30/11/2022
*El verdadero origen de lo que pasó en la Pandemia
"Este colapso sanitario lo anunciaron en un programa deTV en diciembre de 2020 ante los ataques de algunos.
Inocularon a miles de médicos y enfermeros que están cogiendo bajas constantes por “Covid” y otras muchas afecciones derivadas de haberse inyectado varias dosis tóxicas y de estar doce horas al día con las mascarillas puestas. Tres años haciendo esto causan estragos.
A estas bajas le hemos de sumar el hecho de que los pacientes se hayan multiplicado por tres porque los vacunados están dando análisis anómalos y patologías de todo tipo que hacen que millones de personas pidan citas médicas y pruebas sin parar casi cada semana.
El tercer factor es el que explico en mi libro con amplitud, el sector sanitario se encuentra inmerso en una profunda depresión personal causada por remordimiento de conciencia. Miles de médicos que recomendaron a sus pacientes y familiares vacunarse están viéndolos morir por eso, y aunque no lo digan lo saben, o lo sospechan. Esto, que llamo en mi libro el síndrome de Judas, es la mayor causa de bajas por depresión en cualquier gremio.
Muchos de los médicos que recomendaron las vacunas no tenían ni idea de lo que hacían, simplemente obedecieron a un sistema en el que creen desde hace años. Son buenas personas que se equivocaron y actuaron con soberbia. Ahora muchos se están dando cuenta de que colaboraron en una masacre, y eso para alguien que dedicó su vida a curar debe ser muy duro.
Les obligan a mentir cada día. Entran pacientes uno tras otro, muchos preguntando si lo que tienen es por las vacunas, y los doctores les mienten una y otra vez. Esto día tras día destruye a cualquier sanitario. Se ven cómplices de algo horrible pero no saben cómo salir, ello repercute en más bajas.
Sanitarios inmunodeprimidos y psicológicamente deprimidos justo cuando los hospitales y consultas están llenos de pacientes vacunados buscando respuestas, muchos ya muy nerviosos.
Todos ellos saben en el fondo lo que pasa, porque se lo advertimos y no quisieron hacernos caso.
Que vayan ahora a Tele5, a la Cuatro o a La Sexta a protestarles a los locutores, periodistas y famosos que les dijeron que se vacunaran.
Menos sanitarios y más pacientes, cánceres disparados, neumonías como nunca, ictus, infartos, bebés, niños y adolescentes con toda suerte de nuevas patologías... una catástrofe que anunciamos.
Y nos quieren desviar la atención hacia el CCA (Cambio Climático Acojonante), hacia este o aquel gobernante, hacia señuelos, capotes de despiste... pero la verdad es que más de 50.000 personas han mu**to en España sin causas reconocidas, un goteo de casi 200 personas al día que no cesa y que no cesará.
Una masacre, una matanza, un genocidio delante de nuestras narices que la mitad de la población se niega a ver porque es cómplice.
Muchos eran “ya mayores”, otros tenían “vida poco saludable”, algunos “tuvieron cáncer hace años”, los más tienen “mala suerte” por tumores nuevos y fulminantes, demasiados tuvieron “golpes de calor”, los más es porque no acudieron a consultas a tiempo... excusa tras excusa, pero las cifras son pertinaces, la epidemiología no miente, el concepto estadístico llamado EXCESO DE MORTALIDAD no puede ser obviado, máxime cuando coincide como un guante con las distintas dosis de vacunación en todos los países y clases de edad del mundo.
Los sanitarios, manipulados políticamente, tratan de consolarse buscando culpabilidades externas: nos pagan poco, trabajamos mucho... Echan balones fuera para no encarar que se sienten muy mal por haber colaborado activamente en intoxicar a sus propias familias y pacientes.
No son diablos, tienen que estar sufriendo, con sus conciencias destrozadas, yo lo estaría.