27/11/2024
En casa hay una silla vacia esta Navidad
La Navidad ya está aquí y, con ella, llegan las vacaciones en el caso de los más afortunados, los regalos, las luces y la decoración propias de estas fechas, las reuniones familiares o con los amigos… Algunos tienen un gran espíritu navideño, mientras que a otros las fiestas les resultan indiferentes; y para otros son un recordatorio de la ausencia de alguna persona importante en sus vidas.Las tradiciones familiares, los recuerdos de la infancia, sentirse acompañado… Todo ello le da un sentido muy marcado a estas fiestas. Al margen de las creencias religiosas de cada familia, el significado que las fiestas navideñas tienen en nuestra cultura está directamente relacionado con el sentido de pertenencia y arraigo familiar y social: celebramos la Navidad volviendo a casa con los nuestros y alrededor de una mesa.
Cada familia contará con sus propias tradiciones y rituales navideños, y cada uno de nosotros tenemos nuestra propia visión de la navidad, con nuestros recuerdos de la infancia, anécdotas, o anhelos, etc.Cuando las personas que nos mantenían unidos ya no están, esos recuerdos, tradiciones y rutinas de cada uno se intensifican y están más presentes durante un tiempo. En estos casos, nos sentamos a la mesa rodeados de nuestros seres queridos, y lo que capta nuestra atención es el vacío que dejan quienes ya no están con nosotros celebrando la Navidad. Es lo que se llama la silla vacía.Aunque puede ocurrir en otras fechas igualmente señaladas, como cumpleaños, por ejemplo, en estas la silla vacía puede ser para muchas personas un recordatorio constante o agudo de la ausencia de esa persona querida. Es habitual que el vacío, la tristeza, pena, desasosiego o, incluso, culpa que esa ausencia genera nos acompañe durante todas las fiestas.Esta situación puede producirse no solo durante las primeras navidades en las que esa persona no está, sino en otras sucesivas.
En el proceso de duelo, la ausencia y el vacío se entremezclan con el cambio y reajuste personal y familiar que conlleva la pérdida de un ser querido: un cambio en las rutinas y rituales, en las tradiciones, en el sentido de las fiestas y reuniones familiares… La Navidad adquiere un “sabor” distinto.