30/04/2024
A finales del siglo XIX, los trabajadores estadounidenses demandaban una jornada laboral de ocho horas, pero las largas jornadas persistían a pesar de algunas concesiones gubernamentales. En respuesta, los sindicatos en Chicago convocaron una huelga el 1 de mayo de 1886.
La protesta, inicialmente pacífica, se tornó violenta el 3 de mayo cuando la policía reprimió a los manifestantes en la fábrica McCormick, resultando en la muerte de varios trabajadores y avivando la indignación pública. Al día siguiente, en Haymarket Square, una bomba lanzada hacia la policía desató el caos, causando la muerte de manifestantes y agentes. Este incidente, conocido como la Masacre de Haymarket, marcó un punto crucial en la historia del movimiento obrero.
Ocho líderes sindicales fueron arrestados y condenados, convirtiéndose en los "Mártires de Chicago", a pesar de la falta de pruebas que los vincularan con el ataque. Su ejecución generó solidaridad internacional entre los trabajadores. En 1889, la Segunda Internacional Socialista declaró el 1 de mayo como el Día Internacional de los Trabajadores, honrando los eventos de Chicago y recordando la lucha por los derechos laborales.