18/02/2025
Caso Malvinas: «No tenemos un examen oficial que confirme que los cuerpos son de nuestros hijos»
Luis Arroyo camina siempre con una biblia en sus manos. Es cristiano evangélico y la palabra de Dios es su apoyo, para no desmoronarse por lo sucedido con sus hijos Ismael y Josué Arroyo.
Los niños, junto a Saúl Arboleda y Steven Medina, fueron detenidos por un grupo de 16 militares, el 8 de diciembre de 2024, en el sector de Mall del Sur, en Guayaquil. Los uniformados los trasladaron a la parroquia de Taura, en el cantón Naranjal, en la provincia del Guayas. Ahí los niños desaparecieron y sus cadáveres fueron hallados, el 24 de diciembre.
Han pasado más de dos meses desde la desaparición de los niños, y hasta hoy no hay sentenciados. La Fiscalía, además, ha aplazado en dos ocasiones la reconstrucción de los hechos.
Sin embargo, Luis Arroyo no se cansa. Camina erguido, con fe, exigiendo que no haya impunidad en este caso. “El señor me tiene fuerte, nos recompensará”, dice sin titubear.
¿Por qué es importante que se realice la reconstrucción de los hechos?
Porque hasta ahora no sabemos qué día los ejecutaron, si fueron baleados, torturados. ¿No sabemos por qué los quemaron? ¿Con qué gasolina los quemaron? No tenemos el examen oficial, del médico forense de la Fiscalía, que nos certifique que son nuestros hijos los que encontraron en Taura. No sabemos.
¿Estas son las preguntas que se hacen y no tienen respuesta hasta hoy?
No tenemos respuestas. Y tenemos derecho a saber la verdad. Queremos saber la verdad, queremos justicia. Y que respondan estas personas, que cometieron este hecho aberrante contra nuestros hijos. De llegar a esto tan horroroso que estamos viviendo nosotros como familia.
¿Tienen dudas con el procedimiento de reconstrucción de los hechos?
Sí, tenemos dudas, porque lo que hay en ese expediente es como una coartada que han hecho todos los 16 militares. Decir que los cogieron (a los niños) en Mall del Sur y los llevaron hasta Taura. Que los iban a dejar en un UPC de Taura – Reina del Quinche, y antes tomaron un desvío. En ese desvío había llovido. Cayó un rayo y partió un árbol. Ese árbol cayó en media calle. Ahí se bajaron los chicos, a ayudar a mover el árbol. Y ahí, supuestamente, los niños habían rogado para que los dejen ahí botados. Ellos (los militares) tienen que validar todo lo que dijeron en el expediente. Tienen que comprobar lo que dijeron. Porque si un rayo cae en un árbol tiene que estar quemado, tiene que estar la evidencia.
¿El Gobierno se ha comunicado con ustedes?
Hasta ahora no nos ha dado un sentido pésame, no se han solidarizado con nosotros, ni siquiera nos ayudó en los actos fúnebres: una bóveda, una caja mortuoria. Lo único que han hecho es dañar la honra de nuestros hijos, discriminarlos, tratarlos de terroristas, cuando mis hijos eran estudiantes. Los cuatro chicos eran estudiantes. Incluso mi hijo Ismael Arroyo, él es futbolista. Él es federado.
¿Dónde jugaba su hijo Ismael?
Él es el mayor, de 15 años. Él es volante extremo izquierdo. También juega en la posición de delantero. Está federado en la escuela de fútbol Richard Borja. Él ya está registrado en la federación como jugador profesional. Jugó en la selección de Ecuador. Jugó en Emelec y en equipos de la Sierra. Él estaba en su campeonato profesional de Asoguayas. Mi hijo es estudiante. No ha participado en ninguna banda, peor tener tatuaje. No sé cómo esta gente ha dañado la honra de nuestros hijos, tratándoles de delincuentes, terroristas, ladrones, cuando la realidad es otra.
¿Su hijo Josué practicaba el fútbol?
A él también le gusta el deporte. Pero él no está federado. Jugaba en escuelas del barrio, en la de un profesor que se llama Sport Valle. Y también se dedica al estudio. Es un buen estudiante.
¿En qué futbolistas se inspiraban sus hijos para jugar al fútbol?
Mi hijo Ismael se inspiraba en el juego de Neymar Junior. Él quería ser como él: ir a Brasil, a Francia. Y a mi hijo Josué, en cambio, le gustaba el estilo de juego de Mbappé. Quería llegar a la élite del fútbol, para sacarnos de la pobreza. Ellos le decían a su mamá que le iban a comprar una casa, que la sacarían de la pobreza a través del fútbol. Esa era su inspiración: salir adelante, luchar, porque nosotros vivimos en un barrio vulnerable. A través del fútbol y el estudio querían salir de esta pobreza.
Tras esta tragedia, ¿cómo está intentando recuperarse?
Sí nos quebrantamos, somos vulnerables. Pero Dios hace la victoria. Dios va a recompensar todo el esfuerzo que estamos haciendo por nuestros hijos, para que esto no quede en la impunidad y que se haga justicia. Queremos saber la verdad. Tenemos derecho a saber la verdad. ¿Qué fue lo que pasó con nuestros hijos? Hasta ahora el presidente de la República no se ha pronunciado a través de nosotros, no nos ha llamado, nunca nos dio un sentido pésame, peor una funeraria para enterrar a nuestros hijos. Solamente se han dedicado a discriminar a nuestros hijos, a dañar su honra.