Hno. David Muñoz

Hno. David Muñoz bienvenido, Cristo te ama!
(8)

“Hay que evitar ser así y estar con alguien así”.  2 Tim 3:2–5Un listados de hombres que hay que evitar.“amadores de sí ...
24/06/2024

“Hay que evitar ser así y estar con alguien así”.
2 Tim 3:2–5

Un listados de hombres que hay que evitar.

“amadores de sí mismos”
(del griego: filautos) —egoístas; demasiado absortos en sus propios intereses.

No sorprende que la lista de maldades comience con ésta.
Muchas obras diabólicas nacen de la tenencia de un concepto demasiado alto de sí mismo, de los impulsos egoístas y los deseos egocéntricos.

“avaros”
(del griego: filarguros) —codiciosos

Aunque “gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento” (1 Ti. 6.6), los que ponen el dinero en primer lugar pierden la libertad, el juicio, la pureza, la fe y el contentamiento —y eventualmente, sus almas.

“vanagloriosos”
(del griego: alazon) —un fingidor vacío.

Un hombre egoísta es automáticamente un jactancioso. 1Jn 2:16

“soberbios”
(del griego: huperefanos) —altanero, que desdeña a otros o que, incluso, los trata con desprecio

Se trata de una fanfarronería que ha trascendido el ego y ha llegado a reaccionar en contra de los demás y a herirlos.

“blasfemos”
(del griego: blasfemos)

Cuando los demás reaccionan en contra de una persona altanera (lo que por lo general sucede), ésta responde con blasfemias y se siente “justificada” al hacerlo.

“desobedientes a los padres”
(“desobediente” = del griego: apeithes) —que no se le puede persuadir, que no cumple

Los padres pueden tratar, pero el hijo desobediente no va a acatar. Hay ciertas personas que hacen tratos con el diablo desde una temprana edad.

“ingratos”
(del griego: acaristos) —no agradecidos

El no ver a los que nos bendicen y cuidan de nosotros, siempre ha sido la causa de malas relaciones con Dios y con los semejantes.

“impíos”
(del griego: anosios) —no santos, inicuos

¡No hay nada ni nadie que sea sagrado para tal persona! Le falta el respeto a Dios y lo desdeña.

“sin afecto natural”
(del griego: astorgos) —sin afecto natural ni amor por los suyos

Allí donde el amor debió haber florecido, se le dejó de lado y se le rechazó.

“implacables”
(del griego: aspondos) —que no se le puede persuadir a entrar en un pacto

Se trata de un hombre al que no se le puede aplacar ni satisfacer. No hay modo de entrar en un acuerdo con él ni de emprender un plan de acción con él. Es demasiado egocéntrico y dogmático, al punto que todas las relaciones —con los semejantes y con Dios— perecerán por su causa.

“calumniadores”
(del griego: diabolos) —propenso a calumniar… hombres que se parecen al diablo en la forma de pensar y de actuar, dependen del diablo para lo que piensan y lo que hacen, y son motivados y gobernados por él.

Tarde o temprano, estos calumniadores traicionarán a los que les han confiado sus problemas.

“intemperantes”
(del griego: akrates) —sin poder,… en un sentido moral, que carece de dominio propio

Dada su falta de autodisciplina, este individuo descubrirá que su situación (y su alma) está fuera de control. Un pecado lleva a otro.

“crueles”
(del griego: anemeros) —no domesticado, salvaje o feroz.
Ésta es la culminación de todas las anteriores obras diabólicas.

¡Pobre de la gente que debe vérselas con estos salvajes tiranos!

“aborrecedores de lo bueno”
(del griego: afilagatos) —que se opone a la bondad y a los hombres buenos; esta frase se encuentra solamente en 2 Ti. 3.3

Toda la bondad y piedad de Cristo lo llevaron a ser crucificado por los hombres.

“traidores”
(del griego: prodotes) —un traidor.
Tarde o temprano, tales hombres se irán y abandonarán a sus seres más queridos.

“impetuosos”
(del griego: propetes) —que cae hacia adelante, que cae de cabeza,… precipitado.

Puede que los infieles abandonen las respuestas que dicta la razón cuando toman rumbos destructivos y desastrosos.

“infatuados”
(del griego: tufoo) —estar enceguecido de orgullo, hacer tonto o estúpido a alguien.

Esta clase de ceguera inevitablemente traerá dolor y tristeza.

