21/06/2025
RASPUTIN Y EL FIN DE LOS ROMANOV: LA TRAGEDIA DE UNA DINASTÍA IMPERIAL
En las opulentas salas del Palacio de Invierno de San Petersburgo, la familia imperial Romanov vivía entre fastos y lujos, pero también bajo la sombra del miedo. Nicolás II, el último zar de Rusia, gobernaba un imperio convulso. Su esposa, Alejandra Fiódorovna, una mujer piadosa y melancólica, se refugiaba en la fe y en un misterioso místico siberiano: Grigori Rasputin.
Todo comenzó con Alexéi, el único hijo varón, nacido en 1904. El zarévich padecía hemofilia, una enfermedad que hacía que cualquier herida pudiera ser mortal. Alejandra, desesperada, halló en Rasputin un salvador: sus oraciones parecían detener las hemorragias del niño. Desde ese momento, Rasputin se convirtió en un visitante habitual del palacio, sembrando una relación de dependencia con la zarina.
El zar y la zarina tenían cinco hijos:
🌸 Olga: la mayor, seria y responsable.
🌼 Tatiana: elegante y cercana a su madre, a menudo la ayudaba como enfermera.
🌹 María: dulce y cariñosa, de espíritu tranquilo.
🌻 Anastasia: vivaz y traviesa, la más rebelde.
🌿 Alexéi: el heredero enfermo, frágil y protegido.
Bajo la sombra de la enfermedad del zarévich, la familia vivía cada crisis de Alexéi como una tragedia. Alejandra veía en Rasputin un santo y protector.
Mientras la Primera Guerra Mundial devastaba Rusia, la influencia de Rasputin creció. Se decía que recomendaba ministros y tomaba decisiones políticas a través de Alejandra, lo que provocó el desprestigio de la familia Romanov.
Sus enemigos lo acusaban de libertinaje y corrupción. Para la corte y el pueblo, Rasputin era el símbolo de la decadencia imperial.
El 30 de diciembre de 1916 (calendario gregoriano), un grupo de nobles, encabezado por el príncipe Félix Yusúpov y el político Vladímir Purishkévich, decidió asesinarlo. Lo invitaron al palacio Yusúpov bajo pretexto de una fiesta. Allí lo envenenaron con cianuro en pasteles y vino, pero Rasputin apenas mostró signos de dolor. Ate