12/11/2022
Piden campesinos de Huamuxtitlán y Alpoyeca a autoridades un molino de arroz comunitario
* Este grano fue el detonante de la economía en las décadas de los 60, 70 y 80 en la región conocida como La Cañada, y se desplomó a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)
Rosalba Ramírez García
Huamuxtitlán.- Campesinos de Huamuxtitlán y Alpoyeca demandaron al gobierno estatal y federal el apoyo para la compra de un molino de arroz comunitario para recuperar la producción de este grano que fue el detonante de la economía en las décadas de los 60, 70 y 80 en la región conocida como La Cañada, y que se desplomó a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
En este temporal, unos 90 campesinos sembraron arroz en 110 hectáreas, con una producción de 750 toneladas, pero tienen un padrón de 150 campesinos que podrían sembrar 300 hectáreas y producir 2 mil toneladas si tuvieran un molino comunitario, que de lograrse sería el segundo en el país.
Los productores organizados en la región informaron que actualmente los venden a 7 pesos el kilo de arroz a un molino en Cuautla Morelos.
De acuerdo con los datos que tienen los productores, comentaron que más del 80 por ciento del arroz que se consume en México se importa de otros países y que ni el 20 por ciento se produce en México.
En una reunión en el antiguo molino de arroz en la cabecera municipal, los campesinos informaron del proyecto que tienen para reactivar la producción, ahí un empresario local Hermilo Muñiz Nava se comprometió a donar una hectárea de terreno para la instalación del molino y el alcalde morenista Aurelio Méndez Rosales a gestionar ante los gobiernos estatal y federal recursos para la compra del molino.
Aurelio Méndez afirmó también que ha entregado ya solicitudes a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y directamente en al presidente de la República Andrés Manuel López Obrador en una visita que realizó a Guerrero, en las que ha planteado que se apoye a la región para detonar la producción del arroz, y que en una reunión el secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del estado Jorge Peto Calderón se comprometió a atender estas solicitudes en el presupuesto 2023.
En un recorrido en las parcelas los campesinos contaron que en las décadas de los 60, 70 y 80, hasta principios de los 90 fueron los tiempos de mayor producción y circulante de dinero, en los que “el trabajo valía”, el señor Servando Juárez contó que además del TLCAN, los campesinos padecieron dos fraudes consecutivos de un molino al que le entregaron su producción de arroz, pero ya no les pagaron.
Y en el último año que retomaron esta producción se encontraron con la limitante de falta de personas jóvenes que trabajen en las cosechas, y la trilladora (cosechadora) que lograron comprar con cooperaciones de los productores, otra parte que aportó el gobierno municipal y el apoyo de la Asociación Civil Congregación María Trinitaria en un millón de pesos no se da abasto para la cosecha del arroz en todas las parcelas por lo que muchos campesinos aún siguen azotando las espigas a mano en tinas para desprender el grano.
Otro de los productores, Salvador Ramírez explicó que tras la compra de la trilladora (cosechadora) ahora tienen el proyecto de lograr con el apoyo de los gobiernos federal, estatal y municipal la compra del molino de arroz, con lo que “tendríamos mejores ganancias por tonelada”.
Utilizan un molino ubicado en Cuautla, Morelos
El molino ubicado en Cuautla les paga a solo 7 pesos el kilo, y de acuerdo con la información que tienen, el molino vende a las empresas entre 24 y 26 pesos el kilo, las cuales lo empacan con diferentes marcas y en los centros comerciales se vende hasta en 60 y 70 pesos por 900 gramos, debido a que es un arroz grande y pesado que se utiliza para platillos como la paella.
Pero además los productores deben de absorber el flete de 550 pesos por tonelada, por lo que los productores destacaron que el tener el molino en la región evitaría no tendrían que pagar el traslado, y vender su arroz directamente a las empresas o tener una marca propia.
Otro de los principales problemas que destacaron, es que, tras la entrada en vigor del TLC, los campesinos dejaron de producir el arroz, y otros cultivos como el maíz y frijol no les generaban los mismos ingresos por lo que la región sufrió una migración importante de jóvenes a los Estados Unidos y ahora no hay jóvenes que trabajen en las cosechas.