“amadores de los deleites”
(del griego: filedonos) —dado al placer.

Estas personas tienen las prioridades mal ordenadas, al amar los placeres más que a Dios.

“que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella”

(“apariencia” = del griego: morfosis) — la simple forma externa o semblante de piedad.

La forma sin la fe es un fraude. La persona se aferra a una apariencia de piedad, pero niega o renuncia al poder de la verdadera piedad.

Recuerdelo.

La palabra de Dios.Cuando se toma en cuenta la necesidad humana (Romanos 3.23) y el plan de redención de Dios (Efesios 2...
24/06/2024

La palabra de Dios.

Cuando se toma en cuenta la necesidad humana (Romanos 3.23) y el plan de redención de Dios (Efesios 2.1–8), las palabras resultan insuficientes para expresar la grandeza del mensaje del evangelio.

Las Escrituras son útiles y también completas. Nos benefician de cuatro singulares maneras:

1. La palabra de Dios brinda dirección porque es útil para “enseñar”.

Nuestra redención está engranada con “el hombre” y “el plan”, con la persona y sus preceptos (Hechos 4.12; Juan 8.3132; 2 Juan 9; Romanos 1.16–17).

El hombre no sabe cómo ordenar sus pasos (Jeremías 10.23). Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte (Proverbios 14.12).

¡Es obvio que necesitamos la enseñanza de las Escrituras para que se nos ordenen nuestros pasos!

2. Las Escrituras también son útiles para descubrir o “redargüir”.

Debe enderezarse lo que está torcido, de lo contrario, se estará haciendo burla de la cruz de Cristo (Santiago 1.21–25; 1 Juan 2.1–2).

La Biblia es la herramienta que hace salir a la luz nuestro error y la que declara nuestra culpabilidad con el fin de apartarnos de los malos caminos (Hebreos 4.12–13; Romanos 7.7; Tito 1.9–10).

Esto es lo que alguien aseveró acerca de la palabra de Dios:
“Por cada minuto que la leo ella elimina un pecado o deja entrar una virtud para combatirlo”.

Las Escrituras nos brindan la perspicacia necesaria para detectar nuestros pecados y debilidades, y nos estimulan a entregar nuestras vidas al servicio de más nobles causas.

3. Las Escrituras son buenas para la disciplina o para “corregir”.

Una vez que las Escrituras nos han declarado culpables de pecado, ellas nos señalan el camino de la restauración mediante directrices en el sentido de buscar la santidad (vea 1 Pedro 1.22—2.2).

El Señor se atreve a disciplinar, y su palabra es la plomada (Amós 7.7–8) o norma, con la cual se considera toda cuestión (2 Juan 9).

4. Las Escrituras son útiles para el crecimiento porque en ellas hay poder para “instruir en justicia”.

Es fácil ver que esta palabra significa algo más que “decir”.

Tiene que ver con la instrucción y esa instrucción incluye todo el proceso mediante el cual uno es moldeado y estabilizado hasta llegar a la madurez.

La madurez en este caso es la “justicia”.
¡Las Escrituras nos guían en nuestro paso del pecado a la santidad, de la inconstancia a la fe, de una vida de maldad a una vida en la que se es partícipe de la naturaleza de Dios!

¡La verdad nos transporta y nos transforma!

Un día, un escriba le hizo una pregunta a Jesús: “¿Cuál es el primer mandamiento de todos?” Jesús respondió citando Deut...
22/06/2024

Un día, un escriba le hizo una pregunta a Jesús:

“¿Cuál es el primer mandamiento de todos?”

Jesús respondió citando Deut. 6:5 que requería que las personas amaran a Dios con todo su ser.

Luego agregó Lev. 19:18 a su respuesta, lo que requería que la gente amara a su prójimo.

Llegó a la conclusión de que ningún otro mandamiento es mayor que estos y que de estos dos mandamientos depende toda la Ley y los Profetas (Mar. 12:28-31; Mat. 22:36-40).

¡Qué momento tan impactante! ¡Tener al Hijo de Dios, coautor del Antiguo Testamento, para resumirlo en su totalidad, para encapsular la religión del Antiguo Testamento en un solo mandamiento!

Uno podría esperar que señalara uno de los Diez Mandamientos. Pero no lo hizo.

