La Alpujarra o Alpujarras, como muchos gustan de decir, haciendo referencia a que están ubicadas en las provincias de Granda y Almería, es una de las comarcas andaluzas con mayor personalidad, la cual, en los últimos años, ha ido aumentando vertiginosamente en interés turístico. La belleza, fuerza y contraste de su paisaje, sobre todo por los cambios de altitud -del Mulhacén a la Costa del Sol en
50 km-, la estructura de sus pueblos y la amabilidad de sus habitantes, junto a un pasado histórico donde aún se pueden oír las resonancias musulmanas, hacen de esta región una zona completísima desde el punto de vista turístico. A estos factores principales se unen otros que le dan un mayor realce, como es el caso de la gastronomía, las fiestas populares (destacan las romerías a la sierra y las fiestas de moros y cristianos) y una climatología muy contrastada que permite excursiones o deportes con un fondo marino o nevado. Hay varias teorías sobre la procedencia del nombre Alpujarra, entre las que está la que lo hace provenir de uno de los primeros colonizadores musulmanes de la comarca, «Albujarra»; pero la opinión de muchos filólogos se decanta por el significado de «alba sierra». Sobre la procedencia de algunos nombres de pueblos y lugares de La Alpujarra hay una opinión equivocada al pensar que proceden del gallego. Esta idea surgió porque se produjo una colonización de campesinos de esta región tras la ex- pulsión de los moriscos pero, en verdad, los nombres, que analizaremos posteriormente, eran previos a dicha emigración. El accidente más importante de la Comarca es Sierra Nevada, que ofrece el límite norte de la región. Sierra Nevada es un marco incomparable desde un punto de vista geográfico y climático que se puede apreciar desde diversos puntos de La Alpujarra. En esta sierra se en cuadran importantes cumbres, destacando el Mulhacén, el más alto de la Pe- nínsula Ibérica, al que se encarama la localidad de Trevélez, y el Veleta, al que suben escalonadamente Pampaneira, Bubión y Capileira. Entre los escritores que se han dedicado a esta región hay que destacar a dos. El primero de estos es el hispanista inglés Gerald Brenan, el cual inmortalizó la localidad de Yegen. Para conocer esta región, su evolución y significado, es imprescindible leer «Al sur de Granada», obra que realizó entre los años 1920 y 1930 desde la residencia que tenía en el pueblo de Yegen. El segundo autor en importancia es Pedro Antonio de Alarcón, escritor de Guadix que llevó a cabo, cincuenta años antes, un viaje por la comarca, con el resultado final de su libro «La Alpujarra». Algo que impresiona a todo viajero que llega a esta comarca es la arquitectura de sus pueblos, sobre todo la de los enclavados en el Barranco del Poqueira. Son pueblos de calles estrechas, torcidas, empinadas y adaptadas a posibles nevadas, con la característica de la privatización del espacio público. Los terraos (tejados planos), están hechos con losas de piedra dispuestas horizontalmente sobre vigas de madera y cubiertas de launa, una arcilla abundante en la comarca que impermeabilizaen tejado. En estos terraos se pueden ver, en los meses de otoño e invierno, mazorcas de maíz y ristras de pimientos. También destacan los «tinaos», terrazas particulares llenas de flores que invaden el espacio público, siendo los más famosos los de Pampaneira. Otro aspecto original de la arquitectura de estos pueblos es el de las chimeneas, las cuales son de estructura cilíndrica y tienen que funcionar gran parte del año. Un elemento a destacar es la artesanía alpujarreña, que se pueda considerar clara heredera de su origen morisco. Lo más importante y que conserva mayor tradición es la confección de tejidos. En los últimos años se han instalado en la comarca numerosos talleres de artesanía que, además de los telares, han relanzado la cerámica e incluso la orfebrería. Esto ha hecho que numerosos artistas y artesanos, junto a músicos, pintores y poetas hayan escogido La Al pujarra como lugar de residencia. El pasado árabe no sólo persiste en la artesanía sino también en las costumbres, fiestas y gastronomía; además se mantiene en nombres de pueblos, de zonas naturales e incluso administrat vas, como «la taha», especie de término municipal que todavía se usa con cierta frecuencia, como en Pitres, conocido como La Taha. Otra Taha histórica e importante es la de Juviles. Para conocer más sobre ello ver La Historia de la Taha de Juviles
El hospedaje en la comarca, debido al auge turístico, ha aumentado en plazas en los últimos años. Hay hoteles, hostales, pensiones y fondas. Es original de esta región la «casa de labranza» que se alquila a los viajeros en grupo. También se han instalado campings -Pitres y Trevélez- y una villa turística (Bubión).