25/10/2024
¿Ganas? No, no tengo deseos de hacer nada.
¿Qué quiero? ¿Cuál es mi más profundo anhelo? Que regrese Cristo ¡Yeshua Melej Ha Mashiaj!
No quiero los noticieros donde ves personas que se asesinan unas a otras por un odio ancestral. Ni tan siquiera es por la tierra...
No quiero ver que condicionen la inocente mente de un niño para ser asesinos de los que les dicen son "cerdos y monos" mujeres y niños como "escudos humanos" verlos morir sin tan siquiera pensar que ambos bandos son descendientes de su padre Abraham. Que en lugar de misiles deberían haber abrazos...
No quiero saber de los que pretenden cambiar la identidad a un infante. No quiero saber de los que abusan de su ingenuidad y pureza.
No quiero saber de padres y madres que tratan violentamente a sus hijos y no les importa cuando comienzan asesinando un lagarto, luego un pájaro, luego un pequeño animalito. Y crecen con el desenfreno de la violencia y la amargura que los marca!
No quiero enterarme que por una sociedad a oscuras, completamente a oscuras, murieron siete personas en las provincias orientales, porque no tuvieron la ventaja de la comunicación. Porque no se enteraron a tiempo de la llegada del huracán Oscar! Y quedaron atrapados por la violencia de las aguas y los vientos...
No, no quiero saber de las crueldades de que es capaz el hombre, las he vivido, no quiero recordar...
No tengo ganas de nada. Arrastrar mi cuerpo tan adolorido, cuesta. A veces no me alimento porque se me tranca la garganta! Me duele el hambre de tantos! De aquel anciano que vi comer un pan mohoso de la basura, de aquel niño que no tomó su yogurt porque dentro de la bolsa había una rana! De aquella madre que en un hospital estaba y pedía a sus hijos que le llevaran un jugo y ellos estaban muy ocupados... Me duele el alma.
Me duele la maldad de los hombres.
Me duele no llevar a mi Padre celestial una corona con más perlas.
No salgo a buscar perlas...
Cuando mi cuerpo está como "pegado a la cama" cuando me hundo en mi almohada, cuando me pongo en posición fetal buscando alivio al dolor y quisiera dormir y dormir ¡porque no quiero hacer nada! Nada que aumente el dolor de mi cuerpo y de mi alma!
Entonces escucho sus vocecillas, vocalizan para mí lo sé... Y hasta siento sus garritas arañando la puerta de mi habitación. Me llaman. Me levanto tragando mis lágrimas, ya no importan. Les alimento, les doy amor, y logran sacarme una sonrisa. Y se me olvida hasta que en mi cumple 60, mi país estaba oscuro, mi vestido nuevo quedó colgado, no tomé del helado que quería. Y que nada importa, nada ¡sólo que tengo cuidarlos!
