Editorial Grupo Cero

Editorial Grupo Cero La Editorial Grupo Cero es fundada en Buenos Aires en 1974, por Miguel Oscar Menassa. En Madrid func
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29/06/2024

PSICOANÁLISIS APLICABLE A LAS EMPRESAS
De Magdalena Salamanca y Virginia Valdominos

No es costumbre del espíritu poético entretenerse en medir el abismo que se propone franquear, pero cuando dos poetas y psicoanalistas como Magdalena Salamanca y Virginia Valdominos están dispuestas a trabajar para poner en marcha una máquina posible de ser aplicable a las empresas, se impone como obligación, es una exigencia del psicoanálisis. La empresa puede ser amorosa o laboral, puesto que ambas trabajan de psicoanalistas y a lo largo de su historia laboral se han especializado en relaciones de pareja y en relaciones surgidas en el trabajo empresarial.
Si nos detenemos en la palabra aplicable, algo diferente a aplicado, podemos darnos cuenta que cuando el factor humano está presente no hay nada detenido, alcanzado, inmutable, no hay nada que cese de estar en movimiento, puesto que los seres que hablan habitan el lenguaje y ser no es un estado que se alcanza sino un verbo conjugable o no conjugable; aplicable remite a aplica hable, algo que se aplica a través del habla, porque es por la acción del habla que se aplica, el habla en su doble dimensión, como palabra que sirve para apalabrar, para contratar, para pactar, para ponerse de acuerdo en quién es quién, quien ejerce de qué, y como palabra para plegar y desplegar la singularidad de cada caso o cuestión a despejar en la ecuación amorosa o laboral de que se trate.
En este libro se realiza el trabajo de plantear y discriminar las cuestiones fundamentales que están presentes en relación al trabajo en la empresa, comenzando por el tema “Depresión posvacacional”, lo cual permite pensar que es antes el trabajo que las vacaciones, que las vacaciones pertenecen al mundo laboral, ese momento entre el antes y el después, entre la línea que separa para siempre al sujeto inmerso en la economía psíquica y la economía política de la familia y el paso que autoriza al sujeto a comenzar un nuevo trayecto y proyecto, su propia economía psíquica y su propia economía política. Cada intervalo vacacional es una repetición de aquel goce inaugural. En este texto se trabaja y se diferencia entre duelo y melancolía, dos maneras de reaccionar ante la pérdida, que se pueden gestionar con psicoanálisis, en tanto nos permite pensar al sujeto entre otros, donde van a intervenir el psiquismo de cada sujeto y su ideología acerca del concepto de trabajo; las creencias que sostienen a los directivos y a los compañeros acerca de lo grupal, del trabajo en equipo.
Este libro es una novedad en la manera de pensar los temas que trata, y la novedad la pone el pensamiento psicoanalítico, en tanto concibe que todos tienen psiquismo desde el operario al más alto directivo, psiquismo que se puede padecer si se ignora, o bien, puede potenciar la acción del sujeto en la función que ocupe.
Acercarse a un libro es ir en dirección hacia él, es estar dispuesto a encontrar en ese libro los instrumentos para su lectura; quienquiera que afronte un tratado de física, un texto de psicoanálisis, la gramática de una lengua, sabe que existe una preparación específica, un mínimo de nociones indispensables para esa lectura, aunque no se requiere menos bagaje técnico para acercarse a una novela, un poema, un ensayo, siendo además inconmensurablemente más complejas y sutiles, imposible de encontrar en un manual, pero todos ellos hablan al lector que se plantea determinados problemas y busca resolverlos. Este libro precisamente permite plantearse problemas que por el hecho de aprender a plantearlos conlleva soluciones inesperadas. Se caracteriza por su claridad y simplicidad en deferencia al lector, se toman en serio al lector que no vive entre libros y que para abrirlos debe hacer un esfuerzo, nos obliga a salir de nosotros mismos, perder el equilibrio para encontrar otro equilibrio, sin sentirnos ofendidos, sin sentir que hemos tenido que abandonar nuestros hábitos para vestir otros, incluso podemos hablar de lo leído sin sentir anticipadamente el rechazo ajeno.
¿Acaso no es algo cotidiano hablar de la depresión después de las vacaciones, de las malas relaciones entre compañeros de trabajo, de trabajar en contra de uno mismo y nuestros propios intereses, de no avanzar en los proyectos, del tema de la competitividad, del miedo a los cambios, de ansiedad y estrés, incluyendo un tema inesperado: los que fracasan al triunfar?
Son temas cotidianos, exceptuando el último, pero lo diferente es cómo son planteados y dónde se sitúa la solución.
Una vez eliminados los prejuicios, los juicios previos, las causas rutinarias: exceso de trabajo, estrés, presión de los jefes, hacen que aparezca la agresividad y la irascibilidad, lo que es efecto ha sido situado como causa, lo que es un acontecimiento psíquico del propio sujeto ha sido desplazado al exterior. Escriben: “¿No será un conflicto psíquico entre instancias psíquicas lo que hace que el conflicto se despliegue como un conflicto con los jefes o con los compañeros?”
Considerar la existencia del inconsciente, como su trabajo como psicoanalistas les ha probado y demostrado tantas veces, les hace pensar en un tipo nuevo de motivos, motivos inconscientes, motivos de los que el sujeto nada sabe, por cursar de manera inconsciente para ellos, que no para los compañeros, pues es más fácil engañarnos a nosotros mismos que engañar a los demás, sin embargo, los compañeros carecen de recursos para señalar al que padece el conflicto su participación en él. Sabiendo que para una empresa solo existen los conflictos que alteran la productividad, como en una relación de pareja solo son conflictos los que alteran la producción de amor. No es necesario estar de acuerdo en todo con los compañeros ni con la pareja para ser productivos y creativos, incluso podemos decir que incluir la diferencia es incluir la realidad.