Cortó todas las regulaciones y responsabilidades de la humanidad para señalar la preocupación número uno, la tarea final de todo ser humano: obedecer amorosamente a Dios.

Moisés ofreció el mismo resumen a la gente de su época:

Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? (Deut. 10:12-13)

Este enfoque apasionado sobre la estricta obediencia amorosa a las reglas de Dios se muestra repetidamente teniendo prioridad, incluso sobre los sinceros intentos humanos de ser religiosos y adoradores de Dios — cuando esos intentos no se ajustan a las especificaciones divinas.

Cuando el rey Uzías entró al templo para quemar incienso a Dios, perdió su lugar de honor con Dios y fue golpeado por la lepra. ¿Por qué?

Quiero decir, al menos se estaba involucrando en un ritual religioso — adoración a Dios. ¿Por qué Dios no estaría complacido?

Porque no obedeció de acuerdo con las reglas (2 Crón. 26:16-19).

Los profetas del Antiguo Testamento enfatizaron el mismo concepto crucial.

“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”. (Miq. 6:8).

“Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien” (Jer. 7:23).

“Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis” (Amós 5:4).

Con la llegada del Nuevo Testamento, este énfasis en la obediencia se mantuvo igual.

Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” y “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando” (Jn. 14:15; 15:14).

Después de todo, Jesús mismo describió su papel y propósito en esta tierra como uno de completa sumisión y total obediencia a Dios. Dijo:

“Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”;

“porque yo hago siempre lo que le agrada”; “…he acabado la obra que me diste que hiciese” (Jn. 6:38; 8:29; 17:4).

El escritor hebreo resumió la existencia terrenal de Jesús:

“Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Heb. 5:8-9).

Pedro resumió la única vía a través de la cual se podría asegurar el favor de Dios:

“sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia” (Hch. 10:35).

Pablo distinguió entre los dos únicos enfoques en la vida: el pecado que resulta en muerte o la obediencia que resulta en justicia (Rom. 6:16; cf., 2:6-10).

No es de extrañar que Pedro declarara de manera radical que el alma humana se purifica “por la obediencia a la verdad” (1 Ped. 1:22).

Y no es de extrañar que Pablo advirtiera que la venganza eterna se infligirá contra aquellos que no “obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tes. 1:8).

La primacía de la obediencia se ve más en la alusión bíblica a “glorificar” a Dios. “Glorificar” significa mostrar honor o respeto. Mostrar honor o respeto a Dios, por definición, significa ajustarse precisamente a sus instrucciones.

Por eso Jesús dijo que había glorificado a Dios en la tierra (Jn. 17:4).

Había hecho todo lo que Dios le dijo que hiciera.

Cuando Pablo advirtió a los cristianos corintios contra el uso de sus cuerpos para el pecado sexual, dio su justificación,

“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo” (1 Cor. 6:20).

En otras palabras, use su cuerpo para el propósito previsto — obedecer a Dios.

La fórmula “a Dios sea la gloria” significa que todo en la vida se centre en complacerlo (Rom. 11:36; 16:27; Efe. 3:21).

Pedro dio como objetivo final del ministerio cristiano,

“…para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo” (1 Ped. 4:11).

“La Verdad y el Error”.Es triste notar que muchos, incluso en la iglesia misma, no entienden esta verdad crucial, y no h...
22/06/2024

“La Verdad y el Error”.

Es triste notar que muchos, incluso en la iglesia misma, no entienden esta verdad crucial, y no han aprendido ha trazar una linea que separa la verdad del error. Rom 2:8

La pregunta candente es: ¿cómo puede alguien honradamente considerarse a sí mismo como un anciano fiel en la iglesia del Señor si no protegerá al rebaño contra los “lobos” (falsos maestros, Hch. 20:17-31)?

¿Cómo puede un hombre considerarse honorablemente como un fiel predicador del evangelio (que debería estar en la primera línea de la batalla) si no redarguye, reprende y exhorta como se le enseña a cada predicador a hacer (2 Tim. 4:1-5)?

Al igual que José de Arimatea, muchos son “discípulos”, pero en secreto por temor a otros hermanos o a algunos en el mundo. Juan 19:38

¿Dónde está entre nosotros el amor por la verdad que llevó a Jesús a morir, a Pablo ser apedreado, encarcelado, golpeado con azotes, etc.; y a Esteban ser apedreado hasta la muerte?

