13/01/2025
Los pobres deben tener muchos hijos.
Cada día, escucho y leo más y más argumentos que la misma sociedad está transformando como algo válido.
Uno de los que más leo entre la gente joven es el de que "Las personas pobres no deberían tener hijos"
Pero yo creo que las personas pobres son las que han construido y mejorado este mundo.
Si somos sinceros, si hace cincuenta años, el estado hubiera prohibido a los pobres no tener hijos, nadie que está leyendo este texto hubiera nacido. Entre los que están leyendo esto, hay abogados, contadores, empresarios y también, (sé que me leen) narcotraficantes, y gente malvada.
A simple vista, el argumento parece algo bueno: "si no tienes los medios para mantener a un hijo, no los tengas" y esa declaración es el combustible que miles de jóvenes que han vivido de forma cobarde necesitaban: cientos de miles de desencantados universitarios y gente letrada toma este argumento como hecho moralmente inapelable para que no tengan la responsabilidad de tener hijos.
A ellos no les importa que "ya haya mucha gente" "que nos estemos acabando el planeta" "este mundo es un in****no ¿por qué traerlos a sufrir?"
Si tuvieran huevos, al menos no disfrazarían su cobardía con la bandera de proclamación de superioridad moral: "no tengo hijos porque estoy poniendo de mi parte para hacer del mundo un lugar mejor"
Que bueno que no los tengan, esos genes pusilánimes no llegarían muy lejos en la carrera tan competitiva que es la vida. Tendríamos millones de mimados como ellos. exigiendo derechos pero no comprometiéndose a las obligaciones de ser adulto ("ya no quiero ser adulto" "soy un adulto chiquito" "quiero que venga un adulto más adulto que yo")
Pero lo malo es que esa gente pretende opinar sobre lo que otras personas podrían o no hacer con sus decisiones. Esa gente opina en su limitada visión de la vida que una vida para ser vivida en pobreza no es vida, que si nace pobre jamás saldrá de ahí, pero la evidencia los refuta: ellos mismos vienen de familias que hace cincuenta o sesenta años andaban en calzón de manta con huaraches, trabajando casi de forma esclava para ricos hacendados.
Esos hombres rudos trabajaron y lograron algo, avanzar un poco y pudieron legar la semilla del trabajo a sus vástagos, los padres de los pusilánimes. Esos padres, agradecidos con los esfuerzos de hombres que trabajaban la tierra, mimaron a millones, en complicidad con una sociedad complaciente que les prometió trabajos de jefes y gerentes sólo por terminar una carrera.
Ahora, un influencer les dice: "si no tienes dinero, no tengas hijos, los traerás a sufrir, somos millones, los recursos se acaban, el fin del mundo se acerca, el calentamiento global" o cualquier cosa que esté de moda y sea conveniente a su pedorra ideología.
Debe tener hijos el que los quiera. No se podrían contabilizar el numero de jóvenes que llegarán a los 50 años, arrepentidos por haber seguido modas estúpidas y no haber decidido tomar la responsabilidad más grande del ser humano: sembrar árboles cuyos frutos jamás disfrutará, el legado, lo que trasciende.
Pero, calma, la opinión de esos puñetas jamás es escuchada por el pobre. Por el hombre de a pie, ese que ha descartado una vida de criminal o dependiente de ayudas del gobierno.
Ese que llega los sábados a casa, entrega el chivo a su mujer mientras se sienta en su mesa a echarse una caguama mientras escucha a sus hijos jugar con la tierra en la calle.
No se preocupen, en este momento, millones de hombres rudos están criando a los adultos que no necesitarán "adultos más adultos" y que jamás exclamarán "ya no quiero ser adulto"
Esos puñetas se extinguirán rodeados de perros a los que les celebran cumpleaños y pastel con sus amigos perros en un salón de fiestas, mientras fantasean que esos perros son sus hijos.
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