04/02/2025
“RIP para los pueblos mágicos?
De: Carlos Jesús Gómez Flores
Un programa iniciado por la SECTUR federal en 2001, aparentemente inspirado en los Pueblos Blancos de Andalucía, España, y que en este momento aún representa una marca que está presente dentro y fuera de México, es el de Pueblos Mágicos. En su surgimiento la secretaría de origen tuvo mucho cuidado en el otorgamiento del distintivo, solo se declararon 3 pueblos mágicos en 2001, pero luego las autoridades federales en turno fueron distinguiendo a localidades a granel, considerándose inclusive hasta a ciudades. En el 2023, en tiempos de la fallida gestión del entonces titular de la SECTUR de apellido Torruco, se declararon 45 pueblos mágicos que sumados a los 11 que distinguió en 2020, fueron un total de 56. Gracias a esto hoy existen 177 Pueblos Mágicos en 178 municipios que representa el 7.2 % del total de los municipios de México y cuentan con casi once millones de habitantes. Abrevando de la historia, hasta el sexenio presidencial de Andrés Manuel López Obrador hubo un recurso destinado al desarrollo de la infraestructura de los pueblos mágicos y a la construcción de capacidades para oferentes de bienes y servicios turísticos locales. Algunos de estos destinos realmente tuvieron un cambio integral positivo. Es un hecho que se mejoró la vida y el valor catastral de las poblaciones de algunas localidades gracias al multicitado programa. Aunque puedo asegurar que una parte importante de los 177 pueblos mágicos existentes no tienen el carácter ni condición de pueblos de acuerdo al tamaño de su población, (en realidad hay 74 municipios rurales con pueblos mágicos); tampoco muchos de los 177 que cuentan con el distintivo no tienen las características de excepcionalidad en materia cultural, o de belleza por naturaleza, o por la importancia histórica de su patrimonio edificado; ya que fueron nombrados desde el sillón del poder público partidista donde estuvieron sentados presidentes de la República en turno: sin embargo el programa representa una aspiración para municipios mexicanos con atractivos turísticos. Lo que ocurre es que dejó de haber congruencia en el programa. No se me olvida la molestia del que fue presidente municipal en el trienio pasado de Huasca de Ocampo, Hidalgo, (primero de los pueblos mágicos) quien me comentó en el Tianguis de Pueblos Mágicos realizado en Oaxaca en octubre de 2022 que no recibía apoyo ni de su gobierno estatal, ni del federal. Gracias a su comentario caí en cuenta del desapego financiero de la federación. No así sigue habiendo apoyo para pueblos mágicos de gobiernos estatales como el de Coahuila, el de Chihuahua y el de Nuevo León, teniendo las secretarias subnacionales de turismo una dependencia específica para su atención. Un golpe moral para los pueblos mágicos fue el haber nulificado los derechos políticos de los extintos comités ciudadanos de pueblos mágicos en noviembre de 2023. Pero lo que fue una declaración de muerte para el Programa Pueblos Mágicos es la que significó la presentación el día uno de febrero pasado por parte de Josefina Rodríguez Zamora, actual titular de la SECTUR, del Plan Nacional de Turismo en la asamblea general nacional de la American Society of Mexico en la que informó la desaparición del Programa Pueblos Mágicos. De su intervención me gusta mucho que ahora se vaya a potenciar a comunidades, particularmente a los pueblos originarios que tengan atractivos turísticos, me entusiasma la creación del distintivo “Turismo Comunitario”, mismo que apoyaré. Debo compartir que desde el 2023 junto a un representativo grupo de ciudadanos por el turismo de México se está construyendo una red de pueblos extraordinarios en los que sea posible practicar el turismo comunitario de naturaleza y que además poseen una lengua madre, tradiciones ancestrales y ecosistemas naturales conservados; pero me parece que el Programa Pueblos Mágicos significa ya una marca que puede aún mejorarse, pero no eliminarse. Quizá depurar el listado de 177 pueblos mágicos, (son solo 74 los que tienen carácter de pueblo), quizá eliminar a líderes ciudadanos que están enquistados en comités apócrifos, y a asociaciones de amigos que están en la grilla, pero no desaparecer el Programa Pueblos Mágicos. Para fortuna los aún llamados Pueblos Mágicos concentran habitantes de pueblos originarios para totalizar un millón 192, 253 personas de 54 raíces étnicas diferentes, siendo las principales: Nahua, 259,801; Maya, 239,226; 99,346, Tsotsil; 94,803, Totonaco; 71, 746, Ch’ol; 65,078, Otomí; 61,823, Tseltal; 47,196, Tarahumara; 39,907, Huasteco; 37,183, Mazateco; 36,166, Tarasco; y 27,480, Zapoteco. Estos datos me dicen que muy bien podría haber una transición de estas comunidades hacia el turismo comunitario que espero cuente con apoyos financieros tan necesarios en estos momentos de crisis geopolítica. Bustamante, de los Pueblos Mágicos de Nuevo León es el que aún conserva características de cultura originaria, espero pueda incorporarse al nuevo distintivo de turismo comunitario. Adicionalmente considero que los pueblos mágicos han sido apoyados por el gobierno estatal y que deben seguir siendo considerados como destinos turísticos para que sigan desarrollándose por el camino del turismo de naturaleza.”