Con el mundo hundiéndose de cabeza en el ateísmo y el materialismo acentandoce sobre la Iglesia.

¿dónde están los fieles soldados de Cristo que se atreverán a encontrarse con los gigantes ateos en la plataforma del debate público?

Muchos miembros de la iglesia del Señor no son conscientes del enorme crecimiento mundial de las falsas doctrinas y el ateísmo (y otras formas de incredulidad) o simplemente no les importa si ese es el caso.

Sus acciones letárgicas con respecto a este problema ponen de manifiesto las actitudes indiferentes que se encuentran detrás de esas acciones.

En el ámbito religioso, los modernistas (tanto dentro como fuera de la iglesia) califican la Biblia como nada más que una colección de escritos meramente humanos (sin inspiración).

Aun los modernistas en la iglesia son una cuestión de poca o ninguna preocupación para muchos cristianos — incluidos los ancianos y los predicadores.

Los cristianos pueden prepararse para enfrentar y refutar lo mejor que el mundo del ateísmo tiene para ofrecer.

Tal preparación requiere largas horas y trabajo duro durante muchos años, pero se puede hacer — si uno está dispuesto a pagar el precio para ser el tipo de soldado que el Señor requiere.

Los cristianos pueden prepararse para enfrentar y refutar las perniciosas doctrinas del modernismo y denominacionalismo.

Nuevamente, requerirá muchos años de arduo trabajo, pero se puede hacer — si los hombres están dispuestos a pagar el precio requerido.

En los primeros días de la iglesia, era amada u odiada en todas partes.

Este es el caso porque algunos hombres aman la verdad y la aceptarán y la obedecerán cuando la escuchen

Ninguna persona honesta que conozca el mensaje del libro de los Hechos podría imaginar que Pedro, Pablo, Esteban y otros discípulos fieles podrían enfrentar la situación actual y no ponerse de pie y predicar “todo el consejo de Dios” y defenderlo cuando ¡La situación requiriera tal cosa!

En la Sentencia, los predicadores serán condenados si han predicado un mensaje “diluido”, pe******do (y, por lo tanto, falso) y/o se han negado a defender la verdad contra el error.

En la Sentencia, los ancianos darán cuenta de sus acciones en cuanto a si han protegido al rebaño contra los lobos religiosos.

Que Dios nos ayude a todos a defender realmente la verdad acerca de Dios y Su Palabra, la Biblia (Sal. 19:1-5; Rom. 1:18-22; 2 Tim. 3:16-17).

22/06/2024
“Desobediencia” algo que Dios toma en cuenta.Ya sea en algo que el hombre pensó que era pequeño o grande, fue castigada ...
19/06/2024

“Desobediencia” algo que Dios toma en cuenta.

Ya sea en algo que el hombre pensó que era pequeño o grande, fue castigada por el Señor.

Primero.
Comer del fruto prohibido en el Edén puede haber parecido insignificante, pero fue desobediencia a Dios. (Gén. 2:16-17; 3:1-19).

Segundo.
Para muchos, la desobediencia de Moisés pudo haber parecido pequeña, pero lo dejó fuera de Canaán. (Núm. 20:1-12)

Tercero.
Nadab y Abiú eran sacerdotes calificados y ofrecían los sacrificios correctos en el lugar correcto.

Sin embargo, ofrecieron fuego extraño “que él nunca les mandó”. Murieron. (Lev. 10:1-2)

Ninguna escritura dice en tantas palabras:
“No adorarás a Dios con fuego extraño”.

Sin embargo, se dice que Dios había autorizado específicamente la fuente del fuego.

Cuarto.
Saúl pensó que tenía razones suficientes para ignorar las instrucciones de Dios.

Samuel llegó tarde, Israel se dispersó, los filisteos se reunieron, Saúl se mostró reacio, pero no quería enfrentarlos sin haber suplicado primero el favor de Dios.

Samuel dijo: “Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado…ahora tu reino no será duradero…” (1 Sam. 13:8-14) Con respecto a los amalecitas Saúl pensó que tenía buenas razones para no hacer lo que Dios dijo. Culpó al pueblo, y sus objetivos eran buenos porque planearon sacrificar a Jehová.

Sin embargo, fue la rebelión la que fue “como pecado de adivinación…y como ídolos e idolatría la obstinación.

Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey”. (1 Sam. 15:1-23)

Debemos guardar Sus mandamientos. (1 Jn. 2:3-4)

Quinto.
Al principio el rey Uzías hizo lo correcto, pero luego transgredió y quemó incienso en el templo.
Se convirtió en leproso y fue cortado de la casa de Jehová. (2 Crón. 26:4, 16-21)

Sexto.
El arca debía llevarse sobre los hombros de los levitas. (Núm. 4:14-15; 7:9) David transgredió poniéndolo en un carro, parecía que podría caerse, y con buenas intenciones Uza trató de atraparlo, pero murió por agarrarlo. (2 Sam. 6:3, 6-9) Solo ciertos sacerdotes debían tocar el arca. (Núm. 4:15; 18:3.)

Cuando David más tarde llevó el arca a Jerusalén, hizo lo que Dios le ordenó, y no como la vez anterior, cuando no había buscado a Jehová
“según su ordenanza”. (1 Crón. 15:1-2, 12

Antiguo Testamento enfatizó que no se debían agregar, quitar o apartar de la palabra de Dios.

¿Se encuentra este principio en el Nuevo Pacto?

Primero.
Debemos hacer la voluntad de Dios, defender la verdad, defendernos y luchar por la fe. (Mat. 7:21-27; Luc 6:46; 1 Tim. 3:15; 1 Cor. 16:13; Judas 3).

Segundo.
Cualquier cosa que pueda incluirse en “la doctrina de Cristo” no debemos ir más allá. (2 Jn. 9) No hay más derecho a ir más allá de lo que está escrito con referencia a preceptos y principios que con referencia a la opinión que debemos tener de las personas. (1 Cor. 4:6)

Tercero.
Aunque Ap. 22:18-19 fue escrito específicamente sobre Apocalipsis, no tenemos derecho a agregar o quitar cualquier otra palabra de Dios.

(1) En la naturaleza misma del caso, el hombre no tiene el poder de crear más palabras de Dios, ni de abolir ninguna palabra de Dios. La palabra del hombre no es igual a la palabra de Dios.

(2) No debemos basar nuestra fe y obras en los preceptos del hombre, sino hacer lo que Dios nos ha mandado. (Mat. 15:1-9; 28:20; Hch. 2:42; Col. 2:20-23; 1 Ped. 4:11)

(3) Ningún hombre tiene el derecho de anular un pacto o agregarle. (Gál. 3:15-17)
El Nuevo Pacto es el que está obligado hoy. (Heb. 8:6-13; 12:24; 13:20; Jud. 3).

El pueblo escogido.Moisés es llamado por el Señor para conducir a Israel (Exo.3:16-17)Y fue la liberación de este pueblo...
18/06/2024

El pueblo escogido.

Moisés es llamado por el Señor para conducir a Israel (Exo.3:16-17)

Y fue la liberación de este pueblo de Egipto lo que realmente da origen a la nación.

“Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa; y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre... y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros; y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra que fluye leche y miel”(Deut.26:5-9; Ezeq.20:5).

“Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Exo.20:5)

Y Jehová ha decretado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos Deut.26:18

Israel estaba bien consiente del hecho de ser una nación elegida.

“Porque ¿Qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo delante de vosotros?” (Deut.4:7-8)

¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer? ¿O ha Intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos? (Deut.4:32-34).

“Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra” Deut.7:6).

“Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra” (Deut.14:2).

“Ha manifestado sus palabras a Jacob, Sus estatutos y sus juicios a Israel. No ha hecho así con ninguna otra de las naciones; Y en cuanto a sus juicios, no los conocieron” Sal.147:19-20

“A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra” (Amós 3:2).

“Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo” (Ose.11:1).

Estos son algunos pasajes que nos dejan claro el hecho de la elección de Israel, pero ellos no nos explican el “porque” de su elección.

Primero, uno necesita reconocer que la elección de Israel no fue debido a algún mérito en Israel mismo.
Ellos no fueron elegidos por su intelecto avanzado o grandes conocimientos

Ellos tampoco fueron elegidos por ser una gran nación. O una raza superior.

En ningún lugar en el Antiguo Testamento se enseña que Dios eligió a Israel debido a su grandeza heredada. Su grandeza radica en el hecho de que Dios lo eligió y no viceversa — Dios lo eligió debido a la grandeza de ser.

Moisés dejo en claro los motivos de su elección y las respuestas a la pregunta que hemos planteado.

