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Ya que hay celebración y España nos conquistó, es bueno recordarle a todos los venezolanos, las palabras del disidente s...
12/10/2024

Ya que hay celebración y España nos conquistó, es bueno recordarle a todos los venezolanos, las palabras del disidente soviético Alexander Solzhenitsyn: “Sabemos que nos mienten (el gobierno venezolano). Ellos saben que mienten. Ellos saben que sabemos que nos mienten. Sabemos que ellos saben que sabemos que nos mienten. Y, sin embargo, siguen mintiendo.". La dictadura venezolana le miente a todo el mundo. Dictadura es dictadura

La escritora surcoreana Han Kang gana el premio Nobel de Literatura 2024. La Academia Sueca le otorgó este jueves a la e...
10/10/2024

La escritora surcoreana Han Kang gana el premio Nobel de Literatura 2024. La Academia Sueca le otorgó este jueves a la escritora surcoreana Han Kang el premio Nobel de Literatura de 2024.

La surcoreana Han Kang, inesperada ganadora del premio Nobel de LiteraturaEl premio Nobel de Literatura se ha anunciado ...
10/10/2024

La surcoreana Han Kang, inesperada ganadora del premio Nobel de Literatura
El premio Nobel de Literatura se ha anunciado este jueves en Estocolmo. El anterior ganador fue el noruego Jon Fosse

Todo lo bueno creado por la humanidad puede ser enterrado vivo en un instante.                                          ...
01/10/2024

Todo lo bueno creado por la humanidad puede ser enterrado vivo en un instante.
Sergei Glavatskii

La represión del dictador Nicolás Maduro contra la oposición es contundente y va en aumento (Informe de Infobae). Alguie...
17/09/2024

La represión del dictador Nicolás Maduro contra la oposición es contundente y va en aumento (Informe de Infobae). Alguien lo tiene que parar, frenar esas injusticias. Basta Ya!!!!!

La Misión internacional independiente de la ONU, que ha examinado la situación de los derechos humanos en el país latinoamericano en el último año, ha documentado “violaciones y crímenes, incluido el de lesa humanidad de persecución con motivaciones políticas”

El éxito de una adopción depende de la adaptaciónRecientemente, se publicó en Amazon KDP Adopción de perros con confianz...
10/09/2024

El éxito de una adopción depende de la adaptación

Recientemente, se publicó en Amazon KDP Adopción de perros con confianza (2024), un manual escrito por la periodista venezolana Verónica Pérez Peña. Este libro tiene como objetivo acompañar a los adoptantes durante el proceso de adaptación de sus perros rescatados a sus nuevos hogares.

Basado en la regla de los "tres días, tres semanas y tres meses", Adopción de perros con confianza explica los tiempos necesarios para que un perro rescatado adulto logre relajarse, comprender las rutinas del hogar y establecer lazos de confianza. El manual está dirigido especialmente a los "primerizos", aquellas personas que adoptan por primera vez, quienes estadísticamente son más propensos a devolver a las mascotas a los centros de adopción debido a la falta de información sobre las etapas de acoplamiento y las necesidades que irán surgiendo.

"Escribo desde mi experiencia como mamá humana de un perro rescatado. No es un proceso sencillo, pero es profundamente satisfactorio y emocionante. Cuando tu peludo finalmente confía en ti, después de haber sido abandonado, golpeado o abusado, es un sentimiento de amor y gratitud tan grande que me motivó a decirle a todos: vale la pena abrir tu hogar a un perro rescatado. Solo se necesita un poco de paciencia", comenta Pérez.

El panorama es preocupante. Se estima que solo el 10% de los perros que nacen en el mundo logran obtener un hogar definitivo a lo largo de su vida. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, existen alrededor de 200 millones de perros viviendo en las calles a nivel mundial, como resultado del abandono, la falta de políticas públicas coherentes y el desconocimiento de los humanos adoptantes.

