16/12/2025
"Vuelve a casa"... ¡ se une a ésta petición al P. Alberto Linero !
Querido Padre Lineros:
Yo no vivo en su país, no lo conozco personalmente, no he asistido a la iglesia donde usted es párroco, ni he tenido el placer de escuchar sus sermones. Aun así, me considero parte de su feligresía, ya que la Iglesia es una, y si la Iglesia es una, una es la feligresía.
Por eso me dirijo a usted.
He visto en un video donde expresa tener problemas existenciales. Con esa carga, según dice, ha durado 3 ó 4 años.
¡TRES O CUATRO AÑOS!
Si usted piensa que no tiene fortaleza, el soportar esa carga durante tanto tiempo evidencia lo contrario, su fortaleza sobrepasa la carga.
Pero también entiendo que después de tan largo período soportándola quiera usted quitársela de encima, es una consideración acertada.
¡Ya basta!
¡Deje la carga, pero no la Iglesia!
La fortaleza la tiene porque le viene de Dios, unido a su esfuerzo propio; esa carga existencial que tiene le viene del enemigo.
Y a quién mejor que usted atacará el enemigo, a un sacerdote que ha dado mucho fruto, como lo evidencian los testimonios de muchos, tanto dentro como fuera de esta página, dándole gracias por su ayuda espiritual, por sus oraciones, por sus sermones.
Y a quién mejor que usted atacará el enemigo, a quien le ha arrancado tantas almas para llevarlas al Señor, nuestro Dios.
¡Y vaya en qué momento! En el que la Iglesia necesita más unidad. Astuto este enemigo.
Si en esos momentos de duda, ha hecho usted algo que su conciencia le reproche, recuerde que Dios está siempre dispuesto a perdonar, sólo tiene que volver a Sus Pies y pedirle perdón.
Todos lo entenderemos, porque: Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Padre Lineros no se vaya.
¡Deje la carga, pero no la Iglesia!
En la orilla no hay nada, la abundante pesca está en lo profundo del mar, mar adentro.
Usted se adentró tanto en ese mar, que su pesca ha sido grande, ha dado mucho fruto.
Padre Lineros no se vaya.
¡Deje la carga, pero no la Iglesia!
No será usted el único que pase por esos momentos en los que se desea dejarlo todo.
El Santo Cura de Ars, quien es el Santo Patrono de los párrocos, también decidió dejarlo todo.
Este Santo Cura fue enviado a este pueblo, llamado Ars, y sus instrucciones fueron éstas: En ese pueblo no hay amor, ¡usted se lo pondrá!
Era un pueblo donde, debido a la guerra en Francia, quedó a merced de las consecuencias que la falta de fe trae por la guerra misma.
Pero el Santo Cura logró cambiar al pueblo, encaminándolo hacia Dios.
Sin embargo, los constantes ataques del demonio lo agobiaron y decidió irse del pueblo.
Sus feligreses, al no encontrarlo ni en el pueblo ni en la iglesia y encontrando su cama quemada por obra del demonio, salieron del pueblo a buscarlo.
Lo encontraron por el camino y le preguntaron por qué se marchaba. El contestó: Porque el demonio no me quiere aquí.
Sus feligreses lograron que regresara al pueblo. Y los ataques demoníacos continuaron hasta que el Santo Cura decidió no escucharlo más, y así, la voz del demonio se fue apagando.
Al morir el Santo Cura, un escritor dijo de él, que de durar vivo unos años más, hubiera convertido a toda Francia.
Sí, no es a cualquiera que el demonio ataca, sólo a aquellos que sabe que le arrancará almas para su in****no eterno.
Y todo aquél que lo ame de verdad, todo aquél que le agradezca el haber recibido fortaleza en la fe gracias a su misión sacerdotal, por favor, hagan como los feligreses del pueblo de Ars y vayan en busca del padre y díganle:
Padre Lineros no se vaya.
En la Iglesia está su vocación, en su vocación está el llamado de Dios. No lo desoiga ahora, oyendo la voz del demonio. Apáguela, como lo hizo el Santo Cura de Ars.
No permita padre que gane el enemigo.
No permitamos que gane el enemigo.
Pongan mensajes aquí mismo y en toda la red, envadurnemos las redes sociales pidiéndole al padre:
¡Padre Lineros no se vaya!
Y oremos, oremos por el padre. El ahora nos necesita.
Por: Alejandro Bermúdez.