Israel no fue elegido porque ellos fueron más numerosos que otras naciones. Comparados con Asiria, Egipto y Babilonia, ellos fueron más pequeños.
Ellos eran un pueblo insignificante entre todas las naciones.

“No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros eráis el más insignificante de todos los pueblos” (Deut.7:7).

Tampoco fueron elegidos porque Israel fuera más justo que todos los demás pueblos

“No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra” (Deut.9:4).

Israel es repetidamente acusado en el Antiguo Testamento de ser un pueblo necio y rebelde.

La tierra no fue dada a ellos debido a su justicia, sino debido a la impiedad de sus anteriores moradores.

La respuesta que Deuteronomio da a nuestra pregunta es que Dios amó a los ancestros de Israel (Deut.4:37).

Él amó a Israel y había hecho un juramento ante sus antepasados.

Él se había fijado de los antepasados de Israel (Deut.10:15).

Dios los había amado (Deut.23:5).

Israel era la joven sin atractivo vista en el campo (Ezeq.16:4-6).

La elección de Israel no fue por causa de ellos solamente.

Dios eligió a Israel por propio motivo o “a causa de mi nombre” Ezeq.20:9, 14, 22, 44.

Es realmente cuando uno viene a la última parte de Isaías que la razón para la elección de Israel se vuelve clara:

“Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te podré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas” (Isa.42:6-7).

Israel sirvió como un testigo de Dios que Él era el único Dios verdadero (Isa.43:10).

Ellos estaban para declarar su alabanza (Isa.43:21).

Dios tenía un servicio para que Israel lo presentará, y su elección fue el camino para ese servicio.

Primero, a ellos les fue confiada la revelación de Dios al mundo.

Pablo, en la epístola a los Romanos, levanta la pregunta de cuál es el beneficio de Israel; y su respuesta es:

Primero que a ellos les fue confiado los oráculos de Dios (Rom.3:2).
Los profetas todos fueron Israelitas;
Jesús fue un Israelita;
los apóstoles todos fueron Israelitas.
Únicamente Juan y Lucas de los escritores Bíblicos tienen la reputación de no ser Judíos.

Más que ser una elección al privilegio, la elección de Israel fue una elección al servicio.

Esto no es negar que el privilegio vino junto con el servicio.

“que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas” (Rom.9:4-5).

Pablo finaliza esa lista al mencionar que de ellos vino el Mesías (v.5).

Si la elección era para el servicio, entonces Dios tenía derecho de reclamar que se prestara el servicio.

Ellos podrían guardar los mandamientos del Señor o apartarse de ellos.

Dios te bendiga.

Si la ley ha sido abolida esto significa que ¿Estamos sin ningún templo, sacerdocio o sacrificio? Primero.La iglesia de ...
16/06/2024

Si la ley ha sido abolida esto significa que ¿Estamos sin ningún templo, sacerdocio o sacrificio?

Primero.
La iglesia de Cristo es el templo de Dios que Jesús mismo levantó y no el hombre, y que se ha estado edificando con cada conversión a Cristo. Cada nuevo hermano se convierte en una nueva piedra viva en el templo. (Mat. 16:18; Efe. 1:19-22; Efe 2:15-16, 19-22; 1Ped2:3-9; Heb. 3:6)

Estamos bajo la autoridad de Cristo y no tenemos derecho a agregar a su templo y su adoración como la gente bajo el Antiguo pacto. (Mat. 28:20; Heb. 2:3-4; 13:9-10; 1 Tim. 3:14-15)

También debemos darnos cuenta de que tenemos que ser santos en nuestra forma de vida. (2 Cor. 6:14- 7:1) El cuerpo del cristiano es también el templo del Espíritu, y los miembros de nuestro cuerpo deben ser ofrecidos a Dios. (1 Cor. 6:19-20; Rom. 6:12-13; 12:1-2).

Segundo, aunque no tenemos la circuncisión del Antiguo Testamento (Hch. 15:1, 5, 24; Gál. 5:6),

Entendemos (Fil. 3:2), “Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne”.
(Fil. 3:3) Nuestra circuncisión no se hizo con las manos y fue el corte del cuerpo de los pecados de la carne al haber sido bautizados en Cristo, porque fuimos perdonados. (Col. 2:11-13).

