28/11/2024
Enriquillo. Santo Domingo (República Dominicana), ú. t. s. xv – Boyá, Azua (República Dominicana), 27.IX.1535. Cacique de la provincia de Barohuco (La Española).
Nacido en Santo Domingo en el último tercio del siglo xv, Enriquillo fue educado por los franciscanos que lo criaron, en su convento de Jaragua, en la religión y lengua de los españoles. Se casó con Mencía, una india de noble linaje. Fue encomendado en el repartimiento de Alburquerque de 1514 a Francisco Valenzuela, en San Juan de la Maguana, cuyo hijo lo maltrató, quitándole una yegua que tenía y abusando de Mencía. Por esta razón, el cacique se quejó ante el teniente de gobernador de la villa, Pedro Vadillo, quien no le hizo ningún caso. Enriquillo se trasladó, entonces, a Santo Domingo para presentar su queja a la Real Audiencia, tribunal que dio unas instrucciones, al parecer favorables al cacique, y a las que Vadillo no hizo caso. Ante tal injusticia, Enriquillo decidió sublevarse, en 1519, junto a un grupo de indios y convirtiendo las montañas de la zona en su principal centro de operaciones.
Tanto Valenzuela como Vadillo, al frente de unos setenta hombres que fueron enviados desde Santo Domingo, trataron con poco éxito de doblegar a Enriquillo, quien, aprovechando el terreno y lo escarpado de esos lugares, a la vez que el conocimiento de las armas y forma de combatir de los españoles, salió airoso de los ataques españoles. En 1526, el capitán Hernando de San Miguel, al mando de ciento cincuenta hombres, decidió una nueva estrategia de lucha: arrasó todos los conucos de la zona con el fin de cortar los suministros a los sublevados. Ante tan difícil situación, Enriquillo propuso al capitán San Miguel una tregua que fue aceptada por las autoridades de Santo Domingo y en la que pidió que participara como intermediario suyo el franciscano fray Remigio recordando viejos tiempos de enseñanza y educación a su lado. Enriquillo aprovechó la paz para trasladarse con gran sigilo a la parte oriental de la Sierra del Bahoruco, donde sembró nuevas plantaciones de cazabe que le garantizaban el mantenimiento de su pueblo. Poco antes había asaltado la estancia de San Miguel en Yáquimo.
(dbe.rah.es)
-Continuará-