13/06/2022
Las manos están sometidas también a múltiples agresiones a lo largo del día. Las principales agresiones provienen del empleo de sustancias químicas, como detergentes o colorantes. Estas sustancias tienen la capacidad de degradar las grasas, con lo cual destruyen con facilidad el manto graso que protege la piel.
Si se manipulan estas sustancias sin una protección adecuada, se origina una piel seca descamativa y fácil de lesionar. En los casos más graves o cuando existe cierta sensibilización a algunos de los compuestos empleados, pueden aparecer en la piel placas rojas que se extienden, dando lugar posteriormente a la aparición de grietas muy dolorosas.
Para la realización de cualquier trabajo con dichas sustancias, conviene proteger las manos con guantes. Si los guantes nos irritan, es recomendable ponerse otros de algodón por debajo. Son muy útiles las cremas hidratantes, que recuperan el manto graso de la piel.
Es recomendable realizarse varias aplicaciones al día, incluso cuando estamos empleando guantes, al absorberse más fácilmente la crema por el calor que producen. En algunas ocasiones, se puede aplicar la crema hidratante en las manos antes de dormir, cubriéndolas después con unos guantes de algodón.
El cuidado de las uñas es también importante. En los más pequeños, unas uñas cortas pueden evitar que se autolesionen. Para cortarlas es mejor emplear cortauñas y no tijeras. El corte debe ser recto y transversal evitando la lesión de la cutícula que sella la uña. Como consecuencia de un golpe sobre un dedo, puede aparecer un coágulo debajo de la uña.
En este caso, si es muy doloroso, es conveniente que lo drene un facultativo. En el supuesto de que la uña quede lesionada, no se debe intentar arrancarla, debido a que podría dañar el lecho ungueal donde se forma la nueva. Es mejor vendarla y esperar a que la nueva uña que surja la desprenda.
En el caso de que haya penetrado una astilla o espina en la piel, hay que procurar retirarla con unas pinzas siguiendo el ángulo de entrada. Se puede intentar esterilizar previamente las pinzas con fuego. Si la astilla es visible bajo la piel, se puede abrir parte de la misma hasta que se pueda sacar. Una vez extraída la astilla, conviene apretar la zona con el fin de que sangre algo, lavando a continuación la herida con agua y jabón durante cinco minutos.
Si se nos clava un anzuelo de pescar, en este caso no hay que retirarlo siguiendo el trayecto de entrada pues el gancho lesionaría los tejidos. Para evitarlo conviene hacer salir la punta a través de la piel y a continuación cortar el gancho o cubrirlo con hilo para poder retirar después el anzuelo.