Una trilladora puede cosechar al día dos hectáreas que son unas 15 toneladas de arroz, y a mano para esos mismos resultados requerirían el trabajo de 40 hombres, 20 por hectárea.
Molino nuevo o comprado de uso en EU
También informaron que un molino nuevo, con toda la estructura que requiere para su funcionamiento tiene un costo de 40 millones de pesos, pero de acuerdo al proyecto que están trabajando el costo se puede reducir hasta la mitad si se compra en Estados Unidos uno de uso.
El proceso por el que pasa el arroz en el molino es en un primer momento se les retira la cáscara a los granos, posteriormente se pulen para quitar la cutícula que los cubre puedan quedar blancos, después se dividen los granos en tamaños porque el más grande tiene un precio superior, también se vende aparte el quebrado y se produce harina.
Todos los campesinos coincidieron en que a pesar de ser productores desde la década de los 90 no han vuelto a comer el arroz que ellos mismos producen porque todo lo venden al molino en Cuautla para que sea procesado, empaquetado y vendido.
Un representante de productores, Leonardo Rodríguez Flores comentó que ha enviado también al presidente Andrés Manuel López Obrador cartas en las que pide que se apoye a la región con la compra de un molino, pero aún no hay una respuesta.
Por su parte otro productor de la comunidad de San Pedro Aytec, Pedro Cid Ramírez pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la gobernadora Evelyn Salgado “que volteen a vernos, porque este cultivo fue la base de la economía en la región de La Cañada, hoy queremos retomarlo, esta región es muy productiva, el arroz es de mucha calidad y le trajo mucho bien a la zona, un grano básico que hoy nuestro presidente demanda que nosotros sembremos”.
Y destacó que la producción de arroz actualmente no les deja utilidades, y que por el contrario tienen pérdidas y que logran sembrar cada año por el dinero que envían los jóvenes que migraron a los Estados Unidos.
Se exportaba a España
Los campesinos recuerdan las décadas de los 60, 70 y 80 como “la época dorada” de la producción de arroz en el municipio, que por ser “un arroz de calidad” era “bien pagado”, y se exportaba a España, incluso comentaron que había “coyotaje” porque llegaban decenas de compradores al municipio que iban a las parcelas a comprar el arroz directamente a los campesinos para venderlo al molino.
El alcalde recordó que las familias podían vivir de la siembra del arroz sin tener que emigrar “geográficamente tenemos ese punto óptimo para la producción de arroz, y comemos arroces que no valen la pena cuando tenemos uno de calidad (…) este es el cultivo que por excelencia le puede dar una mejor calidad de vida a la región”.
Porfirio De la Cruz recordó que fueron defraudados por molinos que acudieron al municipio por el arroz, pero ya no se los pagaron, por lo que insistió en la necesidad de un molino comunitario que les permita procesar su grano “pedimos que nos volteen a ver porque somos los que producimos, somos el puntal del pueblo, el sostén porque si el campesino no siembra, de donde van a comer los demás”.
Valeriano García Valbuena productor de San José Buenavista de Alpoyeca dijo que el molino es necesario porque los costos se elevan por el traslado del grano “si logramos este sueño de todos los productores a nivel cañada estaríamos mejor (…) al presidente le pedimos que nos ayude como lo ha hecho en otros estados donde los ha estado ayudando”.
La técnica social Alondra Sánchez Pérez y el técnico agroecológico Manuel Alejandro Álvarez Ramos, ambos del programa de Producción para el Bienestar que están en el esquema de acompañamiento informaron que su trabajo es precisamente el acompañar de manera integral el proyecto de los campesinos por el potencial que identificaron para la producción de arroz en la zona.
Sin embargo, destacaron que en el esquema que siguen los campesinos vendiendo su arroz al molino de Cuautla no es redituable y que por el contrario tienen pérdidas de 20 mil pesos por hectárea que se logró reducir con el uso de prácticas agroecológicas, pero continúa la necesidad de tener un molino para poder tener ganancias “no es un arroz cualquiera es calidad Morelos que por las características del clima y agua nos da un arroz demasiado grande y rendidor”.
Explicó también que los campesinos podrían pasar de “perder menos 20 mil pesos a ganar 100 mil pesos en una cosecha si pudiera maquinar su arroz y poderlo vender”.