29/04/2024
Llevo muchos años cazando corzos y, además tengo que reconocer que disfrutamos de la época en la que los corzos abundaban. Nos toco recechar en los años de abundancia.
Salir, un día tras otro, en busca del corzo es algo difícil de describir; vas estudiando sus querencias, por dónde sale, a qué hora lo hace, cuánto tiempo se deja ver y cuando ya decides que el ejemplar merece la pena vas en su busca y, claro, ese día no aparece o aparece fugazmente y no te da tiempo a nada y eso hace que te piques cada vez más. Por eso aquello del duende.
Es una modalidad de caza apasionante en la que eres tú solo el que tiene que tomar todas las decisiones y encima se desarrolla en primavera y a principios de verano, cuando no se pueden cazar otras especies y el campo está rebosante de verde por todos los sitios. Además, como se caza muy despacio y mirando mucho, -aquello de que se cazan con el c**o, es una gran verdad, sentados y mirar y remirar- descubres un montón de animales en su época de cría viendo los nidos de las aves, los rayones recién paridos, disfrutamos de la caza de verdad.
El equipo para el corzo
Se escribe mucho y seguramente bien sobre el equipo perfecto para cazar corzos a rececho pero tengo que reconocer que soy de la vieja escuela. Unos prismáticos que me permitan manejarme con soltura, suele utilizar un 10X42 de la marca BBI (Benois Berthiot Ibérica), empresa asturiana que comercializa una óptica de una relación calidad precio inmejorable, lo mismo hago con el “mirón”, el mechero siempre a mano para saber hacia dónde tira el aire y no cometer el error de hacer una entrada dando el aire al animal. El calzado que me permita estar cómodo, si es un día lluvioso como suele ser habitual por estos lares sigo siendo de los de las botas de agua y ropa cómoda, en eso si he caído en las modas actuales de la ropa mimetizada La vara de avellano cortada en el menguante de febrero con su horquilla para un perfecto apoyo me seduce más que esos trípodes de nueva generación que es verdad son cómodos y se abren y cierran en pocos segundos con su mecanismo. La navaja y una linterna son imprescindibles.
Calibre y munición
270 Wi******er: “El todoterreno”
Es un calibre que he utilizado mucho durante una época, un Krico que aun ocupa un lugar de privilegio en mi armero, grandes recuerdos y jornadas corceras muy bonitas.
Es la elección adecuada para aquellos cazadores que, además de recechar corzos, necesitan un cartucho algo más potente para usarlo sobre piezas de mayor envergadura. Fue creado a principios de los años 20 por Wi******er, pero no fue hasta el final de la Segunda Guerra Mundial cuando se popularizó entre los cazadores. Si lo que buscas es éxito con el corzo, el cartucho Norma Hornady V-MAX de 110 grains se diseñó pensado en ti.
243 Wi******er: “El especialista”
Los primeros corzos en mis inicios con un Santa Barbará en este calibre. Una delicia cazar con él, escaso retroceso y colocando bien el disparo mortal de necesidad.
Son muchos los fans incondicionales de este cartucho. Sus características y prestaciones lo hacen ideal para piezas de peso reducido como el corzo. Derivado del .308 Win, el leve retroceso, la ligereza de las armas que lo recamaran y la variedad de balas disponibles en el mercado hacen de él una opción fiable y muy recomendada. Un ejemplo perfecto es el cartucho de Hornady SST Superformance de 95 grains.
En la actualidad el calibre que más me seduce para recechar corzos y rebecos es el 308…
En sus orígenes, fue diseñado inicialmente como cartucho deportivo en 1952. Pese a ello, dos años después de su lanzamiento por la reconocida casa Wi******er, en 1954, pasó a ser un cartucho militar para el ejército norteamericano adoptado por las fuerzas de la Alianza Atlántica.
El motivo entonces de haber cambiado a este calibre se debió a que el cartucho 308 posee una vaina mucho más corta, en concreto es de 12 milímetros y por lógica, mucho más ligera de portar. Aunque esté reemplazado actualmente por otros cartuchos militares aún más pequeños y ligeros, lo siguen empleando francotiradores y gran variedad de cuerpos policiales debido a su gran precisión.
El 308 nació como la réplica totalmente deportiva actual al cartucho reglamentario y por tanto lo más justo es valorar el perfecto trabajo llevado a cabo consiguiendo la vaina actual, una vaina mucho más corta, pero con prestaciones muy parecidas a las conseguidas con un estándar de su diámetro. Esto en nuestro campo significa que podemos con el matar tan bien a las distancias de tiro normales, como cualquiera de los cartuchos no mágnum habituales para la práctica de la caza mayor.
El diseño de la vaina de este calibre es tan perfecto que sin lugar a duda se ha utilizado para la creación del resto de nuevos cartuchos actuales. Y cuando decimos el resto, queremos decir que todos y cada uno de ellos han adquirido una de sus características más destacadas, su precisión.
Bien utilizado, este calibre de origen militar suele sorprender por sus excepcionales capacidades. El uso en la caza del cartucho 308 Wi******er surgió luego de su implantación de manera positiva en el terreno militar, un pasaje quizá sólo comparable con los 223 y 30-06, que cuajaron bien en el ámbito del tiro y la caza desde el principio.
El 308 Wi******er empezó a ofertarse en el mercado comercial con una gran variedad de tipos de proyectil y pesos de punta, siempre rondando entre los 150, 165 y 180 grains y con versiones PSP (Pointed Soft Point) y RNSP (Round Nose Soft Point), es decir puntiaguda punta blanda y redonda punta blanda.
Está claro que todo calibre tiene sus ventajas e inconvenientes pero un empleo adecuado saca a relucir sus dotes…
Un magnífico cartucho, muy preciso, con buena balística hasta los 300 metros y capaz de cobrar cualquier animal de nuestra fauna. Para batidas y monterías está algo falto de poder de parada y habrá que ajustar más el tiro si no se quiere pinchar. Para la recarga obviamente es menos versátil que el .30.06 al tener una vaina con menos capacidad, sin embargo, da mucho juego.
Como conclusión y experiencias propias y de amigos…
En España, da muy buen resultado con puntas de 150 y 180 grains de peso, y todo lo que se pueda decir que resulta válido para el calibre 30-06 Sprg, lo es también sin duda para el 308 W.
Ambos calibres pecan de lo mismo, es decir, de falta de poder de parada para animales cargados de adrenalina en carrera, tal como ocurre en batidas o monterías. Pero sin embargo, para recechos
y esperas, sobre todo de corzo, el 308 es un cartucho excelente, preciso y más que contundente.
Sin duda estamos ante un clásico, pero no obstante un magnífico cartucho, muy preciso, con buena balística hasta los 300 metros y capaz de cobrar cualquier animal de nuestra fauna.
Un lugar para cazar corzos
He recechado en Lugo, Orense, Asturias, León, Burgos, Vitoria, Cuenca, Guadalajara y Soria. Sin duda hay lugares y zonas de caza que te marcan, en Asturias Cudillero y Villaviciosa son las dos zonas de caza donde más he disfrutado. En Cudillero porque es mi casa, aunque desde hace años no cazo en este lugar, en la Villa porque para mí era sin duda el paraíso de los corzos asturianos, la gestión de Chema Pezon difícilmente habrá alguien que la iguale, un fenómeno. Y el lugar donde más y mejores corzos hemos abatido y donde sin duda más disfrutamos es en Soria.