"En Estados Unidos, por ejemplo, al menos 6.5 millones de perros ingresan anualmente al sistema de refugios públicos. De ellos, poco más de tres millones son adoptados, pero entre el 7% y el 20% son devueltos a los refugios en menos de seis meses, según datos de la ASPCA (Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales). Sin embargo, algunos informes sugieren que esta cifra podría llegar al 60%, ya que muchos perros son abandonados en lugares públicos o entregados a otras personas. Esto ocurre porque los adoptantes no son plenamente conscientes de la responsabilidad que asumen y de la importancia de brindar cariño y compromiso", añade la autora.

Después de emigrar a Estados Unidos, Verónica Pérez compartió el cuidado de tres perros rescatados y participó como voluntaria en organizaciones públicas y privadas dedicadas al cuidado de perros. También se formó en temas relacionados con la salud y atención de mascotas, lo que la llevó a abrir su cuenta de Instagram () para fomentar el respeto hacia los animales. Este manual es su primer libro, y según la autora, será el inicio de una serie.

Ficha
Título: Adopción de perros con confianza
Autora: Verónica Pérez Peña
Ilustraciones: Daniel Pérez
Amazon: https://www.amazon.com/dp/B0DF6PK88C (español)
https://www.amazon.com/dp/B0DCW8FJKK (inglés)

27/06/2024
24/03/2024

El "enlatado de los recuerdos": "trenes eléctricos, los caminos de la memoria, los amig@s, las virtudes- Todo eso y más están en mi "cabecita loca".., como dice Omar. Y es cierto, además de los amigos presentes que los los amo con locura desbordada, rebasan mis remembranza felices🥰🥳

Ideas bajo la duchaUna vez dentro del estrecho lugar contuve el aliento y abrí el grifo. Pensé que ya nada me detendría ...
10/03/2024

Ideas bajo la ducha
Una vez dentro del estrecho lugar contuve el aliento y abrí el grifo. Pensé que ya nada me detendría tras la ofensa de Eloy. Llamar gorda de mi**da a mi mujer para zanjar una trivial disputa a raíz de la pelea entre mi hijo y el suyo no solo me parece terrible y ofensivo sino que despertó mi lado salvaje que he domesticado desde aquella tarde de 1976 cuando maté al taxista en una discusión de tránsito y pagué por ello ocho años de cárcel. Más que aquietarme el agua helada que me baña me enardece de tal modo que solo tiene cabida en mi cabeza la idea de dirigirme a su casa, pulsar el timbre y cuando mi vecino abra la puerta clavarle sin margen de error el puñal que acaricio de noche como un tesoro. Todo se torció esta madrugada cuando abro los ojos y veo que Teresa sigue despierta. Finge leer mensajes en teléfono pero de inmediato entendí que algo le peturbaba. Fue así como se decidió a contarme lo que juró callar dado mi temperamento explosivo en situaciones de alta tensión. Seguía cabreada con el incidente. Lloraba y no podía contener la rabia e impotencia porque tras el insulto ella se quedó sin palabras, optó por darle la espalda, tomar a Gabriel por el brazo y entrar al apartamento, al tiempo que le prohibió que se lo dijera a papá. Lo que más me extraña es que Eloy, reconocido como escritor de éxito, amén de ser buen vecino, haya pasado por alto que el atercado entre niños de ocho años no requería la relevancia que le dio, tanta como para insultar a Teresa, según el tono agresivo que Teresa dice que empleó. Desde luego que la calmé y le hice tragar el mismo ansiolítico que yo tomo de noche. Le sugerí que dejáramos pasar los días para conversar con Eloy en un ambiente sosegado. Pero en verdad he sido yo quien no se ha podido contener. De tanta ira avivada por la frustración de mi mujer estuve despierto el resto de la noche. Así que esta mañana me duché con la única idea de zanjar el tema, yo lo sé, de la peor manera. Aprovechando que Tere dormía plácidamente por efecto de la píldora me arreglué con intención de acudir al trabajo cuando en realidad me dirijo a casa de Eloy. Llamo dos veces a la puerta, desenvaino el puñal dentro del bolsillo de la chaqueta y al abrir, su mujer se me abalanza bañada en llanto. Desconcertado, sin entender qué pasa voy a la cocina y le hago una manzanilla para calmarla. Si me vieran ahora estoy llamando a la oficina para avisar que no iré en la mañana porque sigo a la espera del forense ya que cuando dormía mi buen vecino, el aplaudido escritor, por efecto de una arrechera incontenible falleció de infarto.

