Revista Página Diez

Revista Página Diez Revista de Información y Análisis.

02/07/2023
23/05/2023
23/05/2023
16/01/2023
Colima entre el fuego: el control del territorio Escenarios informativos ante la violencia y el temor Tercera PartePor: ...
29/11/2022

Colima entre el fuego: el control del territorio
Escenarios informativos ante la violencia y el temor

Tercera Parte

Por: Guillermo Torres y Kevin Rosas

Percepción colimense ante la inseguridad

Para la ciudadanía, al Gobierno estatal le hace falta hacer o implementar más acciones para la mitigación de los homicidios en el estado y sus zonas aledañas. “Le hace falta mejor equipo, patrullar más seguido por las colonias y que se organicen mejor. Lo que me gusta es que la revisión de rutina, pero no como la sociedad espera; les hace falta más control, que lleguen a tiempo, que tengan más coordinación al momento de cuando empieza una persecución o cuando está el fuego cruzado (...) que actúen de forma más rápido, es decir: que no lleguen tarde o cuando ya terminó, cuando ya simplemente llega a hacer el reporte o el levantamiento”. (Entrevista 1, Bosques del Sur).

Ante la presencia de las fuerzas del orden público en las calles, las personas sienten que la estrategia de la Mesa de Seguridad aún no da resultados del todo.

“Yo pienso que sí, (lo piensa) pero siento que no, esos puntos de inteligencia que han implementado el gobierno no han servido de nada porque siguen ocurriendo los mismos hechos violentos. Entonces siento que no han actuado de manera correcta al momento de seguridad; siento que les hace falta un poco más de congruencia o de visualización para que sea más seguro”. (Entrevista 2, Lindavista).

Muchos argumentan que los retenes implementados en las distintas colonias y zonas de la capital y sus zonas conurbadas no dan resultados ya que algunos se mueven a las cuantas horas de haber estado en el sitio donde quizás ya hubo un homicidio. En otras ocasiones después de irse las fuerzas armadas ocurre una ejecución.

“Desde mi perspectiva, siento que como todo nuestro país lastimosamente hay cierta corrupción, ciertas personas que pueden que estén coludidas. El Gobierno debería (...) quitar a los policías o autoridades coludidos. Si nos ponemos a revisar hay un patrón en cuanto a las colonias. Hay unas colonias donde están establecidas ciertas personas donde pasan estas cosas, ahí se podrían montar operativos fijos revisar a cualquier persona sospechosos y así tratar de prevenir delitos”, explica uno de los vecinos al respecto. (Entrevista 3, Las Palmas).

Otra de las personas que habló sobre el tema consideró implementar la capacitación de policías mediante cursos intensivos de seguridad pública, manejo de personas y derechos humanos para así mantener la tranquilidad entre la gente; test de confianza recomendados por la Secretaría de Marina para las Policías municipales y estatales, entre otras recomendaciones por parte de la Secretaría de Marina además de depurar a los malos elementos policiacos que estén coludidos con el crimen, tal como ha ocurrido en el municipio de Manzanillo (Entrevista 4, Tecomán).

De los operativos, resultados cómo tal, no he visto mucho a lo que me he informado; quizás estoy equivocada, pero no he visto a los policías tan involucrados como tal, solo al momento en el que pasan los sucesos”. (Entrevista 5, Prados del Sur).

La respuesta de las autoridades ante la violencia ha sido escasa y la ciudadanía no percibe todavía los resultados de las estrategias implementadas para afrontar la violencia que se vive en Colima y zonas conurbadas, pese al apoyo federal.

Sobre ello, la gente ha ido construyendo su opinión sobre el tema para afrontar estos hechos recientes en el Estado.

Municipio de Manzanillo

Hay que señalar, que Manzanillo es el único municipio del estado, que ha implementado una estrategia de seguridad diferente, por ejemplo, el sábado 12 de noviembre de este año, se llevó a cabo la ceremonia de graduación de 31 cadetes de la Dirección General de Seguridad Pública, quienes se profesionalizaron con el perfil de Técnico Superior Universitario en Seguridad Pública, estudios avalados por el Instituto Estatal de Estudios Superiores en Seguridad y Profesionalización Policial de Michoacán. La alcaldesa Griselda Martínez Martínez anunció en el marco de graduación, que “Manzanillo ha reducido en más del 50 por ciento los índices de violencia y homicidios a nivel nacional”. El 25 de agosto de 2019, cesan a 25 policías. El 2 de septiembre del mismo año, la alcaldesa porteña anunció que la depuración del cuerpo policiaco continuaría, “podrían ser dados de baja un total de 50 elementos más”, es posible que el testimonio anterior del entrevistado 4 de Tecomán, se dé por estos y otros antecedentes.

Municipio de Colima

La capital del estado como parte de la zona en que se han desarrollado los hechos violentos más importantes en este año, y en donde han ocurridos los mayores índices de homicidios dolosos, también ha sido cuestionada sobre las acciones implementadas para contener a la delincuencia, pese a que se habla mucho sobre la responsabilidad del gobierno estatal respecto a la estrategia en el combate a la inseguridad que sorprendió a los colimenses recientemente.

El municipio está a cargo de Elia Margarita Moreno González, presidenta municipal de Colima capital, ganadora por la coalición “Va por México” de los partidos del PAN, PRI y PRD. La percepción de la gente es que desde su llegada al Ayuntamiento de la capital no se ha definido claramente su participación en el combate a la violencia y que no existe una estrategia municipal para enfrentar a la inseguridad pese a que cuenta con un alto índice de homicidios dolosos en su jurisdicción.

La gente percibe que su equipo de trabajo le hace falta mayor acción ante los sucesos de alto impacto que aquejan a los barrios, familias y colonias de su municipio.

En opinión de varios vecinos, al compartir espacio con el Gobierno estatal, la capital colimense debería estar más respaldada en materia de seguridad por las instituciones gubernamentales de mayor rango. De ahí que también la gente comparta en redes sociales, donde se informa sobre acontecimientos como balaceras u homicidios, imágenes que dejan en claro esta relación.

Esto también es ejemplo de la forma en que el manejo de la información desde la institucionalidad también ha sido motivo de crítica por parte de la sociedad hacia la gubernatura y la presidencia municipal.

