09/10/2024
MARÍA COMO MADRE DE DIOS
Tres simples pasos para entenderlo:
1. Ninguna madre es creadora de su propio hijo.
2. Si una mujer tiene 9 meses a un bebé en su vientre, le da a luz y lo cría, ¿qué es esa mujer para ese bebé?
3. Si ese bebé es Dios, ¿madre de quién es esa mujer?
Una explicación más:
Jesucristo, el Verbo de Dios, es una Persona Divina, y cuando fue hecho hombre no dejó de ser esa misma Persona Divina. Es decir, María es madre de la segunda Persona de la Santísima Trinidad, de Dios mismo en Persona.
Vamos a la Biblia:
María concibió del Espíritu Santo (Mt 1,18-20; Lc 1,31-35), y el Santo ser (Lc 1,35) es Dios con nosotros (Mt 1,23), el Verbo Divino hecho carne (Jn 1,1-14), Dios mismo en carne (Ro 9,5), nacido de mujer (Gá 4,4), Jesús (Mt 1,21-25; Lc 1,31), el Hijo de Dios (Lc 1,35). Por eso María es la madre del Señor (Lc 1,43) nuestro Dios (Jn 20,28).
Debemos saber bien quién es Jesús para que conozcamos quién nació de María: Jesús es el Verbo que existía en el principio (Jn 1,1), Él en el principio fundó la tierra, y los cielos son obra de sus manos (Heb 1,10), todas las cosas (creadas) por Él fueron hechas y sin Él nada (de lo creado) se hizo (Jn 1,3), pues por medio de Él fue hecho el universo (Heb 1,2), en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; todo fue creado por medio de Él y para Él (Col 1,16). Y Él es antes de todas las cosas (creadas), y todas las cosas (creadas) en Él subsisten (Col 1,17). Y siendo Dios (Jn 1,1), igual a Dios (Jn 5,18; Fil 2,6), se hizo hombre y habitó entre nosotros (Jn 1,14; Fil 2,7-8; Ro 9,5), y fue Dios con nosotros (Mt 1,23). Él es nuestro gran Dios y Salvador (Tito 2,13; 2P 1,1), nuestro Señor y Dios (Jn 20,28), el verdadero Dios y la vida eterna (1Jn 5,20), el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas (Ap 22,6), el Primero y el Último, el que vive y estuvo mu**to, más vive por los siglos de los siglos (Ap 1,17; 22,13), el Alfa y la Omega, el Señor Dios, Aquel que es, que era y que ha de venir, el Todopoderoso (Ap 1,8; 22,12-13.20); Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén (Ro 9,5).
Evidencias tempranas:
Madre de Dios (Θεοτόκος) en los primeros siglos:
- Sub tuum praesidium del año 250.
- San Dionisio de Alejandría en el año 260, en una epístola a Pablo de Samosata.
- San Atanasio de Alejandría en el año 330.
- San Gregorio Nacianceno en el año 370.
- San Juan Crisóstomo en el año 390.
- San Agustín en el año 400.
- Teodoreto escribió en el año 430 que llamar a la Virgen María "Madre de Dios" es Tradición Apostólica.
- San Cirilo de Alejandría finaliza el Concilio de Éfeso (año 431) con estas palabras:
"Te saludamos, oh María, Madre de Dios, verdadero tesoro de todo el universo, antorcha que jamás se apagará, templo que nunca será destruido, sitio de refugio para todos los desamparados, por quien ha venido al mundo el que es bendito por los siglos. Por ti la Trinidad ha recibido más gloria en la tierra; por ti la cruz nos ha salvado; por ti los cielos se estremecen de alegría y los demonios son puestos en fuga; el enemigo del alma es lanzado al abismo y nosotros, débiles criaturas, somos elevados al puesto de honor."
Y relataba también la actitud del pueblo cristiano, que es un interesante testimonio de la belleza e importancia de lo que llamamos el sensus fidei:
"No se puede imaginar la alegría de este pueblo fervoroso cuando supo que el Concilio había declarado que María sí es Madre de Dios y que los que no aceptaran esa verdad quedan fuera de la Iglesia. Toda la población permaneció desde el amanecer hasta la noche junto a la Iglesia de la Madre de Dios donde estábamos reunidos los 200 obispos del mundo. Y cuando supieron la declaración del Concilio empezaron a gritar y a cantar, y con antorchas encendidas nos acompañaron a nuestras casas y por el camino iban quemando incienso. Alabemos con nuestros himnos a María Madre de Dios y a su Hijo Jesucristo a quien sea todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos."
Palabras del mismo padre del protestantismo:
"Ella con justicia es llamada no solo madre del hombre, sino también Madre de Dios, es cierto que María es la Madre del real y verdadero Dios". (Lutero, Sermón sobre Juan 14, 16: Trabajos de Lutero, St. Louis, ed. Jaroslav, Pelican, Concordia, vol. 24, p. 207)
"También sabemos muy bien que Dios no derivó su divinidad de María; pero de eso no se desprende que por tanto sea incorrecto decir que Dios nació de María, que Dios es hijo de María, y que María es madre de Dios". (Martin Luther (2007 Theodore G. Tappert, ed. Selected Writings of Martin Luther. Fortress Press. p. 291, Sermón sobre Jn. 20, 24, 31).