Para estas autoras es necesario diferenciar manifiesto y latente, tendencias conscientes y tendencias inconscientes, saber que los problemas con los jefes a veces se manifiestan como problemas entre compañeros, que hacer el trabajo de llegar a tener trabajo es una cosa y hacer un trabajo para permanecer en él es otra muy diferente, que el trabajo es de un orden diferente al orden personal, querer que te traten con las consignas de la educación ciudadana, que tengan en cuenta si eres un hombre o una mujer, es no discriminar la función que desempeña en el trabajo y la vida personal del que trabaja, para ello estas autoras promueven una inteligencia psíquica que se adquiere en psicoanálisis, aprender a distinguir la realidad psíquica y la realidad material, distinguir quién eres en cada momento y a quién te diriges. Saber que en el orden de lo humano nadie puede solo, creer que se puede solo corresponde a una ilusión de ser único, y a la vez un intento de hacer desaparecer a los hermanos o compañeros considerados como intrusos en ese paraíso de la inmensidad de lo único.
En la lectura de este libro tenemos que abandonar ideales positivistas que obstaculizan el trabajo que permite incluir lo contradictorio y lo paradójico de lo humano, por eso están en contra de fomentar la igualdad puesto que es inalcanzable, saben que solo podemos ser semejantes y potencian la diferencia o singularidad en tanto es ineludible, para que no se confunda diferencia con desigualdad, ni igualdad con fraternidad.
No existe el inconsciente colectivo, solo el lenguaje lo es, cómo se habita el lenguaje es diferente y singular en cada uno, por eso que el inconsciente es singular y es cada vez, puesto que el sujeto es una posición psíquica en constante movimiento, que tiene todas las edades, que cada nuevo paso determina el paso anterior, por eso en este libro se diferencia entre un boicot a la empresa realizada por el propietario que puede destruir lo construido y un boicot individual realizado por ese propietario en complicidad con sus empleados trabajando contra sí mismo, diferencia marcada según se vaya por la ruta del sentimiento de culpa o por la vía de la agresividad.
Tanto a los directivos como a los empleados se les pide cuestionarse a sí mismos en primera instancia, si algo va mal es porque no se ha hecho el trabajo necesario, pero qué ha impedido que se haga tal trabajo, para qué tipo de satisfacción y qué se satisface en ella, diferenciando que el directivo lo es de un grupo y si el directivo deja de ser el n**o que anuda deja de haber grupo, mientras que si esto ocurre en un integrante será fácilmente reemplazable, solo habrá hecho desaparecer una cantidad de trabajo que no se ha hecho.
En cuanto a la competitividad, del orden de hacerse competente, no es lo mismo que rivalidad o agresividad, recordemos como circuló el significante “ejecutivo agresivo”, todo un capítulo está dedicado a esta cuestión.
En cuanto a la empresa, si crece la empresa crecen sus integrantes, ocupen la función que ocupen sean directivos o subalternos, y cuando la empresa da un paso implica caídos, dejar caer a los caídos y avanzar con los que avanzan es un proceso que conlleva un gasto de energía psíquica que cada uno tendrá que resolver, irse con los caídos o avanzar con los que permanecen.
Lo que ocurre en una empresa se produce entre todos, no se impone, cada empresa genera un grupo que la sostiene, y cada grupo tiene su líder, si el líder es el trabajo habrá un líder que mantiene esa relación con el trabajo que le es inherente, cuando algo va bien dirige la relación del líder con el trabajo, no es necesario que todo vaya bien o a todos los integrantes les vaya bien, porque no existe la totalidad, solo cuando nada va bien la cuestión es que está dirigiendo el líder en su relación con su deseo inconsciente.
El directivo es el líder del grupo, es el coordinador del grupo, tiene que saber arreglárselas con las más diferentes identificaciones y transferencias, con la angustia ante lo nuevo y la culpa por cada paso dado, tolerar la brevedad de los fracasos y de los triunfos. La empresa es en movimiento permanente o no es una empresa viva.
Los humanos para humanizarnos atravesamos el complejo de Edipo donde aprendemos a fracasar, fracasar en la relación con Yocasta y en la relación con Layo, ni matamos a Layo ni nos acostamos con Yocasta, por eso el éxito puede ser vivido como algo peligroso, por eso nos cuesta más tolerar el éxito que el fracaso.
El recorrido por estas 128 páginas marcará en los lectores algún aprendizaje que le servirá en sus relaciones de producción y de creación, en sus relaciones laborales y amorosas.
Diferenciamos entre la escritura base material de una ciencia y la lectura como producción, donde la escritura da cuenta de cómo hemos leído, cómo nos ha sido transmitido lo aprendido. Freud pertenece a la historia de las ciencias, el Grupo Cero, Lacan, Menassa pertenecen a la historia del psicoanálisis, estas autoras entre otros y otras, pertenecen a la historia de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero, escriben para no caer en la rutina del significado, para alcanzar una ideología que vaya más allá de la ideología de la especie y del Estado, una ideología que se desprenda de una ciencia, en este caso de la ciencia psicoanalítica. Escriben porque escribir es ineludible en su formación como psicoanalistas y poetas, donde está incluido estar en psicoanálisis mientras se trabaje como psicoanalista, en psicoanálisis como sujetos del lenguaje, y también estar en supervisión, que se considera el psicoanálisis del psicoanalista.
Cada autora ha publicado tres libros de poesía y ha participado en varias publicaciones donde el psicoanálisis está presente, entre todos ellos este es el quinto que publican de manera conjunta, de manera grupal, en tanto tres hacen grupo, ellas y el lenguaje, ellas y el psicoanálisis.
Esta es una presentación posible, entre otras, puesto que ninguna lectura agota un texto, tampoco anula a los lectores.

