30/12/2024
¿𝙋𝙧𝙤𝙛𝙚𝙘𝙞́𝙖𝙨 𝙫𝙚𝙧𝙙𝙖𝙙𝙚𝙧𝙖𝙨 𝙤 𝙨𝙡𝙤𝙜𝙖𝙣𝙨 𝙢𝙚𝙧𝙘𝙖𝙙𝙤𝙡𝙤́𝙜𝙞𝙘𝙤𝙨❓
¿Aserciones Proféticas verdaderas o simplemente Slogans Mercadológicos?
¿Predicciones específicas o frases demasiado generales?
¿Detalles concretos de sucesos futuros o frases trilladas y escapistas?
¿Sentido Correcto de las Escrituras o Abuso Alegórico de Liderazgo?
¿Falacias Exegéticas o interpretación Irresponsables de la Biblia?
¿Culto a Dios o al líder religioso de los seudos Apóstoles y Profetas?
¿Megalomanía o Autoridad Desmedida?
¿Narcisismo u Orgullo?
¿Énfasis en Jerarquías o en el Servicio?
¿Dictadura Espiritual o comunidad de fe?
¿Iglesias o Sectas?
Estas son algunas de las preguntas básicas que deberían filtrar los cristianos al escuchar o al creer ante el desborde de premoniciones de este nuevo año 2025. JUZGAR LA PROFECÍA es un mandato bíblico que todos los creyentes hemos recibido, el apóstol Pablo dice en 1 Corintios 14:29 (RVC): «que hablen dos y hasta tres profetas, y que los demás juzguen lo dicho».
(Proverbios 27:17). Juan Crisóstomo, en el siglo IV, dijo que «𝙀𝙇 𝘿𝙀𝙎𝙀𝙊 𝘿𝙀 𝙂𝙊𝘽𝙀𝙍𝙉𝘼𝙍 𝙀𝙎 𝙇𝘼 𝙈𝘼𝘿𝙍𝙀 𝘿𝙀 𝙇𝘼𝙎 𝙃𝙀𝙍𝙀𝙅𝙄̀𝘼𝙎».Para nadie es un secreto que a lo largo de la historia e, incluso en el tiempo presente, se utilizan herramientas de control para perpetuar la subyugación, el dominio y la explotación del rebaño de Dios. Algunos autócratas eclesiásticos son expertos en la manipulación demagógica y en la esclavización psicológica de sus seguidores.
Los hermanos Henry y Richard Blackaby dicen que «La Dictadura espiritual suele ser la forma más opresiva de tiranía». Varias de las estrategias opresivas que utilizan los caudillos religiosos sectarios tienen que ver con cosas como:
(1) 𝑳𝑨 𝑷𝑶𝑺𝑻𝑼𝑹𝑨 𝑫𝑬𝑳 𝑷𝑶𝑫𝑬𝑹: estos aprovechan toda oportunidad para hacer énfasis en su título, su posición y su autoridad espiritual. Generalmente, este énfasis desmedido en su autoridad espiritual se debe a que esta no es real, sino fraudulenta. Estos sostienen que Dios se comunica con su pueblo solamente a través de la jerarquía de poder, es decir, Dios le habla al líder y los demás deben someterse y no pueden cuestionar.
(2) 𝑰𝑵𝑽𝑬𝑵𝑻𝑶𝑺 𝑬𝑿𝑻𝑹𝑨𝑩𝑰𝑩𝑳𝑰𝑪𝑶𝑺: estos establecen sistemas de gobierno que catapultan la idolatría al líder y que, evidentemente, no están en la Biblia. Desarrollan una estructura multinivel que convierte al líder principal en una persona incuestionable y lo coloca en una posición de poder sectario significativo. Estos, abusando alegóricamente de las Escrituras, fomentan mitos como «si te vas de la cobertura del líder estarás bajo maldición», entre otros.
(𝟑) 𝐓𝐄𝐑𝐆𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐋𝐀𝐒 𝐄𝐒𝐂𝐑𝐈𝐓𝐔𝐑𝐀𝐒: estos retuercen textos bíblicos para obtener inmunidad religiosa e impunidad ministerial. Por ejemplo, citan el Salmo 105:15 para decir «NO TOQUES AL UNGIDO», aplicándolo a ellos mismos totalmente fuera de contexto, presentándose como incuestionables e intocables. Cuando lo cierto es que cualquier persona que haga un estudio responsable de dicho texto, puede percatarse de que Dios le está hablando a las naciones, diciéndoles que no toquen a su pueblo elegido o ungido, ISRAEL.
(𝟒) 𝐌𝐀𝐍𝐈𝐏𝐔𝐋𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐏𝐎𝐒𝐈𝐓𝐈𝐕𝐀: estos realizan sobornos emocionales garantizando a sus seguidores que mientras estén bajo su cobertura les irá bien, en otras palabras, ofrecen falsa seguridad basada en el culto a la personalidad.
(𝟓) 𝐌𝐀𝐍𝐈𝐏𝐔𝐋𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐍𝐄𝐆𝐀𝐓𝐈𝐕𝐀:estos suelen infundir miedo como un arma de dominación. Es aquí, precisamente, donde algunos autócratas religiosos pueden tomar una escena como la de Marcos 3:22-30 y Mateo 12:22-32, para decir cosas como: «si cuestionas mi palabra profética estás blasfemando contra el Espíritu Santo y, por consiguiente, estás cometiendo el pecado imperdonable e irás al in****no». ¡Vaya manera de vetar la facultad de criterio y la capacidad de discernimiento de las personas!
La Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, nos manda a juzgar la profecía, por lo tanto, hacerlo jamás será blasfemar contra el Espíritu Santo, sino cumplir con un mandato del mismo Espíritu Santo que inspiró el texto bíblico. Te dejo esta cita del profesor Craig Keener, quien dice acertadamente lo siguiente: «¿Cómo se arriesgaron los críticos de Jesús a blasfemar contra el Espíritu? Estaban rechazando la propia verificación de Dios de la identidad y misión de Jesús. Después de acusar falsamente a Jesús, sus críticos tienen la audacia de pedir una “señal” (Mateo 12:38), ¡incluso después de explicarles él las señales que ya les ha ofrecido! La última señal sería su prueba final: “la señal de Jonás”, la resurrección de Jesús (12:39-40)…
Un pecado imperdonable es aquel en el que el corazón de uno se vuelve tan duro que uno rechaza incluso la evidencia obvia de la verdad, hasta el punto de que uno nunca puede convencerse». Dicho de una forma sencilla, la blasfemia contra el Espíritu Santo es el pecado imperdonable debido a que conlleva un estado permanente de incredulidad en el que el individuo jamás experimenta el arrepentimiento y, por consiguiente, tampoco la salvación de Dios.