27/02/2021
Compran casi todos los medios de comunicación de Campeche, gastan toneladas de dinero público en el textoservicio, patrocinan cientos de páginas en facebook y luego, cuando llueven los elogios de las plumas que son suyas en los medios que son de su propiedad, creen que en verdad son personajes míticos, políticos que hacen historia como respiran, líderes incomparables.
Ordenan a los burócratas que asistan a los eventos de campaña, la invitación incluye pase de lista antes y después de que los líderes repitan las barbaridades de siempre sobre el amor a Campeche y el futuro que quieren construir; obligan a los burócratas a llevar a sus familiares, acarrean gente de los municipios; se acomodan, en suma, una muchedumbre a modo cuya única razón para asistir es el miedo a quedarse sin trabajo. Pero el tío y el sobrino se maravillan de su poder de convocatoria.
El absurdo se resume aquí: en su intervención, Alito dijo: “Conozco al candidato desde hace años”. Christian dijo: “No me gustaría ver malos gobiernos en mi estado”, y estamos en el sexenio de su tío Alito conocido por los campechanos como el Calígula de Lomas del Castillo.
Los textoservidores dicen ya que la presencia del presidente nacional del PRI en este acto es una gran ventaja para el candidato a gobernador. Para ellos, es el glorioso espaldarazo a la victoria.
Visto desde otro ángulo, el mandatario que dejó a Campeche como la peor economía del país, que dilapidó entre 3 y 4 mil millones de pesos en su imagen, que se hizo tristemente célebre por su afición erótica por las maquetas, que levantó una mansión de 100 millones de pesos cuando su cuna fue la miseria y nunca ha tenido otra ocupación que la política, que destruyó al Sector Salud de la entidad, que silenció homicidios y desapariciones, que lo perdió todo en 2018, hasta la senaduría del sobrino, y rescató algo gracias a la prostitución de los opositores, que se fue huyendo con apenas un 19 por ciento de aprobación, que padece delirios imperiales y quiere sentar al hijo de su hermana en el trono campechano, no me parece que esté en la posición de dar espaldarazos gloriosos, me parece que sólo puede dar puñaladas letales.
Y la soberbia es tanta que si la etiqueta política, la sensatez, la elemental discreción imponía que fuera Marko Cortez el dirigente partidista que tomara la protesta al candidato de la alianza y leyera el discurso protocolario, fue el tío Alito del sobrino candidato el verdadero festejado.
Van a perder la elección estos idiotas y lo peor del caso es que nunca sabrán el porqué. Habitan una burbuja de lodo.
Besitos.
Tantán.
En la gráfica, Alito llega con su sobrino al evento de hoy.