Amelia Díez Cuesta

https://www.editorialgrupocero.com/libro/estambres-y-pistilos_157052/
27/06/2024

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Kandinsky mirando Moscú, me confesó:Un poeta amigo me salvó del silencioso invierno,el arpa del hambre tensó las falanges de mi ópera prima sobre el cartón del desprecio en el vidrio de las academias y el provocador fuego del lienzo crepitó azul en clave de sol.Los colores desprenden m...

26/06/2024
“Estambres y pistilos” de Carlos Fernández del Ganso, novedad del verano de la Editorial Grupo Cero
26/06/2024

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Editorial Grupo Cero presenta “Alas de golondrina” de Gloria Gómez Candanedo
27/05/2024

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11/05/2024

PRESENTACIÓN DE LAS AVENTURAS DE DON ARTEMIDORO

En Las aventuras de Don Artemidoro, Hospital central, habitación 69 (número al que no le faltan connotaciones claramente eróticas), el autor, Miguel Oscar Menassa (como alguno de los grandes directores de cine: Wody Allen o Alfred Hitkock entre otros), en esta ocasión en su faceta de guionista, se introduce en la trama, como el Dr. Menassa, el psicoanalista de Don Artemidoro, pero además de esta clara alusión, podríamos preguntarnos, tal como sucede en la trama onírica, si cada personaje no tiene algo del poeta, del médico, del psicoanalista, pintor, cineasta, editor, cantor, actor…Cada tanto, el poeta o el pintor, dejan huella en el texto con alguna canción, algún poema que no nos dejan nunca indiferentes, como aquella melodía que nos dice que la suerte y la moral no se llevan nada bien. O lo hace el psicoanalista, con una de sus interpretaciones, que aunque vayan dirigidas a unos de los personajes, nos interpretan a todos.
Aprovecha también para hacer denuncia social, sobre las masacres de la operación Cóndor, donde las dictaduras de Latinoamérica unidas, y apoyadas por capitales de USA destruyeron varias democracias latinoamericanas. El poeta es voz del pueblo y dolor del pueblo, cuando dice: “los mu***os que veíamos caer a nuestro lado, éramos nosotros, la sangre era nuestra, el futuro despedazado, era nuestro futuro.”
Fragmentos de este guión fueron llevados al cine en el cortometraje Suicidio asistido, 11 trepidantes minutos premiados en el Festival de Cine Online de Cortos del Centro Cultural General San Martín, en Buenos Aires.
Este guión nos muestra el cuerpo de Menassa, ese cuerpo que no existe, desplegado en todas sus funciones.
Nos dice el protagonista, que se ha ingresado voluntariamente en un Hospital al llegar a sus 135 años, para ser estudiado por la ciencia. El protagonista nos dice: “Como tú haces versos y hay quienes se dedican a fabricar aviones o barcos y, de manera más común coches o jugadores del futbol, yo me he dedicado, desde mí más tierna juventud, hace más de cien años, a fabricar mujeres.”
Un despliegue teórico poético sobre el cuerpo, con su culminación en dos conversaciones: Una de Marlene con Don Artemidoro, otra del Poeta con Don Artemidoro. A Marlen (la abnegada enfermera que ama sus historias y lo cuida desde que él ingresó en el hospital 15 años antes), le dirá: “La mujer, querida, no ama la carne ¿A quién se le ocurre amar la carne, que es algo que se pudre? Para el poeta, pronunciará las siguientes palabras, frente a un tablero de ajedrez: “A ver, muchacho, cuál es el cuerpo del rey, acaso su estúpida quietud? Mueva una pieza ¿Puede mover al rey acaso?, mientras el poeta le dice que no con la cabeza, mueve el peón 4 dama y dice en voz alta: “Peón 4 dama”, a lo que Don Artemidoro replica: ese es el cuerpo del rey.
Porque para el psicoanálisis el cuerpo es siempre un cuerpo de palabras, porque es tríplice: real, simbólico e imaginario, porque se anuda entre la pulsión de muerte y la de vida, porque es entre otros, en él se imprimen los libros leídos y los cuadros admirados, de él forman parte las redes del sujeto, como dirá Menassa en otro texto, no son las neuronas, sino las relaciones.
Menassa, procedemos de tu fábrica de mujeres, somos esos soldados de la poesía y el psicoanálisis, formamos parte de tu cuerpo.

