04/02/2025
El uso del andador o tacatá
La razón principal por la que se desaconseja el uso del andador es porque puede provocar accidentes. Los bebés empiezan a andar, normalmente, cerca de los 12-14 meses, unos antes y otros después, sin embargo en estas edades no tiene demasiado sentido darles un andador, porque ya andan o están a punto de hacerlo.
El andador se le suele ofrecer a un niño hacia los 7-10 meses, porque los padres observan que su hijo quiere estar todo el día de pie (en el momento en que les coges de las axilas hacen fuerza para levantarse) y porque creen que el andador les servirá para aprender a andar.
A estas edades los niños son todavía pequeños para muchas cosas y, una de ellas, normalmente, es tener libertad de movimientos en vertical. No es lo mismo un niño de 13 meses andando, que uno de nueve, que aunque va con un andador, va erguido igual. En esa posición puede llegar a sitios peligrosos, puede tocar cosas, tirar de los manteles y hacerse daño con objetos que, sin el andador, no conocería.
Un estudio realizado en un hospital francés reveló que un gran porcentaje de niños con traumatismo craneal visitados entre 2003 y 2005 habían sufrido un accidente con el andador.
En resumidas cuentas, el andador es peligroso para los niños y por esta razón hay algunos países de fuera de la Unión Europea en los que está prohibida su venta.
Un estudio hecho en Irlanda concluyó que los niños que usaban andador tenían más dificultades para desarrollar la marcha y otras actividades motrices, probablemente porque aprendían a caminar desarrollando algunos músculos, pero no otros que son los que les sirven para mantener el equilibrio.
Digamos que lo malo que tiene un andador en cuanto a desarrollo psicomotor es que todo el tiempo que un bebé pasa en el andador es tiempo que no está en el suelo.
En cambio, cuando no les dejamos que vivan en el suelo y les “forzamos” a estar erguidos, son muchos los que no llegan siquiera a gatear y se se pierde un abanico de posiciones y posturas que les ayudan a conocer su cuerpo y que les permite algo tan básico como saber qué hacer en caso de caerse (muchos de los bebés que no aprenden a gatear sufren cuando se caen, ya que no saben moverse estando a “cuatro patas”).
Alteraciones en el desarrollo de los bebés por andadores o tacatás:
El tacatá supone poner al niño en una postura y hacer que la mantenga el tiempo que nosotros consideremos oportuno de forma artificial.
Por definición, se usa en niños que aún no andan, ya que cuando andan ya no lo necesitan.
Eso lo que hace es forzar que el bebé se mantenga en una de las tres posibles posiciones durante un tiempo artificialmente prolongado:
– De pie. Cuando los niños empiezan a ponerse en pie lo hacen por períodos progresivamente más largos. Al principio aguanta pocos segundos. Conforme va haciendo más fuertes los músculos y ligamentos necesarios irá alargando ese tiempo. Pero no es bueno forzarlo. Algunos niños tienen problemas en de madurez en las caderas (tendencia a que se salgan de su sitio). Cuando es el niño el que se pone en pie por sí mismo, se echa al suelo en cuanto se nota incómodo. Pero cuando lo ponemos en el tacatá lo mantenemos en esa postura el tiempo que nosotros consideramos oportuno y eso puede superar lo adecuado para él. También puede afectar la espalda, ya que si se mantiene erguido demasiado tiempo acaba adoptando posturas perjudiciales.
– Sentado con las piernas colgando. Esta postura favorece de nuevo en los niños con inmadurez en las caderas, que el propio peso de las piernas tienda a separarlas de la articulación, favoreciendo la luxación.
– De puntillas. Muchos bebés empiezan a usar el andador cuando aún llegan al suelo sólo de puntillas. Hacer esto de forma repetitiva favorece que se fortalezcan demasiado los gemelos haciendo que el desarrollo de la musculatura de las piernas sea desequilibrado.
– Entorpece que el bebé aprenda a andar. Con el tacatá los niños lo que hacen es impulsarse con ambas piernas o hacerlo sin usar su equilibrio. Ambas conductas son contrarias a lo que el niño necesita para aprender a andar. No ayuda a que ande antes (lo que además no tiene ninguna ventaja), sino que favorece que el niño use esquemas que son perjudiciales para andar correctamente.
Información de bebesymas. Y mi pediatraonline