29/10/2024
Espero les guste y se tomen el tiempo de leerlo
¿Alguna vez has reflexionado sobre cómo el lenguaje que usamos con nuestros hijos puede moldear su percepción, educación y hasta su posición en la sociedad? Más allá de corregir malas palabras o enseñar a ser amables, el lenguaje que usamos —las palabras que elegimos y cómo expresamos nuestras ideas— tiene un impacto profundo y duradero. Esta herencia lingüística no solo se limita a nuestra generación; puede ser transmitida a hijos, nietos y bisnietos, creando un legado que influye en cómo piensan, se expresan y se relacionan con el mundo.
El Impacto de las Palabras Cotidianas
Desde pequeños, los niños absorben cada palabra y cada expresión de quienes los rodean. Las palabras no solo representan ideas; también transmiten valores, actitudes y perspectivas. Si repites ciertas palabras o expresiones que escuchaste de tus propios padres, es probable que estas se conviertan en el lenguaje habitual de tus hijos. A veces, no se trata de “malas palabras” en sí, sino de palabras que pueden limitar su visión o percepción del mundo. Por ejemplo, palabras como “carro” o “auto” pueden parecer detalles menores, pero elegir términos específicos y precisos puede ayudar a los niños a desarrollar una forma de expresión que refleja educación y cultura.
La Educación No Solo Es Escolar
La educación es un proceso continuo que va más allá de las aulas. La verdadera educación radica en nuestra capacidad y deseo de aprender cosas nuevas, de enriquecer nuestra mente y de expresar ideas de una manera que demuestre respeto por nosotros mismos y por los demás. No es necesario haber completado estudios formales para enriquecer el lenguaje y, a su vez, transmitir esta riqueza a nuestros hijos. Cada palabra que elegimos es una oportunidad de expandir el mundo de nuestros hijos, de abrirles puertas y de elevar sus posibilidades de comunicación.
Rompiendo Patrones y Abriendo Nuevas Puertas
A veces, el desafío está en romper los patrones de lenguaje y comportamiento que heredamos, en lugar de transmitirlos sin cuestionamiento. Si logramos “hackear” nuestra educación y criar a nuestros hijos con un lenguaje que refleja respeto, precisión y claridad, les estamos dando una herramienta poderosa. La forma en que hablan y se expresan puede diferenciarlos, colocarlos en contextos y oportunidades que tal vez no estaban a nuestro alcance.
En algunas ocasiones, es posible que otras personas cuestionen por qué te esfuerzas en enseñar un vocabulario diferente, o incluso “más elevado”, a tus hijos. Sin embargo, la realidad es que esta educación en el lenguaje contribuye a su desarrollo y a su posición en la sociedad. El objetivo no es hacer que parezcan “sofisticados”, sino darles una ventaja que les permita navegar en un mundo diverso y desafiante con más facilidad y seguridad.
La Responsabilidad de Educar con Palabras Correctas
Cada padre y madre tiene la oportunidad de cambiar, mejorar y enriquecer el legado de palabras que deja a sus hijos. Al usar palabras adecuadas, enseñarles expresiones claras y animarlos a aprender constantemente, no solo estamos influyendo en su vocabulario, sino también en su percepción de sí mismos y en cómo se relacionarán con el mundo. La educación, en su esencia, no es una lista de palabras complejas, sino una actitud de apertura, curiosidad y respeto que nuestros hijos aprenderán y, algún día, transmitirán a su propia familia.
Reflexión Final
Recuerda que cada palabra que dices construye el mundo en el que tus hijos vivirán. Al elegir cuidadosamente lo que compartes con ellos, estás dando forma a su identidad, sus oportunidades y su visión de la vida. Porque, en última instancia, nuestras palabras son semillas: lo que sembramos en sus corazones hoy, florecerá en su futuro mañana.
Nombre del libro : Rompiendo Cadenas
Autor: Eddy Mariscal