Alejandra Menassa de Lucia

Editorial Grupo Cero tiene el gusto de presentar “Cuando el cuerpo no pesa” de Laura López
11/05/2024

Editorial Grupo Cero tiene el gusto de presentar “Cuando el cuerpo no pesa” de Laura López

29/04/2024

LAS AVENTURAS DE DON ARTEMIDORO

Este libro tiene ciento dieciocho puertas abiertas. Si uno decide cruzarlas pueden llegar a multiplicarse.
Al terminar de leerlo, regreso al principio y veo que dice NOVELA-GUION.
Es una novela, en la que sus personajes transmiten valentía, respeto y saber, por atreverse a decir, por escuchar, por sus diferentes formas de amar, por su generosidad y su inteligencia.
Es un guion, su estructura te facilita el poder imaginarte las secuencias, construir una o varias películas a medida que vas sumergiéndote en sus páginas.
Al terminar de leerlo, regreso al principio. En la segunda escena aparece un tipo descuartizado. Ya desde el comienzo el lector va a ser zarandeado, interpretado. Nos propondrá un reto, una interrogación no escrita que nos susurra al oído ¿seréis capaces de tolerarlo?
Si aún estando avisados, decidimos continuar, aparecerá ante nosotros un texto inabarcable, emociónate, incomodo, cercano y sorprendente.
Conoceremos a Don Artemidoro, que más que un hombre es una manera de vivir.
Gracias a Marlen, al poeta, a DR Menassa, o a Juan, seremos espectadores privilegiados del engarce de un conjunto de historias que se hablan entre sí.
La articulación del psicoanálisis y la poesía por momentos no hará deslizarnos entre las letras como si nada sucediera, con una sensación de comprensión, calidez y humanidad para llevarnos a orillas de una producción de innumerables joyas y su desarrollo. Un ejemplo podrían ser las siguientes frases:
“Eso que vimos, no fue un as*****to, fue un acto político”.
“A la mujer cuando goza hay que dejarla g***r”,
“Tu piensas así porque eres de carne”.
“Me he dedicado, desde mi tierna juventud, hace más de cien años, a fabricar mujeres”.
En este libro se habla del hombre y la mujer, como se relacionan entre sí. Produce una realidad alejada de la lectura ingenua que nos ofrece la ideología del estado. Nos enseña el pensamiento del autor puesto en acto, no como poesía, ni como texto científico, sino como cine.
Al terminar de leerlo, regreso al principio y aparecen combinaciones que antes no había visto y cuando quiero darme cuenta, me ha tomado otra vez de la mano y estoy asomado a sus ventanas infinitas.

