13/06/2016
CAPÍTULO 3. LAS ÁGUILAS DE ROMA
Durante muchos siglos los vascos hemos creído que la clave de nuestra singularidad y de nuestra supervivencia como pueblo era que nunca habíamos sido conquistados por el Imperio Romano.
Estábamos convencidos de que aunque los romanos hubieran pasado cerca o incluso se hubieran asentado temporalmente en las riberas del Sur de Euskal Herria, las tribus del Norte resistieron la invasión refugiándose en sus bosques impenetrables y en sus escarpadas montañas.
La creencia de que los antiguos habitantes de Vasconia no sucumbieron al poder de Roma; que nunca aprendieron el latín o que no llegaron a integrarse bien en el Imperio Romano, está siendo contrastada por una abrumadora cascada de nuevos descubrimientos, que están llevando a los expertos a elaborar una explicación más compleja, y mucho más emocionante, sobre la romanización de Euskal Herria.
Durante quinientos años, todos nosotros, desde un confín a otro de nuestro territorio, fuimos romanos. Y no sólo eso, sino que Roma valoró muchísimo la valentía y la lealtad de nuestros antepasados, soldados muchos de ellos.
No sólo fuimos romanos: fuimos las garras y las alas de las águilas de Roma.
Durante muchos siglos los vascos hemos creído que la clave de nuestra singularidad y de nuestra supervivencia como pueblo era que nunca habíamos sido…