Municipio de Villa de Álvarez

Otro ayuntamiento que aparece con altos índices de homicidios dolosos es el de Villa de Álvarez, el cual preside Esther Gutiérrez Andrade (Tey) quien, al igual que su compañera de la alianza “Va por México” PRI, PAN y PRD, no ha logrado posicionar una clara estrategia de combate a la delincuencia.

Sin embargo, la opinión pública en los grupos analizados considera que el trabajo de Esther Gutiérrez es visible y hasta cercano al del Gobierno estatal, aunque se cuestiona el encono y la saña de la delincuencia organizada contra elementos de las corporaciones policiacas villalvarenses puesto que hay más agentes acribillados de ese municipio, a diferencia de otros. Ante tal escenario la alcaldesa promovió la modificación de algunos reglamentos para que la policía portara sus armas de cargo aun cuando no estuvieran en servicio o de guardia. “Eso los deja desprotegidos y a merced de los criminales”, insistió uno de los vecinos.

Los grupos en redes sociales también han notado el desenvolvimiento de la autoridad tanto municipal como estatal. Las observaciones llegan a convertirse en comparaciones, como aquella donde se indica que marinos y policías municipales escoltan el vehículo blindado de la alcaldesa Esther Gutiérrez, tema del que no se han ofrecido más datos, a diferencia de la alcaldesa capitalina pese a que son de la misma procedencia partidista, precisan.

Tras la detención de José Bernarbé “N” alias la La Vaca, quien es el presunto líder de la organización criminal “Los Mezcales, se esperaría que la violencia en la localidad disminuyera, una vez pasados los acontecimientos del 20 de agosto tras la reacción de la quema de autos y casas baleadas. No obstante, después del 20 de agosto a la fecha del 28 de octubre, en la entidad se han presentado 747 as*****tos dolosos y una escalada de hechos violentos que al cierre de este reportaje continúa.

Comunicación Social de Gobierno del Estado

Los colimenses abordados en entrevistas formales e informales, así como consultas en las comunidades de WhatsApp, e interacciones en las redes de Facebook, perciben y externan que “no es suficiente lo que el Gobierno del Estado está haciendo en términos de seguridad para detener la escalada de violencia del homicidio doloso en el estado, sobre todo en los municipios conurbados de Colima y Villa de Álvarez, y en menor medida en Comala, Coquimatlán, Tecomán y Manzanillo”, así como en el resto de los municipios del estado.

Otro sector de la población percibe que “hay voluntad de la gobernadora Indira Vizcaíno Silva por resolver la situación de la inseguridad en la entidad, por ello la coordinación con las fuerzas federales como la Marina, Guardia Nacional y el Ejército Mexicano, a quienes les reconoce la captura del líder Aldrin Jarquin Jarquin, “El Chaparrito” del (CJNG), así como del líder de Los Mezcales, así como de El Cejón, entre otros personajes que cometieron actos ilícitos del fuero local y federal”.

No obstante, los documentos filtrados y las corrientes de opinión pública indican que un sector de la población colimense “no le reconoce a la administración de la gobernadora la capacidad que debería tener su estructura institucional de seguridad local. Los colimenses no creen en la actual Secretaria General de Gobierno. No creen en su Fiscal”, los perciben “carentes de experiencia y bajo perfil profesional para la encomienda que tienen que desempeñar en su función pública”.

Una de las razones de esta percepción se alimenta de las fallas en las estrategias de gobierno municipal y estatal en materia de comunicación política, misma que no puede competir contra el mar de imágenes y mensajes sobre actos sangrientos y de violencia que se generan cada día en las comunidades de WhatsApp y redes sociales.

Ante el vacío de información, las redes sociales usadas por grupos de vecinos, sociedad civil, medios de comunicación, delincuentes infiltrados y sus grupos criminales han terminado por imponer el estilo y la agenda en esa materia, en tanto las autoridades encargadas de la seguridad municipal Colima-Villa de Álvarez y estatal, ante los resultados en la entidad, se perciben “condicionados, inhabilitados, rebasados”, dejando casi todo el peso de la responsabilidad a las corporaciones de seguridad federal.

Ante la certidumbre y el respaldo que la ciudadanía precisa de cara a los altos índices de violencia, las fallas en las estrategias de comunicación gubernamental colimense tienen como último reducto los boletines de prensa que, anacrónicos, cumplen otra función.

La percepción ciudadana en los grupos establecidos en la virtualidad de WhatsApp y Facebook ha rebasado a la institucionalidad desde lo público y lo privado.

No fue hasta casi a finales del mes de marzo, el día 25, cuando la gobernadora Indira Vizcaíno Silva anunció en su cuenta de Twitter: “Me es grato informarles que, en la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz y la Seguridad, acordamos crear la figura de un vocero que encabece los trabajos de difusión sobre la situación de seguridad y los resultados de los operativos interinstitucionales”, esto como una forma de atender ese vacío informativo.

Así fue como ese mismo día a las cinco de la tarde presentaron en rueda de prensa a Gustavo Adrián Joya Cervera –ahora sustituido por Francisco Javier Almazán Torres- . El hecho no pasó desapercibido en las comunidades de las redes sociales, quienes calificaron de “tardía” esta medida, misma que no logró borrar el escepticismo de la población colimense que continúa informándose por las comunidades de WhatsApp y Facebook, más allá de una “comunicación social-oficial” que no compite con tanto hecho violento y de sangre ocurrido en los barrios y colonias de la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez.

La percepción de inseguridad entre la población colimense se agudizó: incluso mucha gente manifestó sentir que la autoridad buscaba deslindarse de lo institucional. Ante ello, los supuestos mensajes de toque de queda reaparecieron y, al sentirse desvalida, la gente prefirió quedarse en casa y no salir a las calles, solo a lo necesario. La inercia en la falta de una comunicación social gubernamental que integrara y unificara dio paso a una narrativa informativa cuyo contenido abordaba lo ilegal y, con ello, al miedo, al vacío y la falta de certezas institucionales.

