26/01/2025
¡La VOZ del Arte‼️
Redes, hilos, tejidos, Bio/cultura
El arte textil de Rocío Ajún Apuy
Por Luis Fernando Quirós Valverde
ArTISTA VISUAL
Artista nacida en Tilarán, Guanacaste, Rocío Ajún Apuy (1959); su arte, y el que en particular exhibe este 2024-2025 en el Museo de Liberia para el Bicentenario de la Anexión, asemeja un galeón flotante e ingrávido con sus mallas echadas en las aguas -marinas o del río-, propio esas aguas que corren por los cauces imprevistos hasta llegar al mar.
En su arte hay red, hilos, memorias. Dichas mallas son, de las apariencias formales más cercanas y presentes en rodo lo que ella crea: nos recuerdan el significado de las redes de pesca (con las connotaciones sociales, culturales, económicas que representan para las poblaciones costeras), están las redes familiares, las redes o ramajes del árbol de la cultura que le dio origen, como en su caso las de los migrantes chinos que llegaron a estas tierras de esperanza, y que son componente de esta amplia pluralidad guanacasteca.
Pero su arte posee también el signo de la frondosa y acogedora espacialidad que provocan sus obras textiles, son similares a la copa del Árbol Nacional de Guanacaste (Enterolobium ciclocarpum), en la recién expuesta revive la cromática de sus chorejas.
Tengo presentes algunas de sus instalaciones, ensambles textiles con hilos que proceden de sus memorias familiares, como evocar a su padre un gran galeón de aquello que surcaron mares, que ancla a los suyos, tan importante como cohesionar o retejer su propia identidad que se amarra en hilos, cuerdas, trenzas.
La vimos extender en 2023 esas mallas en el espacio de la Galería Rafa Fernández de la Escuela Casa del Artista. Rocío despliega el signo más amplio que aún puede extenderse más al redimensionar el concepto de una matriz de recuerdos, y sus tejidos lo permiten, tanto como evocar y crecer, porque su vida de artista está inmersa en imágenes, en materias, en cromáticas, en transparencias.
Árbol y memoria líquida
Tal y como expresé Rocío me relaciona como dije con el árbol (el tronco familiar que para ella está en su padre) y con el río, las cascadas, los vórtices, las pozas, las aguas, la lluvia o chaparrón que a veces nos moja hasta el alma; o nos revuelca en el charco de las vicisitudes de la vida y de ahí salimos enlodados pero fuertes, con mayor conocimiento pues sumirnos en el lodo (tierra y agua) conduce a revivir la metáfora del renacer dentro de aquella cueva del mundo bajo las montañas donde está los mantos acuíferos que, en tanto son estanque, conducen a evocar los nenúfares donde renace “Ophelia”, del pintor británico Jonh Everet Millais, y predicar que todos tenemos esa opción, cuando no perdemos de vista las memorias de las aguas.
Esa memoria líquida o inmaterialidad, sucita una importante reflexión e importa mucho observarla como un punto de quiebre donde apreciar mejor la vida, en tanto es uno de los elementos que nos dona el planeta y el Creador del Universo, o la Madre Naturaleza, junto con el aire, el fuego, la tierra, y la cultura.
Si realmente creyéramos en eso, no la desperdiciaríamos, no talaríamos árboles tan ligado a los procesos acuosos que originan la lluvia y el mejoramiento de la atmósfera.
Disentir de prácticas extractivas
Importa hundirnos aún más -tal y como aprecié en una publicación de L´Hoxa, en el significado del vital líquido en la vida de todos, que al ser un don gratuito del planeta, muchos creen que se puede desperdiciar. Pero cuando más se necesita, como en los meses de seco verano y extremos calores, es que corremos a comprarla, por una botellita debemos pagarla altos precios. Eso lo entendió el comercio global, y si ayer y aún hoy el costo del petróleo nos embaucó a gastar en combustibles, aceites, repuestos, hoy, en la engañosa calidad de vida, por el agua se nos cobran los antojso de los falsos defensores de la ecología: el comercio global.
En algunos países para comprar un botellón de agua hay que encargarla con previo pago, y la entrega se da hasta tres días después, y, comprar un botellón para lavar la ropa, otro para cocinar, para el aseo personal, para apagar la sed. Antes sólo nos preocupaba el ciclo del agua y la lluvia, hoy nos preocupa el ciclo del comercio que nos tiene atados como esclavos obligados a comprar.