Tercero, seguimos a Jesús fuera del campo del judaísmo, y por lo tanto sus sacerdotes no son nuestros sacerdotes. Sin embargo, Cristo es nuestro sumo sacerdote que nos entiende. (Heb. 13:10-15; 5:1-10; 7:1-8:4; 10:19-23; 2:17-18; 4:14-16)

Ningún sacerdote humano se interpone entre nosotros y Cristo o Dios.

Además, la iglesia misma está formada por sacerdotes. Todos los cristianos son sacerdotes que “para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (1 Ped. 2:5,

No estamos vestidos con las vestiduras sagradas de Aarón. (Ex. 28:2, 43) Aunque no hay una orden que diga que no debemos usar tales túnicas, sabemos que pasaron con el sistema de tipos y, si tenemos túnicas, son los actos justos que realizamos. (Ap. 19:8)

No fuimos consagrados a este sacerdocio como lo fue Aarón (Ex. 29:1), sino cuando fuimos bautizados en Cristo.

Cuarto.
No se nos dice expresamente que no tengamos el altar de Ex. 40:10, o el altar de oro del incienso (40:26-27),

pero se nos dice que si servimos al tabernáculo no tenemos derecho al altar del Nuevo Pacto Heb.13:10 y que nuestras contribuciones son “olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios” (Fil. 4:18).

Quinto.
Nuestro propiciatorio no está rociado con la sangre de animales (Ex. 40:20; 25:17-22),

Pero tenemos acceso al trono de gracia ocupado por Cristo nuestro sumo sacerdote. (Heb. 2:17-18; 4:16; 8:4)

Sexto.
No podemos hacer una ofrenda por el pecado, porque Cristo hizo la única, suficiente y única ofrenda que puede quitar los pecados. (Heb. 9:24-28; 10:1-21; Rom. 6:10)

Séptimo.
¿qué tipo de sacrificios ofrecemos?

(1) Nuestros cuerpos y todos sus miembros deben ser ofrecidos a Dios como instrumentos de justicia. (Rom. 6:4, 12, 13, 19; 12:1-2)

(2) Nuestros sacrificios de hechos se componen de hacer el bien, y esto incluye nuestras contribuciones. (Heb. 13:16; 2 Cor. 9:7, 19; Fil. 4:15-20; Gál. 6:10). Debemos abundar en la obra del Señor. (1 Cor. 15:58)

(3) Los sacrificios de palabra son un sacrificio de alabanza a Dios y se expresan en oración, en confesión del nombre de Cristo y en el canto. (Heb. 13:15; Col. 3:16-17). Esto contrasta con los sacrificios en el templo de Jerusalén. (Heb. 13:10-17).

Octavo.
Las ordenanzas carnales fueron autorizadas por Dios, pero fueron de duración limitada. (Heb. 9:10) Ser “impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas”

No se refería a una mera reforma del Antiguo,
En otras palabras, se impusieron hasta que se estableció el Nuevo pacto para todo la humanidad. Cristo abolió la ley, incluido el sistema sacerdotal y los sacrificios, y estableció el Nuevo Pacto. (Heb. 7:11-21)

La sombra dio paso a la sustancia. Por lo tanto, no volvemos al templo, ni dejamos que nadie nos ate las sombras. (Col. 2:17; Heb. 13:10-16)

Nuestro espíritu adora a Dios sin las ordenanzas carnales de la antigüedad.

Aquellos que anhelan las ordenanzas carnales quieren “una imitación servil del Templo”, en lugar de la “sencillez y espiritualidad”,

“la simple sencillez” de la adoración del Nuevo Pacto,

No tenemos templo físico, sacerdocio especial, ritualismo carnal o música instrumental.

Las cosas que se ven son la simple observancia de la Cena del Señor, la contribución y la palabra escrita. Lo que se escucha es la voz en la oración, la enseñanza y el canto. Nuestra adoración se centra en el espíritu, en el hombre interior.

Dios te bendiga.

El Evangelio.Es poder de Dios para salvación, equipando al hombre completamente  para toda buena obra y revelando la jus...
14/06/2024

El Evangelio.

Es poder de Dios para salvación, equipando al hombre completamente para toda buena obra y revelando la justicia de Dios por fe y para fe (Romanos 1:16-17; 2 Timoteo 3:16-17).

Es el medio para llegar a la fe, sin la cual uno no puede agradar a Dios (Romanos 10:17; Hebreos 10:4).