Esta carencia o ausencia de un discurso gubernamental local que dejara un posicionamiento efectivo de comunicación social –de inclusión- en los meses de enero, febrero y marzo, fue suficiente para que las ejecuciones en los barrios y colonias nutrieran los mensajes y narrativa del miedo en imágenes y videos del crimen, que se traducían y transcribían a las comunidades de WhatsApp. Ganando la narrativa de amenaza y de sangre, creando un poder coercitivo en la población colimense y villalvarense por la casi inexistente o tardía respuesta de una comunicación social –de acompañamiento- que se percibía gracias a la multitud de mensajes opuestos a un posicionamiento oficial.

El fenómeno del homicidio doloso, tal como se presenta actualmente entre las familias en Colima, avasalla por mucho el trabajo y posicionamiento de un mensaje gubernamental: eso responde a la falta de una coordinación constante de la comunicación institucional –asertiva-, que se relacione y vincule con las oficinas que generan la información de las instituciones de Seguridad Pública municipal y estatal, más allá de una participación parcial circunstancial de la población, que requiere de una puntualización oficial y formal de los hechos.

La estrategia de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz y la Seguridad del Estado de Colima cumple una función semanal: puntualiza datos y hechos de manera parcial o en su caso cierra, da un corte informativo cada 7 días y lleva una estadística de las acciones de la seguridad en el estado.

Lo que falta, más allá de la estrategia semanal, es una comunicación inmediata, que pueda intervenir con datos –que sean válidos – y con ello se ataje la especulación que se genera al día.

De este modo se podrá coartar esa tendencia a las noticias falsas –fake news- y se terminaría con las múltiples versiones de un hecho o eventos que solo alimentan la desinformación y el miedo.

Ante este panorama, las instituciones de gobierno tanto municipales como estatales deben comenzar a remontar la situación tan adversa que se les presenta, comenzando por estructurar su plan de acción basándose en la comunicación institucional operativa –no improvisando, ni parchando los boquetes- en la que las competencias y experiencias de quienes integran esos departamentos atiendan, ordenen y encaucen los esfuerzos hacia la primera de las demandas de la ciudadanía: los vacíos informativos, y poder no nada más transmitir sino brindar seguridad a la ciudadanía respecto a los escenarios de violencia que ocurren repentinamente.

La gente necesita información sobre los eventos de violencia para tomar medidas y protegerse a sí misma, en tanto el Estado se encarga de resolver y enfrentar aquello que genera y causa las balaceras, enfrentamientos y vendettas.

Y como la misma sociedad lo ha venido haciendo, también el gobierno estatal y municipal deberán echar mano de plataformas y tecnologías para informar en cuestión: la radio, la televisión y los boletines de prensa tendrán que adaptarse a esta nueva forma de transmitir información como han hecho las comunidades en redes sociales como WhatsApp y Facebook para poder constituirse nuevamente como garante de seguridad y liderar las corrientes de opinión social, interacción e integración desde lo gubernamental. A la vez lograría posicionarse también frente a medios de comunicación privados que solo reproducen la información y no cuentan con la capacidad de negociación –externo- ni monitoreo –interno- en la comunicación institucional requerida en eventos de esta envergadura.

Para ello también habrá que considerar los cambios en materia de tecnología y estrategias de información, sobre todo aquellos dirigidos a atender y aumenta la capacidad de reacción ante un evento de naturaleza violenta.

Hacerlo así también contribuye a la creación de una cobertura y atención capaces de generar una corriente de opinión favorable a administración pública mediante la que pueda recuperarse la confianza en las autoridades, pues es desde la comunicación política como cualquier estrategia gane credibilidad, es decir: las instituciones que demuestren solvencia en la cobertura de eventos considerados de riesgo para la sociedad y vuelvan útil esta información resultarán más confiables para la sociedad, sobre todo si se usan para ello los canales mediáticos adecuados como comunidades oficiales con información oficial y útil al respecto, incluyendo Tik-Tok, Twitter, WhatsApp, YouTube, Facebook, entre otros.

La sinergia que debería existir entre la sociedad y las autoridades encargadas de proveer seguridad, estabilidad y tranquilidad se basa, en parte, en la capacidad comunicativa y estrategias para mejorar la operatividad y funcionalidad en la difusión de información. Así, la gente contribuiría con la fuente informativa oficial y no tanto con aquellas que se han improvisado desde el anonimato.

Ello redunda en la menor posibilidad de ver vulnerada la credibilidad de la gente en las instituciones y de atajar aquellos errores en el momento, sin que sirvan como distractores o sean aprovechados por delincuentes infiltrados o personas con otro afán, partidista en la mayoría de los casos.

Por ello y mediante el manejo de datos e información sensible de manera oportuna puede garantizarse la tranquilidad -en parte, sí así se le quiere ver- de la sociedad ante hechos de violencia. Es así, mediante personal capacitado y actualizado en medios en las oficinas de comunicación, como el manejo de su información sería más beneficioso para las instituciones y autoridades, incluso incide en la comunicación e implementación de estrategias para combatir la violencia en el estado de Colima.

Esa es la diferencia medular entre las estrategias informativas que la gente ha creado y las que las instituciones gubernamentales deberían tener: el desconocimiento epistemológico del periodismo debido a los nuevos tiempos que se están viviendo en nuestro estado.

Si bien es cierto que la gente ha acudido y usado a las redes sociales como vías y mecanismos de comunicación, también debe reconocerse que no solo hay instituciones que usan formas obsoletas para comunicar o transmitir información. Sus programaciones y formatos parecen desfasados y proyecta poca claridad en la comunicación social, comunicación política y comunicación institucional, todo en una narrativa que no refleja la realidad actual, y más cuando se propone un cambio en la nueva administración pública.

Ello debe incluir el respaldo al discurso gubernamental, la creación de corrientes de opinión social que integran y generen sentimiento de comunidad ante los acontecimientos de adversidad.

Si la intención es recuperar a “nuestra Colima” (como bautizó la administración de Indira Vizcaíno al Estado en un afán de inclusión) es urgente reorientar las acciones en materia informativa y configurar un discurso de integración social y unidad de los colimenses, puesto que esa labor ya la han hecho quienes forman parte de comunidades de WhatsApp y otras redes sociales, así como los medios de comunicación locales particulares, sin mencionar a sus detractores, quienes lideran en las corrientes de opinión en lo que va de este casi primer año de gobierno.