Hernán Kozak

28/04/2024

LAS AVENTURAS DE DON ARTEMIDORO

Éste libro de Miguel Oscar Menassa, es una Novela-Guión que podríamos decir comienza a escribirse en 1961 en Buenos Aires y se publica en 2022 en Madrid. Lo que nació como una “Pequeña historia” alcanzó la gran pantalla, museos, bibliotecas y Candidaturas al Premio Nobel de Literatura, tapizando de versos la mirada de lectores y espectadores.
En éste libro se encuadran las secuencias que articulan la obra de un poeta, médico, psicoanalista, editor y pintor, que además es director de cine, guionista, actor y cantante. Es decir, Menassa no sólo le puso letra al cuerpo trabajando, también investiga al sujeto social en Marx, al sujeto del amor en Freud, produciendo por científico, el sujeto del arte desde sus primeros escritos, siempre acompañado por miles de poetas que hicieron de su vida un personaje a estudiar.
En el libro que presentamos podremos leer hoy, y el 2075 también, cómo Salobrar y Marlen, hablan de Don Artemidoro: “Qué hombre!. Entregarse a la ciencia de esa manera… dicen que cuando cumplió 135 años se internó en el hospital voluntariamente para ser estudiado”.
La Poesía anticipando la realidad en su Oficio de morir, diario de un psicoanalista en 1982 nos dice “poco a poco voy estabilizando las cien mil relaciones que me fueron ofrecidas al llegar a Madrid, en dos o tres personas, quiero decir que, más que un camino lleno de aventuras, elijo el camino radiante, y por eso intransitable de la poesía. Donde todo deja de ser lo que es. Los nombres propios son sólo palabras de unión y los sentimientos se transforman, aunque parezca mentira, también en palabras.”
Los personajes que nos muestra la novela-guión, van más allá de los personajes de la ficción, la novela o el teatro, pues no sólo muestran lo posible de ser enunciado en las historias de los personajes literarios, además alcanzan ser personajes de un realismo psíquico que en su enunciación poética, nos transmiten la verdadera historia del sujeto. Los personajes llamémosle Don Artemidoro o Dr. Menassa, digamos Poeta o Pardales o Alexis, Salobrar o Marlen son en todos los casos lugares producidos por la función poética, es decir, un legado cultural que podemos leer, debemos transmitir o g***r en redes sociales y la gran pantalla.
Nos dice el autor: “cómo tú haces versos y hay quienes se dedican a fabricar aviones, o barcos y, de manera más común, coches o jugadores de fútbol, yo me he dedicado, desde mi más tierna juventud, hace más de cien años, a fabricar mujeres”.
La escritura de Menassa, sea o no leída, galardonada y estudiada es una “escritura desesperada, desenfrenada, buscadora de amor, de libertad, de humanidad. Todo lo que no existe”. Menassa un significante, un nombre propio, un hombre clásico en el decir griego, generando un Corpus, una obra escrita que de lo cotidiano nos habla. Clásico en su maestría haciendo posible un Quadrivium de pintura, cine, escritura y música. Y un Trivium de tango, poesía y flamenco.
En 1997 nos comunica por escrito: ”…os dejo uno de los eslabones perfectos del pasado, EL INDIO DEL JARAMA….Dejo entonces, para los más jóvenes, lo mejor y yo me voy a fabricar lo necesario, el mundo”.
Menassa construye lo necesario, lo que no cesa de escribirse, un estilo que transmite la posibilidad de nuevos estilos, una apertura en la historia del pensamiento al aportar la función poética como base material del trabajo científico. Efectos del quehacer investigador y artístico de Menassa es la producción del primer Congreso Internacional de Poesía y Psicoanálisis en 1987 donde escribe: “…la escucha analítica y hasta la posición del psicoanalista no alcanza sino para que se pierda en el decir lo dicho por lo que se escucha. Pero eso no es lo que se interpreta. Lo que se interpreta lo que irrumpe como acto, no depende tanto de la escucha como de la poesía.”
