10/12/2024
🚨Pese a toma de protesta de ERA, violencia persiste en Chiapas
El pasado 8 de diciembre, mientras se anunciaba con bombo y platillo el inicio de operaciones del grupo PAKAL, supuestamente diseñado para reforzar la seguridad en Chiapas, la realidad en varias regiones del estado contaba otra historia. A pesar de la ceremonia inaugural, incluso con la "bendición" de un sacerdote, la inseguridad no dio tregua ni siquiera durante la toma de posesión del nuevo gobernador, Eduardo Ramírez Aguilar.
Esto, específicamente, en Pantelhó, donde habitantes denuncian que llevan cuatro días consecutivos bajo fuego cruzado. Familias enteras están encerradas en sus casas, sin luz, sin señal telefónica y con la angustia de que los alimentos comiencen a agotarse. "Ya no podemos comunicarnos con nuestros familiares", claman los pobladores, atrapados en medio de la disputa entre grupos armados.
La situación en Pantelhó escaló tras la reciente toma de la presidencia municipal por parte del grupo El Machete, generando enfrentamientos con otras facciones como el Ejército Civil Indígena y Los Herrera. Organizaciones han advertido sobre los graves impactos psicosociales que la violencia constante está dejando en las comunidades, especialmente entre los niños y niñas, quienes crecen expuestos a un clima de miedo e inseguridad.
Mientras en la capital se celebraban ceremonias y se anunciaban medidas, en las regiones más afectadas de Chiapas, las balas son el pan de cada día. Los chiapanecos exigen que las promesas de seguridad se traduzcan en acciones reales y efectivas.