Lo anterior debe lograrse no sin antes también evaluar los resultados de las instituciones encargadas de la comunicación y de informar a la ciudadanía a nivel estatal y municipal.

La Federación

La percepción ciudadana en las redes sociales tiene claro que el Gobierno Federal está interesado en que Colima recupere la tranquilidad que nos merecemos, como también apoya esa cercanía que la Gobernadora tiene con el Ejecutivo. Prueba de ello, como se comentó en los grupos de información en redes, fue la visita del Ejecutivo federal a la entidad la mañana del 25 de febrero de este 2022, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo: “estamos de nuevo en Colima en esta visita para apoyar, respaldar, al Gobierno de Colima y, desde luego, garantizar la seguridad de la población por actos de violencia de la llamada delincuencia organizada; estamos aquí para expresarle al pueblo de Colima que se cuenta con el apoyo del gobierno federal. Y lo mismo, dejar de manifiesto que la maestra Indira Vizcaíno Silva no está sola, que tiene todo el apoyo del Gobierno de la República”.

Previa visita del presidente en el mes de febrero en Colima, la gobernadora Indira Vizcaíno sostuvo reuniones con la secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez; el propio secretario de Marina, el almirante Ojeda Durán; el comandante de la Guardia Nacional, el general Rodríguez Bucio y, posterior a la visita presidencial, estuvo también aquí el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.

Y una vez más el 6 de agosto de este mismo año, el presidente realizó una gira de trabajo por Manzanillo, Armería y Villa de Álvarez por rubros de educación y salud. En esta ocasión el presidente de la República fue enérgico y sentenció: “no se equivoquen los caciques de Colima, la gobernadora de Colima, Indira Vizcaíno, cuenta con todo mi apoyo”.

Con el apoyo manifiesto de la Presidencia de la República, las administraciones municipales y estatales deben ser capaces ahora de atender aquellas carencias para que en el estado de Colima haya paz. Sobre todo, acortar la distancia entre autoridades y sociedad al comunicar y explicar las estrategias de seguridad implementadas, así como los resultados en esa materia, en particular el trabajo de la Fiscalía Estatal, la forma en que la Secretaria General de Gobierno trabajará para respaldar a la ciudadanía en el combate a la delincuencia y, como tarea primordial, lograr que en estos tiempos de violencia el Gobierno del Estado y municipales haya cercanía, sinergia y comunicación con la sociedad.

Esta es, seguramente, una de tantas posibilidades para combatir la idea de que en lo que resta de los respectivos periodos de gobierno la sociedad se sienta cooptada por la delincuencia.

Actualizarse para adaptarse

Además de la percepción del apoyo federal al Estado, asegurar y garantizar ese apoyo, transmitirlo a la ciudadanía requiere también un enfoque oficialista, institucional, para que cualquier instrucción, reacción o aportación al escenario delicado que se vive en la entidad no provoque crispación y se pueda hacer frente a algún caso de polarización o encono social, tal y como se ha visto en los últimos meses, por lo que la gente ha retirado su credibilidad a las autoridades quienes, parecen ocuparse de otros temas considerados por los colimenses como frívolos o superficiales, ya que la prioridad, tal como se expresa en los grupos en redes sociales, es recuperar la seguridad, la paz y la tranquilidad.

El costo ha sido alto para las autoridades precisamente en términos de credibilidad; ante el escenario accidentado no cabe la frivolidad, ni la ingenuidad; por ello, deben priorizar y garantizar la “confianza” de la gente, sino demostrar que se cuenta con la capacidad profesional e ideológica, así como con madurez institucional en la toma de decisiones y acciones.

Este estándar requerido no solo se exige socialmente a quienes se desempeñan en la función pública sino a los programas y acciones que se implementan y que, ante la poca demostración de su funcionamiento, son duramente cuestionados. Así lo exigen el escenario actual y el estado de ánimo social: el pueblo tiene que ser la prioridad, no sus adversarios ni ningún proyecto personal, sino lo público.

En el segundo trimestre del informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) que comprende del periodo de marzo a junio del 2022, señala que la percepción de seguridad de la población de 18 años y más, se sintieron inseguros en su ciudad.

En el mes de marzo 85.7% de la población se sentía inseguro, para junio la encuesta arrojó un resultado de 87.5% de la población que se sentía insegura en la ciudad, con estos resultados la percepción del tema de seguridad en el estado de Colima incrementó un 2.2%, disminuyendo el índice del 12.95% de colimenses que se sienten seguros en la entidad. Al cierre de este reportaje y al día 10 de noviembre, imágenes de alto impacto siguen nutriendo nuestro imaginario al acumularse un total de 783 homicidios dolosos.

Por ello es que la autoridad debe retomar los principios básicos del “Proyecto de Nación” al que se debe, poniendo por encima de la ideología la capacidad y la calidad de sus propuestas, no importa la juventud pero si las capacidades, conocimientos y perfiles que den resultados en su función pública. Si no dan resultados, no son funcionales, este es el momento de su salida. Lo que está en juego no es poco debido a que la población en Colima votó por un cambio, un relevo. El hartazgo definió el voto de los indecisos por una aspiración mejor, la promesa de una oferta y trayectoria de confianza, de resultados.

A ello se suma cierta frustración local en la gente que continúa viendo cómo quienes se han visto envueltos en corruptelas no son llamados a rendir cuentas. Este hecho es, también, resultado de una deficiente estrategia de comunicación e información que acrecienta la idea de poco compromiso real con la gobernanza.

Con ello y ante la idea de que hace falta una oferta de la administración pública municipal y estatal diferente, los eventos ocurridos el martes 25 de enero en el CERESO comenzaron a mostrar una realidad existente, de años, en la que la estructura económica, política y social de la vida en Colima provocó el derrumbe de la tranquilidad de la ciudadanía, cansada ya, aparte, del encierro debido a la pandemia de Covid 19.

De ahí también la exigencia de mejores resultados en el sector económica para el estado, de nuevos paradigmas y no más viejas prácticas, de proyectos de sociedad y gobierno donde no haya más simulación: de una oferta de cambio real, de fondo y no de forma en donde haya renovación hacia un rumbo determinado.

