01/04/2021
GIMIENDO Y LLORANDO
Anoche después de quedarme prendido con la historia de la calavera del Calvario del Cristo del Amparo, intenté conciliar el sueño cerca del puente que le servia a la Ruta de la Plata para vadear el Duero.
Me encuentro en las inmediaciones del convento de las Dueñas. En este convento se que se guardan, incorruptas, las Sagradas formas que huyeron del incendio de Santa Maria "la iglesia nueva" la que se reconstruyo después del incendio del motín de la trucha.
Esta mañana estoy aquí para ver a la Virgen de la Esperanza. Para verla pasear su pena camino de regreso a la Catedral. Ya la vi bajar con su Hijo el Martes Santo al que con sus manos quería acariciar. Las manos en las que mantiene la esperanza de verlo glorioso y resucitado.
Se que llegaste a Zamora, ya hace más de medio siglo, para acompañar el dolor de tu hijo camino del arrabal; por encima del puente que llaman de piedra; para consumar su sacrificio de Redención.
Esperanza, nombre de Virgen y de Madre; desventurada y triste; pero siempre con la esperanza, el anhelo y la confianza de que las cosas cambien. Madre del hijo que sufre y que anhela; Madre que suspira y Madre que confía.
Te suben hasta la ciudad mujeres y hombres que llevan sus promesas recogidas en su interior; súplicas que se convierten en clamor de necesidades que cubren tu manto de terciopelo verde iluminado por estrellas de promesas cumplidas y de anhelos satisfechos.
Esta mañana, verde de primavera, donde tu esperanza te va hacer fuerte en tu soledad de la tarde; donde te convertirás en Dolorosa Madre al lado de la Cruz Vera. Y esta noche donde tu sueño y tu esperanza calmen tu sufrimiento para recoger entre tus manos blancas de paloma, en el albor de la madrugada del Viernes Santo, tantas lágrimas derramadas por la incomprensión por la sin razón y la mentira.
Esperanza callada de ruda mujer castellana enjuga nuestro llanto en este valle de lagrimas y se nuestro consuelo en la desesperación. Esperanza Nuestra.
Jesús Salvador Cecilio.