25/11/2021
DESEOS
Recuerdo ese día que te conocí, moría de nervios estaba echo todo una gelatina de temblores, no de miedo sino de entusiasmos locos que recorrían todo mi cuerpo.
Era esa sensación hermosa de sentir como te sudan las manos tus labios tiemblan, la desesperación te atrapa cuál zaeta melancólico.
Llegaste y en ese momento todo se volvió silencio total, tu melena se movía de un lado para otro y mis ojos al baiben de el, una sonrisa se dibujo en tu rostro al verme, bajaste la mirada por un segundo y levantastes más la frente y me sonreistes más fuerte.
Cada paso que dabas hacia mi me aceleraba el corazón, quería correr a tus brazos y sentía que tú también lo deseabas hacer, pero mantenimos la calma de segsr nuestros deseos.
Ya al estar cerca tus brazos se extendieron tu mirada se volvió luz, junto con tu sonrisa incluida quedé extasiado y si salí casi corriendo a recibirte en un abrazo fuerte que duró mucho así nos quedamos.
Nos separamos pero nuestras miradas no se separaron desde ese momento, nos besamos despacio porque sabíamos que la noche era nuestra, ese momento era nuestro.
La buya de la calle no nos impedía hablar, sonreír como dos locos, la gente al rededor pasaba nos veía y sonreía al ver lo feliz que estábamos.
Tenerte de la mano, abrazarte, besarte y oír tu voz era lo único que me importaba en ese momento.
Lo nuestro se esparcía por todos lados, todos lo notaban lo feliz que estábamos al estar juntos, quizás murmuraban pero nuestras miradas no se separaron esa tarde de verano.
Quizás no sabían que era la primera vez que salíamos juntos, que al fin el tiempo corrió para que eso pasará en ese momento.
Que más puedo pedir, que más puedo desear si contigo lo tengo todo y no necesito más, más que adorarte a cada instante como lo estoy haciendo.
Gracias por muchas cosas, quizás por todo y todo lo que vendrá.