Las estrategias de comunicación e información que hemos mostrado y analizado constituyen a su vez la recuperación del camino que la sociedad ha seguido ante este escenario de incertidumbre e inseguridad.

Las reacciones, comentarios, emoticones, memes, fotos, audios, todo material que se comparte en los grupos de redes sociales, en esas comunidades virtuales nacidas para intercambiar información útil, que nos brinde certeza, es también la reacción de aquellos ciudadanos de a pie: madres, padres, hijos, hermanos, tíos, sobrinos y abuelos, incluso empresarios, productores y restauranteros ante un escenario para el que nadie estaba preparado y que no solo cuestiona a las autoridades sino también nos hace preguntarnos sobre el papel que juegan los medios de comunicación, la responsabilidad comunicativa e informativa de las organizaciones periodísticas, la academia, de la autoridad estatal y municipal en ese sentido.

Existe una posibilidad viable para recuperar el camino, el rumbo, respondiendo a esos cuestionamientos pues de esa forma sabremos cómo resolver las carencias de forma satisfactoria. Así podremos respondernos, como sociedad, como gobierno, como medios, qué es lo que está pasando en Colima, sobre todo, la forma en que como personas nos relacionamos con esta circunstancia tan adversa actual tomando en cuenta las distintas voces que se manifiestan desde distintos ámbitos: ahora sabemos, gracias a la voz de la gente que se expresa y comparte información por distintas vías, cómo percibimos la inseguridad, qué es lo que más nos preocupa como sociedad en este momento, el tipo de violencia a la que nos enfrentamos y la forma de afrontarla mediante estrategias y dinámicas sociales, económicas, políticas y legales, vistas desde el plano informativo, mediático y de la comunicación.

Por eso es importante escuchar, analizar qué estrategias convienen más ahora para hacer frente a esta circunstancia que nos atañe a todos -sociedad y gobierno- para garantizar estructuras sociales con las cuales podamos respaldar la funcionalidad pública y gubernamental a nivel municipal y estatal, defendiendo el Estado de Derecho y garantizando las libertades individuales, incluyendo la esperanza que tenemos como personas de vivir en paz.

Hemos entendido que la dinámica actual ha cambiado, que esa realidad en que vivíamos se modificó. “Ya no es”.

El sistema ya se movió: el asunto es cómo nos moveremos nosotros.

Gracias por su lectura.

       Colima entre el fuego: el control del territorio Escenarios informativos ante la violencia y el temor Segunda Par...
23/11/2022



Colima entre el fuego: el control del territorio
Escenarios informativos ante la violencia y el temor

Segunda Parte

Por: Guillermo Torres y Kevin Rosas

Sin Filtro: la sangre corre por las comunidades de WhatsApp

Comunidad abierta

Después del 25 de enero de 2022, uno de los fenómenos sociales que se manifestaron de manera efectiva ante la inseguridad en el Estado de Colima fueron las comunidades de WhatsApp, surgidas como mecanismo de interacción entre la población colimense para informar sobre hechos violentos en barrios y colonias, principalmente de la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez, así como de los municipios colindantes de Comala y Coquimatlán.

Las comunidades de WhatsApp están integradas por entre 110 a 550 personas, sus administradores generalmente solicitan no se exponga pornografía, no se publicite comercialmente, ni se haga política, ya que el único objetivo es informar de los acontecimientos sociales en el estado, principalmente aquellos relacionados con la inseguridad.

Estos grupos también se integran por diferentes personajes sociales como madres y padres de familia, mujeres y hombres jóvenes, trabajadoras y trabajadores de diversos oficios; taxistas, repartidores, periodistas, policías y criminales infiltrados.

Todos pueden informar: hermanos, primos, sobrinos, padre, madre, amigos cercanos y compañeros de trabajo son parte de algunas comunidades de WhatsApp como Retenes Colima y Más, que tiene 510 participantes; Al Minuto Colima, con 508; Grupo Colima al Día, con 410; Colima Acabado, con 496; Reporte Ciudadano, con 325; Nota Roja Colima, con 163; Colima Noticias, con 511; Noticias al Instante, con 229; Noticias al Momento, con 327; Colima Informativo, con 227; Colima al Tanto, con 240; Lectores Colima a Detalle, con 403, entre otros muchos que modifican constantemente el número de sus integrantes debido a que entran y salen cada día.

En ellos se reciben infinidad de notificaciones –muchas veces sin filtro- de lo que ocurre en barrios, colonias, parques, semáforos, calles, avenidas, canchas, brechas, veredas, esquinas, ríos, puentes, rancherías y más, de actos violentos como as*****tos dolosos en los que se fotografían cuerpos inertes tendidos en el suelo, acribillados, ensangrentados, encintados, descuartizados, vejados, deshumanizados.

En el periodo del 25 de enero al 21 de noviembre de 2022 las comunidades de WhatsApp han sido la fuente que distribuye información sobre hechos delictivos entre los colimenses pues las personas suben las imágenes del as*****to doloso sin filtro en cuestión de segundos, de un minuto a cinco. Así, cuando hay detonaciones de arma de fuego, sirenas de patrullas, Cruz Roja o bomberos, la comunidad se activa y da seguimiento del hecho desde sus propias viviendas-, y se genera una red de alerta en que se advierte “se acaban de escuchar balazos por San Isidro, el Valle, La Albarrada, Las Amarillas, La España, El Infonavit, Las Torres, El Diezmo”.

Otros miembros de la comunidad confirman o desmienten: “Sí se escuchan las patrullas que van en chinga” o “No, no es cierto, me encuentro en el lugar y no se escuchó nada, no hay balazos, falsa alarma”.

En los casos en que se confirman hechos como as*****tos dolosos, o un hecho violento en un área específica de Colima, son los vecinos, los testigos quienes toman la imagen con su teléfono móvil y comparten -sin filtros ni narrativa periodística- en su comunidad de WhatsApp el suceso que horroriza a la población.

Al circular estas imágenes de cuerpos mutilados, encintados, baleados, macheteados; negocios, casas o autos quemados, entre otros fenómenos punitivos, se configura el imaginario de indefensión y se construye una corriente de opinión que contagia de miedo a las familias colimenses.