Si revisamos un extracto curricular de Menassa, ingenuamente, podríamos decir: publica su primer libro de poesía en 1961, después tras redactar el Primer Manifiesto del Grupo Cero funda un movimiento científico cultural (1971), una editorial en 1974 que ahora cumple 50 años. Y sigue escribiendo y publicando, después comienza a pintar (1978), sigue escribiendo y publicando libros, revistas y vuelve a fundar, ésta vez, en 1981 la Escuela de Psicoanálisis y Poesía en España, y sigue escribiendo y publicando libros, revistas y pintando, exponiendo sus cuadros y después escribe letras de canciones en 2003 y en el 2005 comienza su andadura cinematográfica. Y prosigue escribiendo y pintando y después aún vinieron espectáculos de poesía y flamenco y programas de televisión y el tango que siempre estuvo presente y el teatro y siguió pintando y publicando y en definitiva “entre tantas una manera de comenzar” y sabemos que es ingenua esta cronología porque el que repita lo hecho jamás lo conseguirá. Sabemos que el hombre padece una doble alteridad, una doble determinación, económicas ambas: política la una, libidinal la otra.
Un libro donde las relaciones sociales, no por ser sociales son menos sexuales y un libro donde las relaciones sexuales, no por sexuales son menos sociales.
Leyendo historia de la medicina, en Galeno de Pérgamo, descubrí alguna referencia sobre un interpretador de sueños del siglo II d.C. llamado Artemidoro de Éfeso, (Turquia) Reconozco que conocí personalmente a don Artemidoro, en mi primer viaje a Buenos Aires, en diciembre de 1989, para participar en el Segundo Congreso Internacional de Poesía y Psicoanálisis Grupo Cero. Allí fue donde escuché al Dr. Menasssa, presidente del Congreso leer la ponencia inaugural: Poesía y Psicoanálisis -La cosa de la carne-.
Permítanme un recuerdo: preparando el viaje a Buenos Aires, visité al Dr. Menassa para supervisar mi comunicación. En una mesa auxiliar de su despacho me fije en un tablero de ajedrez con figuras de sándalo, entonces me hizo una pregunta que no entendí ni supe responder. Sabemos que el hombre que transforme su fe en comprensión, robará a su ceguera fugaces estallidos de colores. Tiempo después comprendí: “A ver muchacho, ¿Cuál es el cuerpo del rey? Acaso, su estúpida quietud? Mueva una pieza. Puede mover el rey acaso?. No respondió el poeta, moviendo peón cuatro dama. Ese es el cuerpo del Rey, sentenció Don Artemidoro”.
Las Aventuras de Don Artemidoro son enseñanzas que nos acompañaran siempre: “La mujer, muchacho, no ama la carne”, “Si consigo expandir mis pulmones, el mundo se expande, los negocios se expanden”, “A las mujeres cuando gozan hay que dejarlas g***r”. “La boca es cruel. Cuando muerde rompe, cuando habla hiere y cuando chupa somete”. “El goce es cuerpo…Si. Y la calandria es flor y madre galopa sin par por luces exageradamente abiertas, incapaces de penetrar espesas tinieblas.”
Y para puntuar esta presentación imposible sin los textos de un poeta que se dejó trabajar como un arte-sano rescato acerca de la escritura: “el problema que planteo es que escribir siempre es un trabajo; sólo me doy cuenta de que los instrumentos que creía conscientes y racionales en realidad son inconscientes. Los instrumentos son históricos, ideológicos y psíquicos y los tres son inconscientes para el sujeto, porque si bien el mecanismo histórico, el instrumento histórico, es consciente, es consciente para la historia, no para el sujeto, no para el hombre. Los modelos ideológicos funcionan de manera inconsciente, y lo psíquico verdaderamente real es lo inconsciente. Los mecanismos con los cuales trabajamos la materia prima o la materia natural, la vivencia del propio poeta y los libros que ya están escritos antes de la existencia del poeta son mecanismos inconscientes.
Menassa un poeta que tenemos el derecho de leer, un científico que podemos estudiar, un significante que nos representa como psicoanalista, maestro, creador, trabajador… o en su propias palabras:

