12/09/2024
Cuestionando el valor dogmático atribuido a la historiografía oficialista, José Morbán crea su más reciente colección, Orgullo Nacional, en la que juega con la materialidad y desarticula los conceptos y mitos del relato nacionalista para ofrecer otro foco sobre los imaginarios de la dominicanidad construidos desde el poder.
La exposición resulta de un proceso de investigación en el que Morban, acompañado por la curaduría de Laura Castro, examina eventos y lugares históricos, así como la retorica que los enmarca, develando cómo el miedo al otrx es parte del legado patriótico de las narrativas hegemónicas sobre la identidad nacional. Así, la serie de pinturas de garitas militares evidencian un Estado cuyo modo centinela se agudiza en dirección hacia el oeste, como monolitos en el paisaje que anuncian una amenaza y la vigilancia como protección. La hipérbole de esta retórica, capturada también en pintura, se concentra en la frontera, marcada por la iconografía fálica que distingue el territorio dominicano, geográfico y simbólico, del lado haitiano.
Los dispositivos discursivos del trujillato y los que reproducen sus fundamentos, crean la ficción de un Estado que protege los intereses nacionales, cuando en la práctica el aparato estatal funcionó como medio para el saqueo y el enriquecimiento de particulares. Recurriendo a distintos medios y materiales, Morbán expone con creatividad estas contradicciones. La reproducción en dibujo de imágenes alusivas a la CORDE (Corporación de Empresas Estatales) nos indican al servicio de quienes se ha dispuesto el Estado. La violencia y afán de lucro con base en la explotación también son señaladas con la escultura de cáscara de caña de azúcar, así como las obras de tejido de yute que referencian la plantación de sisal instaurada por el régimen en Azua, que fue, además, campo de tortura.
A través de su arte, Morbán nos invita a leer entre líneas y a seguir otras señas para la construcción de una historia fuera de los márgenes del poder.
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