Y es precisamente esta una demanda de la propia sociedad: que las autoridades eviten esas lagunas y vacíos de información.

Los usos que los miembros de las comunidades le dan al WhatsApp son diversos, es por ello que en la interacción de la comunicación –informal- operan de manera funcional una serie de narcomensajes, audios, fotografías, videos, gráficas e infografías, en los cuales tratan de informar a los participantes del grupo o prevenir de diversos acontecimientos que son ocasionados por parte de algún cartel o crimen organizado. Por eso en ellos hay desde amenazas entre grupos que se disputan el control del territorio, avisos de supuestos toques de queda, respuestas a as*****tos, amenazas contra algunos funcionarios y hasta información filtrada de algunos mandos del crimen organizado.

Otro fenómeno que se presenta en las comunidades de WhatsApp son los mensajes directos de personajes que parecen ser “integrantes, representantes, voceros o líderes” de los grupos delictivos que se disputan el territorio en la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez, quienes dejan las posturas del “cartel” al que pertenecen.

Muchas de las veces las fotos que toman de las cartulinas, lonas o mantas donde se escriben los narco mensajes son subidas tal cual a los grupos de WhatsApp. Otras, algunas, son transcritas y traducidas del manuscrito en un formato electrónico para que sean legibles por las comunidades en redes sociales.

Esta es una de las formas que tienen los integrantes de los “cárteles” que se disputan el territorio para comunicar públicamente su postura y, a la vez, inciden en la creación de una opinión favorable a su “empresa”.

A esto se suma el hecho de que también algún integrante de unos de los grupos que pelea la “plaza” escriba directamente un posicionamiento en WhatsApp, mandando un mensaje a un personaje o líder contrario a su agrupación, aclarando una versión, dando su propia versión de un hecho, señalando sucesos o exponiendo nombres: de policías, personajes políticos, corporaciones, funcionarios públicos. También puede estar desmintiendo, amenazando, demostrando su fuerza o descalificando a su rival.

Por eso encontramos textos, fotos, videos, audios e infografías, que buscan cumplir la función de establecer una comunicación de su “empresa” con la comunidad colimense. Cada uno da y promueve su propia “verdad”, en las corrientes de opinión pública que se generan en las comunidades de WhatsApp, páginas informativas y redes sociales.

Las comunidades en las redes sociales funcionan también para informar sobre hechos violentos que ocurren en un área específica, alertando a familiares y amigos para que eviten transitar por el lugar siniestrado y evadan el riesgo. Por otro lado, también se convirtió en una eficaz y preventiva ubicación de los retenes establecidos a lo largo y ancho de la conurbada ciudad Colima-Villa de Álvarez, integrada por los efectivos de la Guardia Nacional y Ejército Mexicano, invitando a que se evite pasar por el lugar señalado.

Comunidad cerrada

Otra utilidad que tiene para los colimenses un grupo en WhatsApp o Facebook es el del “vecino vigilante”, cuyo objetivo es preservar la seguridad de las familias que viven específicamente en un barrio o colonia. Quienes participan en estos grupos, son en mayor medida los padres y madres, vecinos que interactúan con sus pares para alertar e informar de algún personaje o actividad sospechosa en su ámbito y contexto cercano al seno familiar.

Si algunos vecinos del área no son confiables para la comunidad barrial, no son integrados al grupo, se les limita el acceso, quedan fuera del mecanismo y dinámica de seguridad establecido entre sus vecinos inmediatos.

Esta estrategia de las comunidades de WhatsApp de “vecinos vigilantes” es muy útil para las familias del área que interactúan entre ellas, sobre todo para aquellas en que sus miembros trabajan casi toda la mañana o tarde y se encuentran la mayor parte alejados de sus viviendas. Aquí los vecinos “vigilantes” son personas de confianza quienes informan sobre alguna actividad sospechosa. Es una interacción valiosa de los integrantes de la comunidad ya que actúan en consecuencia ante algún hecho, llamando a las autoridades competentes y enfrentando en grupo el evento.

Rosa “L” forma parte de un grupo de WhatsApp en la colonia Higuera del Espinal, en Villa de Álvarez Colima. Lo integran 138 miembros quienes interactúan, se comunican e informan entre ellos. Rosa comentó que para ella ha sido muy útil ser parte del grupo porque en dos ocasiones le han informado oportunamente de sucesos cercanos en el área donde vive dándole la oportunidad de tomar decisiones al respecto, como “evitar llegar a casa cuando se encuentra un operativo en la esquina, porque ejecutaron a un joven a unos cuantos metros” o “agradecer que llamaron a la policía porque tres jóvenes sospechosos se encontraban en el jardín de mi casa”.

Por su parte, Raúl Vázquez compartió que en la colonia que habita, cercana a una zona conocida como la Tamarindera (en el municipio de Villa de Álvarez) se salió de un grupo de WhatsApp “vecino vigilante”, ya que se había “hartado” de la sicosis de algunos miembros que integraban esa comunidad.

“Imagínate: a un pobre anciano que trabajaba de albañil le echaron la patrulla; el señor, adulto mayor, fue a la tienda por algo y cuando regresaba lo paró una patrulla ya que una de las señoras del grupo lo denunció. Ya se lo iban a llevar, lo bueno es que otro compañero que conocía al señor lo respaldó diciendo que él lo conocía y que efectivamente estaba trabajando de albañil cerca de su casa”, nos contó.

Don Raúl continuó narrando: “el que no tuvo suerte fue otro muchachito que era chalán; a ese sí se lo llevó la patrulla con todo y bicicleta solo porque a una señora del grupo se le hizo sospechoso. Cuando de plano me hartaron fue cuando empezaron a especular en el grupo sobre que un malandro andaba dando vueltas en las calles de la colonia; traía cachucha negra, playera blanca y pantalón de mezclilla, que se veía raro, sospechoso, me encabroné porque el de la bicicleta era yo. Un sobrino que me vino a visitar me prestó su bicicleta, di unas dos o tres vueltas por las calles de la colonia y ya me estaban reportando a la policía. Se pasan, deberían de verificar, estar seguros antes de hablar o comentar en los grupos, se alucinan mucho. Sí, hay inseguridad, pero los menos son los delincuentes, pero tampoco pueden fabricar situaciones que no, me harté ser parte del grupo, porque dos de los miembros crean psicosis más de la real, fabrican situaciones y eso para mí no está bien. Por eso me salí”.


