30/10/2024
En 335 a.C. Aristóteles llegó a una curiosa conclusión: El temperamento de un hombre en la cama, afecta el s**o futuro del niño.
Creía que la principal característica sexual de un hombre es el “calor”, mientras que la principal característica de una mujer es la “frialdad”. Si durante las relaciones sexuales el “calor” de un hombre tiene una temperatura como “para comer si quemarte”, simplemente este [hombre] solo está buscando placer. Quiere decir que si el “calor” del hombre es bajo o, algo que puede suceder, el “frío” de la mujer es muy intenso, digamos que irresistible, en definitiva, superior al “calor” del hombre, entonces el resultado será una niña. En definitiva, la teoría del cálculo: si quieres un heredero varón, pon más pasión en la cama.
Sin embargo, de hecho, la teoría de Aristóteles estaría completa si, como dicen: si no estas “estás al loro”, ¡al menos mantente abrigado!