20/11/2024
Entre el 19 de noviembre y el 2 de marzo de 2025, la Quinta Palabra, "Sed tengo", participa en la exposición temporal del Museo del Prado titulada "Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro", que puede verse en las salas A y B del edificio Jerónimos. Su comisario es Manuel Arias Martínez, Jefe del Departamento de Escultura del Museo del Prado y anteriormente Sub-Director del Museo Nacional de Escultura.
La exposición reflexiona sobre el éxito de la escultura policromada barroca y su complementariedad con la pintura. En ella pueden verse casi un centenar de piezas de grandes maestros como Gaspar Becerra, Alonso Berruguete, Gregorio Fernández, Damián Forment, Juan de Juni, Francisco Salzillo, Juan Martínez Montañés o Luisa Roldán y junto a ellas, pinturas y grabados que, como en un juego de espejos, las emulan o reproducen, además de piezas clásicas que dan testimonio de la importancia del color en la escultura desde la Antigüedad.
El "paso" procesiona con la Cofradía de las Siete Palabras desde 1944 y es el tercero que se añadió al conjunto, avanzando así en el objetivo de reunir siete grupos procesionales para representar cada una de las siete palabras de Jesús en la cruz. .
Este espléndido conjunto procesional fue encargado por la Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno y se le conocía como el Paso de la Crucifixión. El "paso" se completa en dos tiempos. En un primer momento,1612, y con el fin de que la cofradía posea un paso con Cristo en la cruz, el gremio de los pasamaneros da la limosna necesaria para la realización del Crucificado y dos sayones, el de la esponja y el del rótulo o la escalera. Pero en 1616 la cofradía decide completar el paso con tres figuras más, los sayones de los dados y el de la lanza.
Desde el punto de vista iconográfico es importante destacar el momento concreto que eligió la cofradía para representar la escena. Se trata del instante posterior a la Elevación, con Cristo aún vivo, de manos crispadas tras ser clavadas en la cruz, y acompañado por cinco sayones que realizan diferentes acciones recogidas en los Evangelios. Este Calvario que parece incompleto al faltar las figuras de S. Juan y la Virgen al pie de la cruz, pretende, al igual que el "paso" del Despojo también de la Penitencial de Jesús Nazareno, centrar todo el culto en la figura del Nazareno y las escenas que lo completan, con la túnica como parte principal de la acción.
La estudiada composición piramidal permite ser testigos de todo lo que sucede en el Calvario y mostrarnos varias escenas simultáneamente. En primer término, el sorteo de las vestiduras, representado por dos personajes: el que se encuentra a la derecha del espectador, colocado rodilla en tierra para lanzar los dados con un cubilete, es denominado en la documentación como "el descalabrado", por la gran herida que muestra en la parte posterior de la cabeza con la que se pretende mostrar el carácter pendenciero y brutal de las personas que torturaron a Jesús. El de la izquierda, encorvado señalando los dados, lleva el jubón a medio poner tras acabar su trabajo en la Crucifixión, es de mayor calidad en la definición del rostro y en la disposición de la figura. En segundo término, se continúa con el sayón de la esponja y un soldado vestido con armadura, al que se llama el sayón del caldero por el recipiente que lleva en su mano izquierda, para contener el vinagre con el que se empapó la esponja. Los brazos levantados de ambas figuras y los elementos que sostienen, la lanza y la caña con la esponja empapada en vinagre, nos conducen a la tercera escena, Cristo en la cruz y otro sayón encaramado en una escalera para colocar el letrero de INRI.
Fotografía, Chema Concellón