20/01/2025
"Desarrollan en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla - BUAP Dispositivo para Proteger Información".
Con el objetivo de contribuir a la reducción de la violencia de género
digital, un grupo de investigación de la Facultad de Ciencias de la
Electrónica, integrado por los doctores Jesús Manuel Muñoz Pacheco y
Olga Guadalupe Félix Beltrán, así como por estudiantes de licenciatura
y posgrado, desarrollan un dispositivo de protección de información
sensible, a partir del sistema del caos.
Este grupo llamado Caos, fractales y complejidad propone un método
novedoso a través del cifrado de información con el uso del caos, pues
de acuerdo con las características intrínsecas de aleatoriedad de este
fenómeno, se generan sistemas más seguros para la transmisión de
datos, lo que reduciría el problema de violencia digital que afecta
principalmente a mujeres, niñas y niños.
Al respecto, el doctor Jesús Manuel Muñoz refiere: “Los ataques
cibernéticos siempre buscan formas de romper los mecanismos de
seguridad. Por ello, la innovación del trabajo radica en usar al caos
para ofrecer resultados óptimos en materia de protección de
información”.
Al escuchar este término se piensa en algo negativo, pero en realidad
sólo es un sistema complejo y dinámico que no es lineal. Al respecto,
el investigador explicó: “Es la esencia de todo, pues está presente en
los propios sucesos del Universo. No podríamos vivir sin caos, sin ese
conjunto de acciones no predeterminadas que nos confiere la vida que
tenemos. De hecho, nuestro cerebro reacciona de forma caótica, sobre
todo cuando está aprendiendo nuevas cosas”.
Su trabajo se enfoca en usar lo impredecible para un fin específico,
que es encriptar la información. Para lograrlo se desarrollan modelos
matemáticos que generan el fenómeno del caos, para después trasladarlo
a circuitos electrónicos. Es así como la información es asegurada, al
formularse en automático, una serie de códigos que sólo se abren con
una clave.
“A través de un generador de caos se crea de forma automática una
clave de encriptación; es decir, un texto desordenado que la protege.
Este sistema lo que hace es reproducir tanto en software, como en
hardware, el sistema aleatorio del caos. La gran ventaja es que lo
podemos realizar con circuitos electrónicos, a través de modelos
matemáticos. Este sistema también fue probado en imágenes, las cuales
se hacen ilegibles para quien no tenga la contraseña”, precisó Jesús
Manuel Muñoz.
Lizbeth Vargas Cabrera, alumna del Doctorado en Investigación Aplicada
a la Industria, quien trabaja en este proyecto de tesis, sostiene que
al vivir en una sociedad globalizada en la que el internet y las
tecnologías subyacentes están presentes en todas las actividades, lo
que genera beneficios, pero también vulnerabilidad, de ahí la
importancia de mejorar la protección de datos e imágenes compartidas
digitalmente.
En este contexto, mencionó que la violencia digital ocurre cuando una
persona no autorizada toma información, ya sean datos, imagen o texto,
para perjudicar a través de la extorsión, suplantación de identidad,
manipulación de imagen personal, robo de datos sensibles (nip,
contraseñas u claves de acceso) y ciberacoso, entre otros delitos.
De acuerdo con el módulo de ciberacoso del INEGI, las mujeres y los
menores de edad son los grupos más susceptibles para el ejercicio de
la violencia digital: 85 por ciento de las féminas que usan internet
en México han sufrido este tipo de ataques digitales.
El doctor Muñoz Pacheco refirió que este proyecto se sustenta en los
objetivos de los Pronaces (Programas Nacionales Estratégicos) que
generó el gobierno federal a través del Conahcyt, con diferentes
líneas de acción como la seguridad humana, relacionada con las
violencias estructurales.
Este desarrollo también propone una firma digital, la cual impide que
las imágenes sean vulneradas con inteligencia artificial para ser
usadas con fines delictivos, o bien para garantizar su originalidad,
se trata de una huella digital.
Es como decir que una fotografía u obra no es real porque no tiene
firma digital, es una forma de autenticarla y también se puede aplicar
en documentos oficiales, como títulos, cédulas, actas de nacimiento o
expedientes médicos o clínicos, los cuales por ley serán electrónicos.
Así, este método de cifrado protege la información mediante dos vías:
estática y dinámica. La primera es cuando no se transmite por un
medio, sino con un disco o memoria, mientras que la segunda se refiere
a la información enviada por una plataforma, como redes sociales o
WhatsApp.
El experto agregó que cualquier método de protección debe probarse
bajo un estándar internacional que garantice qué tan seguro es. Dicho
estándar tiene 15 pruebas, las cuales deben ser aprobadas en su
totalidad con un porcentaje de error del .01 por ciento. Respecto al
sistema desarrollado en su laboratorio, sostuvo que pasó todas las
pruebas, lo que le confiere un alto nivel de seguridad, incluso -dijo-
para emplearlo en la milicia.
En su fase final, el proyecto busca comercializarse en un gadget o
chip, que puede ser integrado en cámaras, celulares o relojes
inteligentes. Su costo no es elevado y su uso y distribución son
fáciles para que todas las personas, en este caso mujeres, puedan
usarlo en su dispositivo.
Por su parte, la doctora Olga Guadalupe Félix Beltrán subrayó que este
grupo de investigación es capaz de generar el proyecto en su
totalidad: desde plantear el sistema caótico, proponer el modelo y
probarlo, hasta desarrollar el producto final, ya sea un chip o una
app.
“El generador de estas señales fue diseñado y creado en esta facultad,
así como el software y el hardware; trabajamos en todos los niveles y
además formamos recursos humanos de alta calidad, que respondan a las
necesidades sociales a partir de soluciones tecnológicas”.
En el laboratorio de posgrado de la FCE, además de Lizbeth Vargas
Cabrera, también participan el estudiante de doctorado Luis Carlos
Lujano Hernández, y de la maestría en Ciencias de la Electrónica,
Diego Ruiz Sánchez de la Vega.