12/02/2024

Brava por la detención de Rocío San Miguel a San Miguel

SecretoA lo lejos se oían las risotadas cuando Ricardo atravesó zigzagueando los veinte metros que había entre la orilla...
29/12/2023

Secreto
A lo lejos se oían las risotadas cuando Ricardo atravesó zigzagueando los veinte metros que había entre la orilla del mar y la arena donde yo, aplastado como un lagarto, me distraía leyendo Siddhartha. Pese al candente sol, la tarde se nos mostraba gratificante y fresca. Deliciosamente agradable podría añadir, gracias a la brisa que se colaba entre el follaje que protege la playa de Todasana. Ricardo, o el Gago, como le decíamos a mi amigo de la calle Bolívar, había sido esta vez el blanco de un chalequeo intenso del grupo que cada vez que abría una botella de Cacique se transformaban en monstruos. En un tris eran otros. Sobre todo ahora cuando el sol y el ron explotaban sobre sus cabezas inspirándoles a cometer todas las marranadas posibles e incluso las más torpes maldades. De manera que cuando el Gago apareció arrastrándose y no hizo más que echarse en la arena como si hubiese sido fulminado por un rayo, lo miré y sonreí. El fragor de la lucha para emerger del mar se asomó en los ojos enrojecidos. “¿Qué te pasó, chamo?”, lo saludé. Fue una pregunta retórica. El Gago no respondía. Más que cansancio exhibía el semblante de quien había visitado otro mundo. Seguí leyendo y dos minutos después Ricardo decidió revelarme lo ocurrido. “No se los vayas a contár pero creo que me ahogué, mi pana, y estoy vivo, aquí, de milagro”. Lo expresó en voz baja, forzada, lenta, como si confesara un pecado, mirándome a la cara con un dejo casi suplicante que me obligó a cerrar el libro y a escucharlo tratando de no reírme. Era la confidencia de alguien que acababa de tutearse con la muerte y, esta vez ante mi estupor me aseguraba que la joda de los amigos había ido demasiado lejos. Al repetirlo reprimió un espasmo de angustia en la garganta. Unos segundos después lloró.


El tema es que, enloquecidos por el ron, el grupo se había confabulado para joderlo dado que Ricardo había hecho alardes de su capacidad para aguantar varios minutos debajo del agua. Debo admitir que si yo hubiera estado ahí también me habría sumado a la acción de hundirlo en el mar, tal y como pasó. Según Ricardo, una vez que se sumergió y sintió que no aguantaba quiso aflorar a la superficie pero los chamos le impidieron a la fuerza que saliera a tomar aire. Primero vino el miedo, la natural desesperación y pasados tres o cuatro minutos se dejó vencer oyendo de lejos las risas de los coreaban su nombre. “¿Es verdad que cuando uno está a punto de morir ahogado oye como campanitas?”, me preguntó ingenuamente y no tuve más respuesta que burlarme. “Marico ¿tú crees en esas vainas del cine?” Pero el Gago, a riesgo de ser tomado por id**ta me niró y se explicó. “Pana, cuando estos carajos me derribaron, me hundieron y no dejaban que sacara la cabeza para respirar, acabé por rendirme y me dejé llevar… noté que descendía y hubo un momento en que no oí las risas, no escuché nada y nada me importó… lo que sentía eran como campanitas… hasta creo que sonreí”. Más que sorprenderme, el Gago me estaba asustando en verdad con su relato. Tanto que me desarmó porque yo no poseía la información necesaria y porque me había pedido que guardara el secreto, lo que me impidió reclamarle al grupo y hacerles notar que estuvieron a punto de cometer un as*****to. De modo que mi impresión ahora fue de ansiedad. Cierto que la muerte continúa siendo un misterio aterrador. Quizá porque nadie puede saber qué sucede al cesar la vida y volver para contarlo. Pero el Gago me juró ese domingo de agosto mientras veíamos a nuestros amigos retozar en el mar que estuvo a unos segundos de fallecer. Claro, ahora podemos consultar Google y saber que ahogarse puede ser una de las muertes menos dolorosas pero también una de las más mortificantes debido a la sensación de pánico al no poder respirar y mantener la cabeza fuera del agua. Al no lograrlo pierdes las fuerzas y te abandonas. Los expertos afirman que hay una sensación de desgarramiento a medida que el agua invade las vías respiratorias. Luego sobreviene un estado de quietud por la falta de oxígeno en el cerebro. ¿Será por eso que Ricardo insiste en que oyó campanitas y que se dejó llevar en un estado de paz?


