13/01/2025
Nos envian el siguiente relato de chimalhuacan
Fue en el hospital san agustin en chimalhuacan el 30 de marzo
mi hijo estuvo mal, pero por la tarde empeoró. Intentamos bajarle la fiebre, pero no pudimos. Ya en la noche, como a las 12 a. m., empezó a subirle la temperatura. A esa hora no hay transporte donde vivo; soy de San Lorenzo, parte alta. Tenemos una vecina que nos habla bien, y decidimos ir a tocarle la puerta. Nos prestó su camioneta, pero su hija fue con nosotros, ya que se lleva bien con mi esposa.
Nos dirigimos al hospital de San Agustín, pero esa noche era muy tensa. Yo iba muy preocupado por mi hijo, ya que tenía la temperatura muy alta. Al llegar al hospital, nos atendieron. Mi esposa entró con mi hijo, y yo me quedé afuera en la camioneta con la muchacha.
El tiempo empezó a pasar. Eran las dos de la mañana y mi hijo no salía. Mi esposa me avisó por mensaje que lo estaban atendiendo, pero yo comencé a ponerme tenso porque el ambiente empezó a sentirse extraño. El viento comenzó a soplar con fuerza.
Nosotros estábamos dentro de la camioneta; yo estaba en el asiento del conductor y la muchacha en el del copiloto. En un momento, sentí una vibra muy pesada y, al voltear rápido, vi como si alguien pasara por la banqueta del hospital, moviéndose muy rápido. Al lado del hospital hay una casa donde tienen cosas extrañas: muñecas, juguetes viejos y muchas plantas. Se lo comenté a la muchacha, pero me dijo: "No, ¿cómo crees? Es porque estás tenso".
Después de eso, como a los 10 minutos, sentí algo detrás de la camioneta varias veces, pero ella no me creía. Me trató de calmar diciendo que era mi estrés. De repente, la camioneta se movió, como si alguien se hubiera recargado en ella. En ese momento, la muchacha empezó a asustarse. Le dije: "¿Ves cómo sí?".
De repente, sobre la avenida central, pasó un perro negro muy grande, casi como un lobo. Era aterrador; su pelaje era muy oscuro, y cuando volteó, sus ojos brillaban. El perro desapareció detrás de un carro de la funeraria. En ese momento, volvimos a escuchar ruidos detrás de nosotros. Volteamos varias veces, pero no vimos nada.
Hasta que, no sé cómo, se me ocurrió mirar por el retrovisor. Fue entonces cuando vi la silueta de una persona vestida de blanco. Le dije a la muchacha, y ella también la vio. Lo extraño es que solo se veía por el retrovisor; cuando volteábamos, no había nada. Decidí tomar una foto, y en la imagen sí salió. Después de eso, ya no quisimos voltear más, hasta que finalmente salieron mi esposa y mi hijo.
Relato de seguidor