirtió en un partido bizagra, comparsa, de baja categoría, como lo demostró su derrota en Michoacán, el ÚNICO estado que gobernaba con Silvano Aureoles: PRD, PAN y PRI llaman a TEPJF para que se actúe a favor del estado de derecho y no se valide la participación del crimen organizado en Michoacán
Y si a nivel nacional el PRD, propiedad de los “chuchos”, Zambrano y Ortega, está desaparecido, en Puebla su escenario es mucho peor, con una presencia irrisoria, como quedó demostrado en la contienda concurrente del 2021, cuando en Puebla capital obtuvo apenas 9 mil 544 votos y fue superado claramente por otros partidos basura, como el PT (14 mil 261), PVEM (17 mil 680), Movimiento Ciudadano (12 mil 221) y hasta Compromiso por Puebla (9 mil 661), según datos finales del Instituto Electoral del Estado de Puebla (IEEP).
La escasa votación perredista en la entidad no solamente refleja el NULO trabajo político-social de Jesús Zambrano-Ortega y demás burocracia de dicho partido, sino que el propio Carlos Martínez Amador y sus seguidores han sido INCAPACES de atraer a los poblanos, vincularse reamente con sus necesidades, luchas y causas: Silvano Aureoles y Carlos Martínez toman protesta a delegados políticos del PRD en Puebla
Para decirlo claramente: A nivel estatal, el sol azteca SOBREVIVE solo por la alianza con el PAN-PRI y, pese a ello, van al menos dos ocasiones en que su dirigente estatal se va de la lengua al externar risibles bravatas de que no necesita la coalición, cuando las cifras demuestran todo lo contrario. Una fue en agosto del año pasado, cuando vociferó que el PRD no le ruega al blanquiazul: Carlos Martínez Amador se pone “bravo” con el PAN para el 2024
SU CAMPAÑA, ¿NADA MÁS QUE UN MAL CHISTE O ABIERTA DESLEALTAD?
La otra fue peor, porque implicó una severa desubicación político-mental o grave deslealtad, cuando a principios de este mes Jesús Zambrano destapó a Carlos Martínez como presunto candidato a la gubernatura, a pesar de que el perredismo carece de influencia en el estado y de que desde hace tiempo se da por sentado que el más viable aspirante de una alianza opositora al gobierno de Puebla es el presidente municipal de la capital, Eduardo Rivera Pérez.
Además, la hija de Carlos Martínez Amador es directora del Instituto de la Juventud de Puebla capital, así que el autodestape del perredista solamente puede tomarse como un mal chiste o la peor deslealtad, que deja claro que este tipo de personajes no le sirven a Puebla, tampoco a su partido y mucho menos a quienes los aceptan como aliados, ya que su influencia político-electoral es marginal: PRD analiza si irá en alianza con PRI y PAN en los comicios extraordinarios: Carlos Martínez
Y, como puede verse con sus declaraciones cambiantes respecto a las elecciones del 2024 y la eventual participación perredista en una alianza, su confiabilidad es bastante discutible. Además, en las elecciones locales del 2021 Martínez Amador y su partido apenas fueron capaces de ganar -solos- 5 de los 217 municipios de la entidad (Tochimilco, La Magdalena Tlatlauquitepec, Huitziltepec, Chila y Atzizihuacán)
Por Roberto Desachy
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