FUI LO QUE SE DICE UN BUEN FENICIO, EN TODO
Fui lo que se dice un buen fenicio, en todo.
No era navegar por navegar, mi oficio.
mi oficio era tenderme entre los puertos.

Rosa perdida de perfumes rotos,
color de soledad, dejaba en cada puerto,
un infinito brote de locura.

No estoy perdido de amores sino de tedio:
ya nadie corre por los peldaños de mi mente como tú,
ya nadie abre su fuente con alegría y deseo para mí.
Yo ya no veo tus ojos en lo profundo de mis manos.

Navegar por navegar no es mi oficio,
arrancar trozos de la nada y unirlos en conjuro,
ese es mi oficio silencioso y tenaz como de versos,
mi oficio no se puede aprender, no sabe, es ciego.

Gracias por todo y por siempre querido maestro, inolvidable Menassa.

Carlos Fernández del Ganso

28/04/2024

LAS AVENTURAS DE DON ARTEMIDORO
Un libro de Miguel Oscar Menassa

Paul Valery nos dice que “lo que queda de un hombre es aquello que su nombre hace pensar” y Miguel Oscar Menassa es un hombre y un nombre irrepetible, así lo mostró y demostró en cada uno de sus pasos, sus libros, sus frases, sus silencios, en cada una de sus producciones y creaciones; nunca dejó que la normalidad, la norma establecida, lo atrapara en sus estereotipos, en sus sigilosos y astutos círculos de la razón razonante, siempre hizo un trabajo para que eso no ocurriera, un trabajo constante y permanente, porque sabía que nada es posible sin trabajo y que no hay ideas vigorosas sin una infraestructura poderosa; eligió para ello la conjunción inseparable de Poesía y Psicoanálisis , sin ceder en sus palabras, habladas, escritas, pintadas o filmadas.
En este relato están presentes todas las premisas de su pensamiento. Sabemos que en el origen del relato está el deseo y que el origen del deseo está en el significante, aquel significante que pone en el desorden de las sensaciones y las sensibilidades, de los sensorial y la experiencia sensible, un punto de partida, un comienzo sin origen, un tiempo futuro anterior, lo que hace que el deseo infinito y eterno, sin principio y sin tiempo, pase a ser un deseo indestructible y permanente, donde la temporalidad impera, donde el sujeto deja de ser antes de la palabra para ser un sujeto evanescente y temporal.
Como relato tiene un fin, como en Las mil y una noches una historia de Scherezade vale por un día más de vida, en Las aventuras de Don Artemidoro, se trata del paradigma de lo humano transmutado por esa articulación inseparable de lo poético y lo psicoanalítico, donde el relato tiene una misión ineludible; no es para distraer, instruir o satisfacer, sino para engendrar una nueva realidad humana, por eso que el relato no está basado en lo metonímico, en la coherencia lineal donde los relatos quedan encajados los unos en los otros, sino que incluye la alternancia paradigmática, la alternancia metafórica, capaz de engendrar nuevos sentidos, por eso que el relato no está determinado por el deseo de contar, sino por el deseo de transmutar, de intercambiar, siendo así necesaria una estructura quebrada sin planificación lineal.
El autor nos habla de esa estructura: “Nuestra creación parte de una premisa: el montaje de una película es el alma de la misma, lo esencialmente poético. Se intentó una estructura narrativa atemporal, con el ánimo de desvirtuar el tiempo cronológico de las escenas y que el espectador acompañe las situaciones de los personajes a la espera del próximo paso narrativo”
Todo comienza con el significante “cuerpo fragmentado”, unos lo toleran, otros no, o bien, a veces lo toleramos, otras no, puesto que será para siempre que no seamos hasta después de hablar, que nunca sepamos lo que hemos dicho ni lo que el otro ha escuchado. Somos una conversación siempre abierta, disponible.
Inmediatamente después las palabras abren la dimensión de los pactos, en esta ocasión el paradigma del pacto acontece en un gran hospital entre una enfermera y un paciente, entre la poesía y el psicoanálisis, no es casualidad que el paciente tenga la edad de Freud, 150 años, alguien que lleva más de un siglo ocupándose de la salud de los seres que hablan y por eso desean.
Nos enseña que los hechos solo existen después de la interpretación, que según el instrumento de lectura así es la realidad, “que el río fluye; aunque no vayamos hacia el río, el río nos alcanzará, que somos el río que fluye”.
Esta película se caracteriza no solo por su infraestructura y su superestructura, también porque interpreta incluyendo lo inconsciente, la realidad psíquica.
Menassa es un creador de todos los días, nunca abandona, sino que se abandona en sus hallazgos, dejando que se produzca en él lo que el acontecimiento imponga en ese encuentro imposible.
Ninguna quietud permanecerá impasible a su voz porque su voz es la voz de la poesía, la pintura, el cine, un latido que rasga lo vertiginoso y lo fulgurante con la misma intensidad, desafiando los contornos de una única razón, donde lo inconmensurable rompe los tamaños y sus limitaciones, donde la libertad es generadora de nuevos compromisos.
Una pintura, un cine, que sólo se podía entregar a un autor como Menassa, una pintura, un cine, que cuando se conocen se sabe que sin ellos la historia de la pintura y del cine no quedarían abiertos a la amplitud del aire, ni sabrían ponerle rostro al vacío más incorruptible.
Rimbaud injurió a la belleza monocorde del pasado glorioso de la histórica humanidad, Menassa titula uno de sus primeros lienzos: “Un feroz latigazo a la belleza” para que la belleza sea múltiple y deje de ser esclava de su par antitético, para que lo sublime se haga cotidiano y tenga su sede en el ser que habla.
Más de mil cuadros pintados, más de 20 cortometrajes, varios largometrajes y algún mediometraje, más de cien muestras, hablan de su prolífera creación y del cuidado que ejerce sobre sus productos.
Sus películas ponen nuevos límites al cine, son ese fuego que arde con los siglos anteriores y los venideros, ese viento que turba las manos incansables, no cesando de transformar su centro de gravedad; esa sed insaciable, sin espejismos que impulsa y transmuta la mirada y la voz, esa sangre que reclama la circulación menor y la mayor, después de cada recorrido por cada una de sus películas