Motosicarios en el imaginario

La motocicleta es un medio económico y de rápido desplazamiento de un punto a otro de la ciudad. Hasta la fecha hay aproximadamente 83 mil 537 motocicletas registradas en todo el estado de Colima ante la Subsecretaría de Movilidad: 19 mil 748 tan solo en el municipio de Colima. En Villa de Álvarez hay 14 mil 460 unidades, según datos de la Secretaría de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Movilidad.

Cifras importantes en los dos municipios donde se concentran la mayor cantidad de homicidios y donde la delincuencia se disputa actualmente el territorio.

Sin embargo, pese a que en estos tiempos la motocicleta se ha convertido en un medio de transporte necesario para los colimenses, sobre todo para el sector joven que trabaja y estudia, pues muchos de ellos la usan para ir de sus centros de estudio y luego al trabajo, pues son repartidores de comida, meseros, baristas, entre otros empleos. Una vez finalizado el día se dirigen a sus respectivos hogares; así pues, la motocicleta es fundamental para todos estos trayectos.

Esta rutina también se ha visto afectada por la inseguridad y la violencia en el estado. La razón: el uso de este vehículo como medio de transporte recurrente de los criminales para llevar a cabo crímenes y as*****tos. Quienes usan motocicletas tampoco se sienten seguros. “Honestamente no, porque no sabes cuándo o en qué lugar puede suceder (un atentado), no sabes quién es el que está detrás de ti o a un lado, si vas manejando cómo en mi caso que (...) yo manejo moto”. (Entrevista 1, Bosques del Sur).

Tal fue el caso de un repartidor mu**to a balazos cuando circulaba sobre la calle Nicolas Carbajal, en la colonia Azaleas, en Villa de Álvarez. El hombre viajaba a bordo de una motocicleta, con una mochila de repartidor de la empresa Rappi, cuando fue interceptado y acribillado por sujetos a bordo de un vehículo, quienes lo seguían para posteriormente darse a la fuga.

Los agresores no fueron detenidos.

La sociedad se polarizó en este caso puesto que una parte de la opinión pública mostró su indignación en redes sociales, mencionando que familiares directos del joven aseguraban que este no tenía nexos con el crimen organizado, sino que se trataba de una “confusión” por parte de los sicarios que lo ultimaron. El resto opinaba lo contrario.

Como este, hay muchos casos de homicidio doloso donde no se esclarece el motivo ni se tiene el porqué de una ejecución tan certera, o ningún dato o información que arroje una investigación oficial de las autoridades competentes. Solo queda la imagen –sin filtros- que se coloca en el imaginario de los espectadores, revictimizando a quien fue atacado. En otros casos se observa a cuerpos inertes al interior de su auto, al lado de una moto o tirados en el piso acompañados de un arma larga o corta, cercana al cuerpo o las manos. En estos casos la población juzga y condena que se debe a que la víctima “en algo andaba”.

Y víctima de ese estigma también lo ha sido la motocicleta debido al uso “criminal” que se le está dando en Colima, por el recurso de la maniobrabilidad y posibilidad de escape que tendría ante un caso de “homicidio doloso”. Ante ello, se observa que constantemente las autoridades estatales y federales de Movilidad, así como la Guardia Nacional, Marina y Ejército Mexicanos hacen operativos y revisiones constantes a los motociclistas para verificar la legitimidad y propiedad de las mismas.

La mayor parte de los jóvenes motociclistas en Colima no tienen ningún problema por ser detenidos por los operativos federales establecidos; “nos sentimos seguros” dicen, porque “no tenemos nada que temer, no debemos nada”. Lo que sí ha incomodado y molestado a algunos usuarios de motos son las fotografías que los militares les toman cuando son detenidos. “Y no sabemos si eso está permitido”, cuestiona una de las fuentes consultadas.

Detonaciones

“La verdad es que (lo piensa). No tanto porque esté (...) por la mañana sí me siento tranquilo y seguro también, por lo mismo (de) que hay mucha gente. (...) evito tratar de salir por (las noches, ya que) son cuando ocurren más este tipo de hechos. (Entrevista 3, Vista Bugambilias).

Al comienzo de estos eventos la capital del estado y zonas conurbadas reportaban detonaciones de armas de fuego en horarios nocturnos, casi a las 11:00 de la noche, justo cuando la población estaba todavía en la calle. En algunos videos que se compartían vía redes sociales se percibía a familias paseando en el parque, adultos y jóvenes practicando algún deporte mientras ocurrían estos acontecimientos y buscaban refugiarse ante las detonaciones.

La curiosidad de los cibernautas por grabar las distintas detonaciones y el vaivén de las fuerzas policiacas por sus viviendas lleva en algunos casos a exponer su integridad física. Ello se da también por obtener un video de los sucesos y poderlo colgar en la red o simplemente compartirlo con amigos desatando así una reacción en cadena por los distintos grupos en redes sociales.

En lo que va del año y hasta finales de octubre de 2022, es frecuente escuchar detonaciones en las distintas colonias de Colima, ya no solo a las 10 u 11 de la noche cuando aún hay movilidad de la población, sino también por las tardes en las zonas conurbadas. Aún los enfrentamientos son permanentes y se está expuesto a cualquier clase de ataque.

Ello ha repercutido de distintas formas en el comercio de la capital y sus zonas cercanas. La clientela para los restauranteros disminuyó por el temor a un ataque, esto luego de varios homicidios y atentados en algunos restaurantes y bares de Colima y Villa de Álvarez además de zonas aledañas.

“Sí, actualmente no tendría muchas ganas ni tengo mucha seguridad de ir al centro; por lo más reciente que ha pasado, [...] porque además sé que hay colonias muy cercanas al centro [...] que son peligrosas de cierta forma. Donde se han presentado éstos hechos, pero de ahí en fuera (...) sí he salido de noche y todo [...] incluso a Villa de Álvarez que sabemos que es otro municipio que [...] han tenido acontecimientos (de esta índole) y la verdad que con toda la tranquilidad y seguridad del mundo hemos ido [...]”. (Entrevista 4, Las Palmas).