“Ah vaina… ¿y estos pendejos ahora son novios?”, dijo Javier, para seguir la guasa cuando nos vio hablando muy cerca. Acababa de llegar el grupo, cansados de jugar y de abrir una segunda botella de ron. Llegaban y caían abatidos en la arena, uno a uno. El Gago y yo nos reímos y les mentí explicándole que Ricardo se había enamorado de una profesora del liceo. El resto me compró el cuento; otro le felicitó por haber aguantado más de cinco minutos bajo el agua. “Gago, eres arrecho… lo tuyo fue todo un récord”, le dijo Alberto. Pero ese tránsito a los límites de la muerte Ricardo y yo lo compartimos como un doloroso secreto incluso después que perdimos contacto. Todavía ese relato me tortura cuando veo en el cine la escena de alguien que lucha para no ahogarse. Lo que pasó ese domingo fue la vivencia de un homicidio frustrado. Años después supe de Ricardo había ingresado a la Policía y, orgulloso, me enviaba fotos por whatsaap en las que aparecía ascendido a inspector jefe. Le pregunté por el incidente en Todasana. Me confesó que desde esa tarde dejó de ir a la playa. “Es más, algunas noches despierto con la angustia por lo que viví ese día”. No le confesé que a mí también me pasaba lo mismo, y le pregunté por los muchachos porque llevaba tiempo sin saber de ellos. Se ha visto con algunos y había quienes le recordaban aquel domingo cuando intentaron ahogarlo. Me preguntó ¿no contaste nunca lo que pasó, verdad?”. Claro que no, Gago, respondí y nos despedimos. Al rato volví a recordar no el incidente sino la frase que esa tarde leía en el libro de Hermann Hesse: Ninguna palabra sirve para explicar los secretos que guarda la amistad.

La llamada.Durante ese nostálgico pasillo del año que son las navidades, los amigos suelen telefonearse para intercambia...
25/12/2023

La llamada.
Durante ese nostálgico pasillo del año que son las navidades, los amigos suelen telefonearse para intercambiar saludos, arreglar malentendidos, olvidar ofensas y desearse la mejor suerte si no la han tenido. Desde hacía tiempo, Bárbara disfrutaba de las improvisadas pero siempre seguras apariciones telefónicas de Albert, sin importarle dónde y con quién se encontrara. Sus palabras en esa temporada del año eran el aliento vital para sobrevivir en medio de una existencia mustia tras haberse casado con la persona equivocada. Por eso, ansiaba tantos los saludos de Albert en navidad. No olvidaba cuánto había significado para ella y aunque fuera por breves minutos ansiaba mantener vivos aquellos ideales tejidos en la juventud. Hasta que un año dejó de telefonear y Bárbara no recibió más señales suyas. Así que, sin entender las razones de semejante olvido decidió emprender ella sola su búsqueda, guiada solamente por la intuición y a riesgo de que en el camino ella también se extraviara y que tampoco pudiera regresar y volver a conectarse con el mundo. Todavía sigue sin aparecer.

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