Su primer libro de poesía nace en 1961, su primer cuadro en 1978, su primera filmación en 2003. Ya era médico y psicoanalista, varias publicaciones daban cuenta de ello, y también la pluralidad de sus alumnos y discípulos. En 1971 funda el Movimiento Científico Cultural Grupo Cero, en cuyo movimiento nacerá el Grupo Cero y sus secuencias: la Editorial Grupo Cero, la Escuela de Poesía, la Escuela de Psicoanálisis y Poesía, la Escuela de Pintura, y también el cine en todos sus niveles: dirección, guion, montaje, intérprete, etc. y Poesía, Tango y Flamenco.
En el libro que hoy presentamos no hay horror al vacío, a lo femenino, no se busca el soberano bien, lo mismo que Sade encubre un pensamiento bajo la máscara de la masacre metafórica del cuerpo, donde la virtud es apariencia, donde el poder y su tiranía busca el yugo de la población por medio del Ser Supremo, no importa si en bondad o maldad, Menassa cubre con nuevos sentidos lo que gira en sentido único.
Tocqueville nos dice en La democracia en América: “La Inquisición no pudo impedir que circularan en España un gran número de libros contrarios a la religión. El imperio de la mayoría lo hace mejor en Estados Unidos: ha suprimido hasta el pensamiento de publicarlos”.
Menassa siempre trabajó para la conjunción Poesía y Psicoanálisis, nunca dejó de escribir y publicar, en forma de libro, cuadro, película, disco, puso a disposición del pensamiento todos los recursos que la Humanidad fue inventando, hizo uso de la tecnología en lugar de dejarse usar por ella.
Justine y Julieta, donde Sade muestra que las desventuras de la virtud y la recompensa del vicio, que virgen o p**a, propio de la constelación materna, no definen a la mujer, papa ello hace que sus mujeres sean cultas y sabias, podríamos decir que las hace pasar por la Cultura, mientras Menassa las hace pasar por la Poesía, por la escritura; Freud dice que la mujer es después de hablar, Menassa añade que la mujer es después de escribir.
En Las aventuras de Don Artemidoro no hay nada de lo humano que deje de estar tocado por Poesía y Psicoanálisis, hombre y mujer, guerrillero y lucha armada, salud y enfermedad, público y privado, cuerpo biológico y cuerpo pulsional, edad y vejez, goce, amor y deseo, ideología, etc… mediante un deslizamiento metonímico en el que la repetición hace surgir un nuevo significante, un nuevo rasgo, un nuevo punto de partida, un sentido inesperado que transforma lo dicho y lo por decir.
Cuando se trata de un hecho público, es un hecho político, el psicoanalista nos dice que no solo somos víctimas sino también culpables; cuando se trata de la mujer debemos saber que no ama la carne, que los hechos son después de ser interpretados, y no es lo mismo una interpretación de lo consciente que la que incluye lo inconsciente. El psicoanálisis se dedica a fabricar mujeres, las pone a circular más allá de la constelación materna, más allá de virgen o p**a.
Este texto es la base de una película que denuncia, les dice a los hombres y a las mujeres del futuro, cómo vivimos hoy, como la izquierda y la derecha estuvieron en guerra a muerte delante de la mirada de todos, que todos fuimos víctimas y culpables.
Nos muestra que el machismo está en las instituciones y como efecto en hombres y mujeres, “ninguno de los dos conoce el amor. Son dos animalitos en medio de la selva, pero sin otros animalitos, ellos dos solitos, pobres, desamparados, sin deseos”, que los guerrilleros no trabajan para el pueblo sino para su lucha contra el padre o a favor de sus propias ideas, que la mayoría de las veces no existen, que es diferente cuando el cuerpo es una forma extensa que cuando es una forma gozante y por lo tanto hecho de palabras, denuncia que existe una lucha permanente entre el cuerpo del pensamiento de Kant y el cuerpo del pensamiento de Freud, entre el sujeto del conocimiento y el sujeto que habla.
Cuando el cuerpo es el centro, es Dios, todo lo queremos hacer con el cuerpo, y lo que no podemos hacer con el cuerpo lo abandonamos; no habrá proyectos, no se alcanzarán procesos que duren más que el cuerpo, es decir, los límites de cada vida serán los límites de su cuerpo carnal.
Hasta la muerte se produce entre palabras: “No, no lo maté, lo asistí. De no haberme necesitado jamás hubiera dicho que yo había sido siempre el más inteligente.”
También está la enfermedad y las diversas mutilaciones físicas y mentales, donde todo está preparado para que elijas la enfermedad, la falta de capacidad, lo cual se muestra en la escena del “mercado de órganos en mal estado”. “¿Cómo es posible que esté más económico lo que está en mejores condiciones?” Cómo es posible que se valore más la enfermedad que la salud.
El ser que habla no sabe que su cuerpo incluye a los otros, que hay quienes son nuestras piernas, o bien, nuestros brazos, incluso el motivo de nuestra voz. Que tenemos que mantenernos en la complejidad de odiar a quien amamos y amar a quienes odiamos, incluido a nosotros mismos, una enseñanza tras otra para aquel que esté dispuesto a aprender los diversos niveles de la complejidad de lo humano.
Hay cuestiones que solo el psicoanálisis puede enseñarnos: no hay nada antes de hablar, por eso que primero hablar y después todo lo demás, amar, fo**ar.
El psicoanálisis enseña al hombre y a la mujer a hablar incluyendo lo inconsciente, en una de las escenas Don Artemidoro está en el diván y habla de las mujeres que ama, que una es reflexiva, otra apasionada y otra escritora, que no sabe qué hacer ante ellas, si vivir, morir o ser eterno, a lo cual el psicoanalista, el doctor Menassa, al final de la sesión le anima a seguir hablando de la mujer que él es. Le interpreta que está hablando de la mujer que él mismo es, porque del hombre y de la mujer nada sabemos, no hay generalidad, solo hay posición psíquica en constante transformación. Como dice este autor “No somos nada, no tenemos nada, no vamos a ninguna parte”, todo se construye en el ser que habla, hasta la pulsión.
Un psicoanalista, un escritor, solo puede interpretar lo que es capaz de tolerar como interpretación, solo puede crear lo que es capaz de tolerar como vivible.
En esta película destaca el encuentro entre psicoanalista y poeta, juntos proponen temas y juntos dan a la conversación un destino inesperado y nuevo, podemos decir que para alcanzar el grado de humanidad posible es necesario saber hacia qué humanidad hay que dirigir nuestros pasos, para ello se hace inevitable leer y releer este texto capaz de inaugurar lo que la humanidad ha producido y nadie antes lo había escrito así.

Amelia Díez Cuesta
Psicoanalista

Dirección

Calle Estrella 19, 1B
Madrid
2004

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