Holismo y círculo de la vida
Los artistas en su trabajo creativo reflexionan en estos tópicos de la vida, y ofrecen visiones de enorme interés, como el textil hecho de telas incluso recogidas de la basura creado por Rocío Ajún, quien al crear esa cascada de 300 x 100 cms, formada por vórtices y turbulencias del río, titulada “Nihu”, en lengua originaria Chorotega, conlleva decirle al planeta con el lenguaje de las emociones y el holismo cuán grande y bello es.
Pero qué importante que ella ponga el visor de su conciencia en este abordaje, en tanto que en la medida de sentir el deseo del líquido, ejerza o motive nuestra reflexión crítica. Al meditar estamos afinando las palabras para tener agua, que las raíces de los árboles hundan en el terreno los gases efecto invernadero provocadoras por el calor y los humos contaminantes, y que las hojas de los árboles envíen a la atmósfera las partículas de oxígeno purificadas cada noche, y que las nubes se auto conformen al reunirse con el hidrógeno y producir lluvia como ciclos de una necesidad desesperada.
¡Que el suelo no cese de hundir en su vientre los gases tóxicos para que no envenenen el aire que respiramos!
Como punto de inflexión para el comentario, importa que en el proceso creativo simule estos nuevos componentes del lenguaje, lo que llamamos el flujo, cuando la auto conciencia desaparece, el tiempo se desvanece colmándose de actividad creativa la cual nos absorbe. Acotan Briggs y Peat autores de “Las Siete Leyes de la Teoría del Caos”: “Se alcanza una intensa clarividencia acerca del momento en sentido preciso de los movimientos que se ejercen, y no existe la menor preocupación por la posibilidad de equivocarse”.
Para que, sumidos en la circularidad de ese tiempo creativo que denominamos holismo, que se escuchen los cantos de las aguas, los diálogos de las corrientes encausadas río abajo, que, como decía Heráclito, aunque siempre sean aguas jamás las veremos pasar de nuevo las mismas delante de nuestra mirada.
Conciencia crítica
Se que escribir y publicar este pensamiento no es igual que sembrar, o recoger la basura que otros humanos insensibles tiran en aceras, caños, la cual tarde o temprano llegará al río y por ende al mar. Los holones son responsables de transmitir este lenguaje a la naturaleza para que cada día existan procesos creativos en la naturaleza, con el árbol, la atmósfera, la lluvia, los ríos y la musicalidad que provoca al viento a mecer los ramajes en el bosque, no es falsa narrativa, en una poética compungida por tanta realidad.
El lenguaje textil
Hay, en estos textiles de Rocío Ajún, espirales que nos profundizan o por el contario nos expanden; hay sogas en los aires que pueden sostener el viento para provocar a las nubes, y simular el universo. Hay toroides, agujeros negros, hay cuántica, y, como dije, vórtices cuando una piedra divide el flujo del río las separa pero al volverse a juntar en una poza vierten su creatividad, y nunca son las mismas.
Pluriculturalidad en el arte contemporáneo guanacasteco
Rocío es una artista presente en el evento con conmemoró, en el Museo de Guanacaste, el Bicentenario de la Anexión, con el Festival Internacional de las Artes FIA Liberia 2024. Pero ocurrió precisamente con un tiempo atmosférico alimentado por uno de los vórtices de la atmósfera, un huracán, que al succionar las humedades abundantes en esta región provocó tal cantidad de lluvias que los ríos crecieron y provocaron desastres.
Sin embargo, en ese Estado de Emergencia declarado por las autoridades respectivas, esta muestra se realizó, y Rocío y sus hijos se subieron a las paredes de la antigua Comandancia de Liberia para colgar el espléndido tejido, titulado “5- 007- 803- 41”, en honor a la cabeza de su árbol genealógico del cual se desprenden potentes ramajes.
Si, la naturaleza como Madre dadora cuando la afectamos ella devuelve la estocada, al lanzar basura e incrementar las emisiones de gases tóxicos a la atmósfera, talar bosque, ella se resiente y devuelve lo echo pues la vida es un interaccionismo simbólico ineludible. Los sabios de nuestros pueblos originarios de Mesoamérica la representaron con la espiral de paso continuo, la Pachamama, la serpiente ensortijada en sí misma, pero cuando se le molesta clava sus colmillos.
Razón tiene Rocío para llamar a una de sus piezaa con el vocablo chorotega “Nihu”, pues los ancestros vivieron en armonía con el entorno, lo respetaron y defendieron, y de ahí la fortaleza de su cultura.
Esta instalación evoca, ahí anclada en el espacio del museo, una de las naves o galeones del admirante Zheng He, que cien años antes de la llegada de Colón a América, ya navegaba por todas las aguas de Oriente mostrando su ímpetu de migrante.
destacados
Luis Fernando Quirós Valverde
Güitite
Fotografías RAA