20/05/2024
Se acerca la publicación de mi quinta novela: EL RUIDO DE LA AUSENCIA, un thriller intimista...
Preámbulo
Las lágrimas acuden a su cita, con una puntualidad que asusta, cuando los recuerdos de antiguos amigos visitan mis pensamientos. No sé si son muchos, pocos o están en la me-dia de los fallecimientos, no conozco las estadísticas de muertes en el entorno de la gen-te que me rodea, de hecho, no sé si esas macabras estadísticas existen. Siempre nos las podemos inventar, al fin y al cabo, se suele hacer con demasiada asiduidad.
Todos tenemos derecho a la melancolía. En un mundo donde la felicidad es un deber –todos los días la publicidad de los medios de comunicación se encargan de re-cordárnoslo–, el derecho a estar triste está pasado de moda y mal visto, incluso a veces, la tristeza es acusada de enfermiza. La gente confunde las sonrisas con la felicidad y las lágrimas con la infelicidad. Decía Jane Austen “Quien sonríe no está siempre feliz. Hay lágrimas en el corazón que nunca alcanzan los ojos”. ¿Dónde quedan esos tiempos de recogimiento personal?, ahora estamos “obligados” a permanecer conectados a la red y hemos perdido la costumbre de estar sin hacer nada. Estar sentados mirando a ningún lugar, sin estar interactuando continuamente, está en extinción, aunque supongo que nunca fue lo más requerido por el personal, al menos en estas últimas décadas.