Algunos sucesos han ocurrido en pleno centro de Colima y Villa de Álvarez donde la sociedad colimense se reúne con amigos o familia y gozan de los distintos sitios y comercios que se puede encontrar en los lugares ya antes mencionados.

“No, lo verdad que no porque siento que en cualquier momento puede suceder cualquier hecho de violencia ya sea balacera, (...) incendio o cuestiones donde me mantenga yo en riesgo o que atente contra mi vida exactamente”. (Entrevista 2, Lindavista).

Las personas entrevistadas comentaron que no se sienten seguras al salir de sus casas, pues mencionan que el riesgo es latente y por la incertidumbre de cuándo y dónde se puede presentar este tipo de eventos. Y es que, pese a los esfuerzos del Estado por contener al crimen organizado, no hay resultados todavía, dejando al descubierto un panorama incierto para los colimenses.

Estadística alarmante

El aumento de homicidios dolosos en Colima se desborda, la situación refleja una descomposición social que se configura en el pasado inmediato y se agudiza en el presente por el control del territorio, sobre todo en las ciudades conurbadas Colima-Villa de Álvarez. La estadística registró las siguientes cifras durante diez meses, comprendiendo el mes de enero al 28 de octubre de 2022:

En el mes de enero se registraron 50 homicidios dolosos; en febrero 68; en marzo se registró la mayor cantidad de homicidios en el estado con 98 ejecuciones. Abril registró 83 homicidios; mayo 97 en total. El día 2 de ese mes ocurrió el as*****to del entonces diputado local por el Partido Verde Ecologista Roberto Chapula de la Mora en la colonia La Popular, al sur de la capital colimense. En el mes de junio se presentaron 72 homicidios dolosos, julio tuvo 56 y en agosto fueron 76 ejecuciones. Para septiembre se sumaron 71 y en lo que va del mes de octubre al día 28 se registraron 76 homicidios dolosos confirmados por las autoridades competentes. Del 28 de octubre al 10 de noviembre se han registrado 36 homicidios dolosos.

Feminicidio, jóvenes, menores de edad

En lo que va del año, en Colima se han acumulado un total de 747 homicidios dolosos relacionados con el combate por el control del territorio. En las últimas dos semanas del mes de octubre se presentaron 34 as*****tos. Hay que resaltar que de los 747 homicidios 89 son mujeres, de las cuales 16 se registran como feminicidio. Dentro del universo total de víctimas 17 son menores de edad, de las cuales 3 son mujeres y 14 hombres. También hay que resaltar que 13 son lesionados y menores de edad.


Policías caídos, embolsados y autos siniestrados

En la estadística de as*****tos dolosos hay que agregar a los 13 agentes de las diversas corporaciones policiacas que han perdido la vida, entre policías municipales y estatales. Otro fenómeno por sumar a este universo desolador son las 105 bolsas encontradas con restos humanos, que conmocionan al imaginario colimense por el impacto que provoca el desmembramiento de los cuerpos y sus fotografías distribuidas en redes sociales.

Los números de cuerpos abandonados en bolsas, encintados, y encontrados punitivamente en diversas locaciones en el estado son los siguientes: en el municipio de Colima han encontrado 21 restos humanos, Villa de Álvarez 51, Manzanillo 18, Coquimatlán 5, Cuauhtémoc 1 y Comala 1. En cuanto a vehículos que han sido siniestrados, unos han sido baleados o incendiados, sumando 22.

Fosas clandestinas y personas desaparecidas

Otro dato alarmante que no puede quedar fuera de la estadística son las fosas clandestinas que cada día se presentan con más frecuencia en nuestro estado. El ex vocero de la Mesa de Seguridad y funcionario de la Fiscalía del estado Gustavo Adrián Joya Cervera, explicó que del 1 de enero al 30 de septiembre de 2022 se han encontrado 63 fosas clandestinas con 70 cuerpos, además de 10 restos óseos.

Otro factor que se cruza con este fenómeno es el de las personas desaparecidas.

Al respecto, el ex vocero señaló que “existen 589 denuncias de personas desaparecidas, de las cuales 200 son mujeres y 386 son hombres. De este total siguen desaparecidas 380 personas (269 hombres y 111 mujeres) luego de que encontraron a 209 de las cuales 126 lo hicieron con vida y 43 sin vida”.

Áreas con mayor índice de conflicto

A lo anterior hay que sumar otro indicador que no se puede dejar de lado en esta disputa por el territorio: las áreas o zonas con mayor incidencia de conflicto. En el municipio de Colima las principales colonias y zonas de conflicto son: El Zalatón, Fátima, La Albarrada, La España, La Oriental, Gustavo Vázquez, Nuevo Milenio, Infonavit, La Estancia, Luis Donaldo Colosio, La Antorchista, calle Matamoros y el Boulevard Carlos de la Madrid, entre otras.
Resaltando además una de las áreas económicas más activas del primer cuadro de la ciudad de Colima: la avenida Constitución, donde se han registrado diversos hechos violentos.

En la ciudad de Villa de Álvarez las colonias con mayor índice de conflicto son la Libración, El Valle, Morelos, San Isidro, Arboledas del Carmen, Solidaridad, Palo Alto, La Reserva, La Gloria, La Joya, Buenavista, Villa Izcalli, Rancho Blanco, Tabachines, Manuel M. Diéguez y la avenida Pablo Silva entre otras. Además se incluye el centro norte de Villa de Álvarez, donde se divide por los puentes del rio Pereira la colonia Santa Martha y la colonia Morelos. Hay que señalar que en el margen del río Pereira que parece periferia, se han disuelto diferentes grupos de personas de hombres y mujeres sin hogar, que consumen mayormente metanfetamina conocida como hielo, foco o ice.

Continuará… Tercera Parte

Dirección

Colima
28000

Página web

Notificaciones

Sé el primero en enterarse y déjanos enviarle un correo electrónico cuando Revista Página Diez publique noticias y promociones. Su dirección de correo electrónico no se utilizará para ningún otro fin, y puede darse de baja en cualquier momento.

Contato La Empresa

Enviar un mensaje a Revista Página Diez:

Compartir