Nuestra Historia
59 años predicando el Evangelio al pueblo de Honduras.
Los Misioneros son y debe ser personas de un sólido temple espiritual a las que Dios elige como sus embajadores excepcionales porque El sabe que toman de manera precisa el mandato de nuestro Señor Jesucristo registrado en Marcos 16:15: “Id por todo el mundo; predicad el evangelio a toda criatura.”
Para muchos de estos hermanos no es ni ha sido fácil asumir un cometido como este. Sin embargo, la profunda fe en el Mensaje de vida de nuestro Señor Jesucristo les permite tomar el reto de ayudar al prójimo y evangelizar a la gente.
Con esta convicción y la plena confianza en la provisión del Dios de los Cielos, abandonan la familia, amistades y, sobre todo, las comodidades de su hogar para, en principio, aprender una nueva lengua, costumbres diferentes y desarrollar habilidades singulares que les ayuden a bien cumplir con su ministerio.
Si bien el Misionero entiende lo importante de su labor en el país al que es asignado, hasta que está en su destino es que comprueba la enorme tarea que le tocará realizar. Mas, sabiendo que “A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos”, no escatiman esfuerzo alguno para cumplir su cometido.
Siguiendo esta línea de pensamiento y sin menospreciar a otras denominaciones, por más de 50 años las Iglesias Bautistas Conservadoras de Estados Unidos han enviado y sostenido en Honduras cantidades significativas de hermanos misioneros que han cumplido a cabalidad su cometido de llevar el Evangelio de Salvación a todos los rincones del país y algo más.
Al par del esfuerzo espiritual que conlleva fundar iglesias y formar un sólido liderazgo nacional, los misioneros se han involucrado en tareas educativas, de salud y proyección social, demostrando con ello que el cristianismo es, además de una forja espiritual, una forma de vida y amor por los demás.
Ese antecedente se ve hoy compensado con el crecimiento espectacular del cristianismo evangélico en Honduras.
Si bien esta expansión es producto del quehacer humano misionero, no debemos olvidar que todo es resultado del Plan de Dios y sus Bendiciones para sus hijos y que quienes lo realizan, sin duda comisionados privilegiados, lo han hecho con absoluto apego a los requerimientos divinos.
El relato que estamos por iniciar, además de testimoniar el puntual esfuerzo Misionero Bautista Conservador, confirma el cumplimiento del propósito del Padre Celestial para esta Nación centroamericana cuando, al enviar poderosos emisarios de la fe cristiana a Honduras, pone en su mente y corazón crear una emisora de radio para llevar el mensaje redentor a todos sus habitantes y, por qué no, a otros confines del mundo.
Nos referimos a la fundación, hace 50 años, de HRVC, la Voz Evangélica de Honduras. Este acontecimiento de modesto inicio, además de un indubitable testimonio de los propósitos de Dios para la Nación hondureña, ha marcado la vida de su población y la historia del país.
En primer lugar porque, casi sin recursos y sin contar con una fuente “segura” de ingresos, a lo largo de los 50 años precedentes de manera milagrosa SIEMPRE, léase bien, SIEMPRE Dios ha proveído y sigue suministrando suficiente para cubrir todas las necesidades financieras de este medio de comunicación.
Asimismo, siguiendo la pauta misionera de sus fundadores y gracias a su condición de medio de comunicación de masas, de manera inmediata y simultánea llega a la vida de un sinnúmero de hondureños para rescatarlos del oscurantismo espiritual y enseñarles a vivir y disfrutar la vida plena y abundante que encierra el Evangelio de Cristo, por lo cual se gana el honroso título de Misionera del Aire.
Por otra parte, marca la historia del país porque, al menos en Honduras y en razón de los extraordinarios resultados, este tipo de medio de comunicación se ha multiplicado de manera tal que hoy, casi en cualquier ciudad hondureña, existe una emisora radial dedicada a la divulgación del Evangelio que cambia vidas y, en una sociedad radicalizada y materializada, este hecho es de enorme trascendencia porque promueve un estilo de vida basado en el amor fraterno, la reconciliación y los valores inmutables entre los seres humanos.