14/09/2017
Respuesta a Milton Ray Guevara
Por Fausto Herrera Catalino
“No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo”.
Víctor Hugo
El magistrado Milton Ray Guevara, en una declaraciones recientes, calificó de un “Golpe a la Constitución” al contenido esencial del Manifiesto 3; que firmaron 267 ciudadanos de diversas profesiones, activistas sociales y políticos.
Dicho criterio o sentencia personal, deliberada y con alevosía; constituye un desacato, del magistrado, al Artículo 2 de la Constitución Dominicana: “La Soberanía reside exclusivamente en el pueblo, de quien emanan todos los poderes”.
En base a ese principio fundamental, el Manifiesto de los intelectuales postuló un Acuerdo Político y Ciudadano. La Constitución que, dice el magistrado defiende, prevé la prerrogativa de Libertad de expresión en su Artículo 49.
El Juez Constitucional se atribuyó un papel orientador y pedagógico para defender la Constitución, lo cual, contradictoriamente, distorsiona con su infeliz comparación con “el golpe perpetrado contra el gobierno del presidente Juan Bosch, el 25 de septiembre del 1963.”
Al referirse a la petición de supresión del mandato actual y la solicitud de nuevas elecciones generales y convocatoria de la Asamblea Constituyente que hicieron los supradichos; el magistrado, obvia, aposta, que los mandatos a los cuales ahora sirve, éticamente, son la cara opuesta de la transparencia con que gobernó el fundador del hegemónico partido en el poder.
Platón, en el primer libro de la Republica, hace la siguiente definición ética de la justicia “Mi doctrina –dice por boca de Trasímaco- es que la justicia es simplemente el interés del más fuerte.”
Es sabido por el magistrado Guevara que en la Comisión de las reformas a la Constitución de 2010, de la cual fue miembro destacado y luego premiado con el cargo que exhibe. Por su aprobación, en avieso contubernio, se bloqueó el acceso a las vías del plebiscito y del referéndum revocatorio de mandato.
El doctor Luis Gómez Pérez, por las violaciones a las modificaciones aprobadas, renuncio de la Comisión Presidencial para la Reforma Constitucional que designó el presidente Leonel Fernández Reyna.
Más aun, un recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el referido jurista junto a los doctores Ramon Antonio Veras y Luis Scheker Ortiz “sobre la base que de lo que se trató no fue de una reforma, sino de una nueva Carta.” La jueza Katia Gómez rechazó el recurso de amparo, lo que confirmó lo que observó Platón hace siglos.
El presidente del Tribunal Constitucional en su transfuguismo por el Estado no puede justificar su afirmación “Nada fuera de la Constitución”. Ha sido protagonista de notorios desacatos a la Constitución, incluyendo su famosa Sentencia 168-13. Otra prueba, se hizo el sueco con la anómala reforma que implantó la reelección, en el 2015.
Irónicamente, en 1994, fue comisionado por el doctor José Francisco Peña Gómez, en la redacción del “Pacto por la Democracia”, que limitó a dos años la fraudulenta reelección al doctor Joaquín Balaguer y la convocatoria a nuevas elecciones presidenciales en 1996.
Allá se fraguó el “Pacto Patriótico o el Camino está definitivamente cerrado” que su secuela, hoy todavía, cercena el sistema político, por cuanto urge un Nuevo Orden Democrático.
Por consiguiente su llamado “Es hora de fortalecer nuestra democracia, con el diálogo entre todos los sectores...”, es pura demagogia de quien negó su origen humilde para servir a la oligarquía. 12 de septiembre de 2017