22/09/2019
De la autoría de Paco Guerrero Garro
Ni Cuauhtemoc Blanco, ni Jose Manuel Sanz conocian lo que es Cuernavaca, lo que es Morelos, antes de que hubieran hecho el trato con los famosos hermanitos. No lo conocian fisicamente (tener casa en Cuernavaca de fin de semana, no califica para conocer nuestra tierra, nuestra gente), tampoco culturalmente, nuestras tradiciones, nuestras cualidades, nuestros defectos y mucho menos cultural o politicamente, digamos los usos y costumbres de los morelenses.
Llegaron, Blanco y Sanz, y a lo mejor es comprensible, escudados en una actitud de soberbia, que escondia el temor de enfrentarse a lo desconocido, de no saber a lo que se enfrentaban. Si, hay que decirlo, tuvieron que enfrentar los ataques embozados y abiertos, traidores y arteros de Graco Ramirez y Rodrigo Gayosso y el cartel que crearon. Pero sobrevivieron a tal grado que Blanco es hoy gobernador de la entidad, aunque, hay que decirlo, los tres años que gobernaron Cuernavaca pintaron mas da mediocridad que de eficiencia.
Pero, no es lo mismo gobernar Cuernavaca, una ciudad cosmopolita, mas de clases altas y medias, urbana, que el resto de la entidad, diferente, mas tradicional, mas bronco, mas apegado a las tradiciones sociales y politicas, mas lleno de descontento social.
¿Temor, ansia de poder, avaricia? Alguna de esas palabras tiene que explicar el por que Blanco y Sanz maniobraron para detentar el poder ellos solos y nadie mas y refuerzan su monopolizacion del poder trayendo incondicionales de fuera, extraños, que, como ellos, desconocen totalmente, lo que es Morelos, en el amplio concepto de lo que esa palabra, Morelos, define. ¿Tuvieron miedo de que si invitaban morelenses, con tradicion, conocimiento, amor a su tierra, les fueran a comer el mandado? tal parece que si.
Hoy Morelos, nuestra tierra, esta en una crisis de grandes proporciones, con una inseguridad nunca antes vista, sin inversion, derivando a la bancarrota cientos de negocios, empresas cerrados, sin un presupuesto adecuado, sin turismo, pero lo mas triste ya casi sin espiritu de lucha, de esperanza en el futuro. La gente se va, ya no espera un cambio.
Y ante todo esto, la cerrazon, el muro que construyeron Blanco, Sanz y sus colaboradores se cierra cada vez mas, cada vez es mal alto y desde adentro de ese bunker, se dictan de manera impulsiva, que no racional, las ordenes para gobernarnos.
Yo aqui quiero aclarar y hacerlo de manera que se sepa bien, no estoy teniendo la intencion de señalar al regimen de Cuauhtemoc Blanco de corrupto o represivo o de que actue de mala fe, a lo que quiero llegar es a que el derrotero que ha seguido Blanco no es el correcto, creo que la realidad que vivimos lo confirma, lo que señalo y quiero ser enfactico es el divorcio que hay entre Cuauhtemoc Blanco y los morelenses, no el de popularidad, no, el de a deveras, el social, el politico, donde la comunicacion se rompe.
Yo, y permitaseme la vanidad de hacerlo, en tiempos pasados, cuando vi que algun gobernador, en mi humilde opinion, se salia de rumbo, iba y se lo decia, no podran desmentirme ni Jorge Carrillo Olea, ni Jorge Morales Barud, ni Marco Adame, tampoco Graco, al que en su primer año de gobierno le señale algun error, me grito y, desde entonces, nunca mas le he vuelto a dirigir la palabra. Con Cuauhtemoc Blanco he buscado una reunion, no en Palacio, en medio del boato que lo rodea, que me lo ofrecio, tengo que decirlo, sino en privado, donde pudiera dialogar con el, decirlo lo que, como morelense, como viejo, como periodista siento que habria que hacer, no ha habido respuesta, con Jose Manuel Sanz, lo he intentado varias veces, nunca hubo respuesta. Y hoy que escribo esto, veo que Morelos se nos deshace. Que si no incorporan morelenses con prestigio, eficaces, comprometidos, que los hay y muchos la debacle continuara. Impotencia, es lo que siento. Pero al menos he tratado.