El evangelio es la revelación del Espíritu, cuando vivimos acorde a este, somos guiados por el Espíritu (Romanos 8:1-2; Fil. 1:27).

Cuando uno es obediente por la fe (Romanos 1:5), es contado justo o recto a los ojos de Dios (Marcos 16:16; Romanos 6:3-7), y por la fe se vive en obediencia.

Su justicia es por fe (la fe inicial por medio de la cual entra al estado recto o justificado) y para fe (eso es, una vida vivida por fe: Como está escrito, “Mas el justo por la fe vivirá”).

Vemos de esta manera que la palabra de Dios es completamente suficiente para las necesidades del hombre. Dios, quien hizo al hombre, diseñó el evangelio para suplir las necesidades del hombre.

¿Necesitamos un Nuevo Evangelio?

Algunos han sugerido que necesitamos un evangelio del siglo veinte para el hombre del siglo veinte.

Esto sugeriría que
1) el hombre ha cambiado, 2) que el evangelio de Cristo estaba limitado, era un mensaje fechado, o
3) ambos.

Pero a medida que examinemos al hombre y al evangelio encontramos que ninguna es verdad.

¿Ha cambiado la naturaleza del hombre?
¿Tiene su intelecto, emociones, o han sido modificadas?
¿No es tentado ya más, ni continúa siendo capaz de pecar?
¿No continúa poseyendo alma?
¿No continúa ligado a la eternidad?
¿No necesita la salvación?

Obviamente el hombre es el mismo hoy como desde el principio. La necesidad de cambiar su corazón, obscurecido por el pecado, es exactamente tan grande y será demostrado más adelante en la lección.

¿Es anticuado el evangelio?

Fue diseñado para la aplicación universal (Marcos 16:15).
Está diseñado para ser predicado hasta el fin del tiempo (Mateo 28:18-19).
Permanece para siempre (Mateo 24:35; 1 Pedro 1:23).
Este juzgará a los hombres en el último día, o en el juicio (Juan 12:48).
Es de validez perpetua [Judas 3, fue dada una vez, eso es "referente a ser de validez perpetua y nunca necesita repetición"

En consecuencia, una maldición está sobre cualquier hombre que pretenda cambiarlo de cualquier manera (Gálatas 1:6-8).

El evangelio está diseñado para cambiar el corazón del hombre.

Por medio de terminar lo que es el corazón, podemos ver que necesita que sea cambiado. Luego, por medio de examinar el evangelio, podemos determinar si es suficiente cambiar el corazón.

El corazón del hombre entiende (Mateo 13:15), cavila (Marcos 2:8),
piensa (Mateo 9:4),
Cree (Rom. 10:10),
propone (Hechos 11:23), obedece (Rom. 6:17), También anhela Rom.10:1
confía (Prov. 3:5),
ama (Mateo 22:37).

Estos verbos son expresiones del intelecto, voluntad y emociones del hombre.

El "corazón", entonces, es la mente del hombre, el asiento de su intelecto, voluntad, y emociones.

-Sus pensamientos necesitan ser conducidos de los pensamientos malos a los buenos (Fil. 4:8).
-Debe entender cual es la voluntad de Dios (Efesios 5:17).
-Debe razonar que el camino de Dios es el correcto y que Jesús es el Cristo (Lucas 3:15).
-Su intelecto debe ser cambiado, mientras que antes no conocía a Dios, ahora él es persuadido por las verdades del evangelio.
-El cree que Jesús es el Cristo (Hechos 8:37). Su voluntad necesita ser cambiada:
-Ahora debemos proponer servir a Dios (2 Timoteo 3;10).
-Debe obedecer (Romanos 6:17-18).

La voluntad debe ser cambiada para obrar de acuerdo con los mandamientos de Dios.

-La confianza del hombre debe estar en Dios (2 Cor. 3:4).
-Su amor está dirigido ahora hacia Dios y no hacia las cosas del mundo (1 Juan 2:15).

De esta manera, las emociones de uno deben ser cambiadas para recibir las promesas de Dios.

¿Es apropiado el evangelio para el hombre? Si.

Las verdades del evangelio son apropiadas para el intelecto del hombre y resulta en un cambio en su pensamiento, razón, y entendimiento.

Ya sea que el hombre entienda la verdad, piense rectamente, o no, el evangelio es dado de manera que el hombre pueda conocer la verdad.

Dios te bendiga.

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