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ABANDEREMOS LA PAZEs bien sabido de todos que los cuervos son animales muy inteligentes. Expertos que los han estudiado ...
05/04/2024

ABANDEREMOS LA PAZ

Es bien sabido de todos que los cuervos son animales muy inteligentes. Expertos que los han estudiado han comparado sus habilidades con las de los pulpos a la hora de resolver enigmas o desafiar obstáculos encontrando soluciones ingeniosas a los retos planteados. Existen experimentos donde se ha podido comprobar cómo los cuervos aplican sin problema el principio de Arquímedes acumulando guijarros en una jarra para hacer subir el nivel del agua y así beber sin dificultad de su interior.

Digo esto porque el otro día me sorprendió ver el vídeo de un cuervo que retiraba con su pico la bandera israelí de su asta. No puedo afirmar si fue la inteligencia de este animal la que le hizo actuar de este modo o si hubo un acto deliberado y consciente en él pero, el hecho, es que esta acción simbólica me hizo reflexionar. Por un momento, me convertí en el cuervo y mi inconsciente hizo el resto.

Las banderas representan países, representan nacionalismos, ideologías, sentimientos de pertenencia pero no necesariamente reflejan el sentir y el pensar de su gente. Luego pensé en Israel y en su pueblo. El “pueblo elegido” según la Biblia. Un pueblo que fue perseguido, vilipendiado y castigado por todos los rincones del planeta. Torturados, despojados de sus bienes, insultados y exterminados sufrieron la misma suerte que aquel profeta de Jerusalén que fue condenado a la cruz en lugar del pobre diablo de Barrabás.

Como sabéis, EL 7 de octubre de 2023 Hamas entró en Israel y secuestró, violó y asesinó a un grupo de personas inocentes que se encontraban celebrando la festividad de Sucot en la frontera con Gaza. Una fiesta que recuerda el deambular por el desierto en busca de la Tierra Prometida tras la esclavitud de Egipto. Desde entonces, dio comienzo una guerra sin cuartel que mantiene a muchos palestinos inocentes al borde del sufrimiento, la desesperación y la muerte por inanición. Una guerra que se justifica en nombre de la injusticia cometida. “Ojo por ojo, diente por diente”. Así rezaba la ley del Talión en el siglo V a.d.C pero, ¿acaso es justo vengar una injusticia con otra? ¿Deben seguir muriendo inocentes para pagar la muerte de más inocentes?

A veces me pregunto qué hubiera pasado si los japoneses hubieran decidido vengar el desastre nuclear de Hiroshima y Nagasaki con más bombas. Qué hubiese pasado si los supervivientes del holocausto hubieran decidido vengarse y exterminar a sus carceleros…

La historia está llena de actos de perdón. De personas que han superado con mucho el umbral del sufrimiento y del dolor y que, a pesar de todo, han decidido perdonar consciente y voluntariamente a sus verdugos para poner fin a un ciclo evitando así dejárselo en herencia a sus hijos.

A día de hoy, millones de judíos de todo el mundo piden el cese de la violencia a través de un alto el fuego. La inmensa mayoría no se identifica con esta guerra sin sentido que persigue una venganza ilusoria contra un enemigo ya vencido. Pero la decisión de un político se interpone todavía entre la voluntad de todo un pueblo que ya perdonó una vez y que está dispuesto a volver a perdonar.

Después de la segunda guerra mundial, el planeta entero quedó horrorizado ante los crímenes de guerra que se habían cometido. Millones de personas torturadas, privadas de su libertad, desnutridas, destruidas física y mentalmente. Y cientos de miles de mu***os y desaparecidos. Una generación entera quedó devastada por las atrocidades de la guerra. En ese momento, cuando parecía que el mundo había caído presa del odio y que nadie nos podía salvar de nosotros mismos, emergió un rayo de esperanza. En el mundo nació una nueva conciencia de unidad que clamaba perdón, amor, paz y fraternidad entre todos los seres humanos del planeta. La carta de los Derechos Humanos vio la luz e Infinitud de terapias nacieron con el propósito de ayudar a sanar a niños y adultos cuyas almas habían sido fragmentadas a golpe de violencia.

Yo me pregunto: ¿Acaso el ego de un solo político es más importante que la voluntad de paz de todo un pueblo? ¿Para qué sirve una bandera si no es capaz de transmitir los valores más sagrados, de paz y unidad y para inculcar amor y respeto hacia uno mismo y hacia los demás pueblos? Puede que después de todo, le estemos dando demasiado valor a cosas que no lo tienen. Demasiado poder a personas que no deberían ostentarlo. ¿Acaso una sola persona debe decidir el destino de toda una nación?

Una vez escuché que el hombre solo evoluciona a través del sufrimiento. Yo creo que también se puede evolucionar a través del perdón y del amor. Si no me créeis preguntadles a los millones de judíos dentro y fuera de Israel que han alzado su voz en todo el mundo solicitando un alto el fuego y el cese de esa matanza silenciosa que, según algunos políticos, se realiza en su nombre, y con la que para nada se identifican. Ellos han hecho como el cuervo, han dejado caer ese trozo de tela en forma de bandera que les empañaba la visión y les impedía ver con claridad.

Como decía Antoine de Saint Exupéry: “Lo que es esencial es invisible para los ojos”. Centrémonos pues en lo verdaderamente importante, tomemos ejemplo de ellos y aprendamos a perdonar.

Por un alto el fuego incondicional que salve a la humanidad del in****no al que nos quieren condenar, pidamos a los gobiernos UN ALTO EL FUEGO INMEDIATO que lleve a los Israelíes y Palestinos hacia la PAZ y la UNIDAD.

Que el 7 de octubre se convierta en un símbolo del perdón, de conciencia y de unión. Y que la fiesta de Sucot no solo sirva para recordar la travesía por el desierto que llevó al pueblo de Israel a la Tierra prometida, sino que marque el inicio de una nueva travesía. El día en que Israelíes y Palestinos decidieron convivir pacíficamente en igualdad de condiciones compartiendo la Tierra Prometida que se le negó a Moisés, honrando a sus ancestros comunes y a la Tierra que los vio nacer.

Natalia González NNatalia Gonzalez P***s

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