24/06/2024
“Hay que evitar ser así y estar con alguien así”.
2 Tim 3:2–5
Un listados de hombres que hay que evitar.
“amadores de sí mismos”
(del griego: filautos) —egoístas; demasiado absortos en sus propios intereses.
No sorprende que la lista de maldades comience con ésta.
Muchas obras diabólicas nacen de la tenencia de un concepto demasiado alto de sí mismo, de los impulsos egoístas y los deseos egocéntricos.
“avaros”
(del griego: filarguros) —codiciosos
Aunque “gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento” (1 Ti. 6.6), los que ponen el dinero en primer lugar pierden la libertad, el juicio, la pureza, la fe y el contentamiento —y eventualmente, sus almas.
“vanagloriosos”
(del griego: alazon) —un fingidor vacío.
Un hombre egoísta es automáticamente un jactancioso. 1Jn 2:16
“soberbios”
(del griego: huperefanos) —altanero, que desdeña a otros o que, incluso, los trata con desprecio
Se trata de una fanfarronería que ha trascendido el ego y ha llegado a reaccionar en contra de los demás y a herirlos.
“blasfemos”
(del griego: blasfemos)
Cuando los demás reaccionan en contra de una persona altanera (lo que por lo general sucede), ésta responde con blasfemias y se siente “justificada” al hacerlo.
“desobedientes a los padres”
(“desobediente” = del griego: apeithes) —que no se le puede persuadir, que no cumple
Los padres pueden tratar, pero el hijo desobediente no va a acatar. Hay ciertas personas que hacen tratos con el diablo desde una temprana edad.
“ingratos”
(del griego: acaristos) —no agradecidos
El no ver a los que nos bendicen y cuidan de nosotros, siempre ha sido la causa de malas relaciones con Dios y con los semejantes.
“impíos”
(del griego: anosios) —no santos, inicuos
¡No hay nada ni nadie que sea sagrado para tal persona! Le falta el respeto a Dios y lo desdeña.
“sin afecto natural”
(del griego: astorgos) —sin afecto natural ni amor por los suyos
Allí donde el amor debió haber florecido, se le dejó de lado y se le rechazó.
“implacables”
(del griego: aspondos) —que no se le puede persuadir a entrar en un pacto
Se trata de un hombre al que no se le puede aplacar ni satisfacer. No hay modo de entrar en un acuerdo con él ni de emprender un plan de acción con él. Es demasiado egocéntrico y dogmático, al punto que todas las relaciones —con los semejantes y con Dios— perecerán por su causa.
“calumniadores”
(del griego: diabolos) —propenso a calumniar… hombres que se parecen al diablo en la forma de pensar y de actuar, dependen del diablo para lo que piensan y lo que hacen, y son motivados y gobernados por él.
Tarde o temprano, estos calumniadores traicionarán a los que les han confiado sus problemas.
“intemperantes”
(del griego: akrates) —sin poder,… en un sentido moral, que carece de dominio propio
Dada su falta de autodisciplina, este individuo descubrirá que su situación (y su alma) está fuera de control. Un pecado lleva a otro.
“crueles”
(del griego: anemeros) —no domesticado, salvaje o feroz.
Ésta es la culminación de todas las anteriores obras diabólicas.
¡Pobre de la gente que debe vérselas con estos salvajes tiranos!
“aborrecedores de lo bueno”
(del griego: afilagatos) —que se opone a la bondad y a los hombres buenos; esta frase se encuentra solamente en 2 Ti. 3.3
Toda la bondad y piedad de Cristo lo llevaron a ser crucificado por los hombres.
“traidores”
(del griego: prodotes) —un traidor.
Tarde o temprano, tales hombres se irán y abandonarán a sus seres más queridos.
“impetuosos”
(del griego: propetes) —que cae hacia adelante, que cae de cabeza,… precipitado.
Puede que los infieles abandonen las respuestas que dicta la razón cuando toman rumbos destructivos y desastrosos.
“infatuados”
(del griego: tufoo) —estar enceguecido de orgullo, hacer tonto o estúpido a alguien.
Esta clase de ceguera inevitablemente traerá dolor y tristeza.
“amadores de los deleites”
(del griego: filedonos) —dado al placer.
Estas personas tienen las prioridades mal ordenadas, al amar los placeres más que a Dios.
“que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella”
(“apariencia” = del griego: morfosis) — la simple forma externa o semblante de piedad.
La forma sin la fe es un fraude. La persona se aferra a una apariencia de piedad, pero niega o renuncia al poder de la verdadera piedad.
Recuerdelo.