Viaja por Colombia, Disfruta la magia de conocer y sentir la inmensa paz del caribe colombiano💚
04/10/2024
ZONA BANANERA ES HISTORIA🌄
Un pueblo que despierta con la madrugada y trabaja al compás de sus sueños.
Zona Bananera, donde la vida comienza antes de que el sol despunte, el municipio se levanta al ritmo de su gente.
A las 4:30 a.m., mientras la oscuridad aún cubre el horizonte, ya hay manos que se alistan para trabajar. Algunos preparan el terreno para un largo día de faena, mientras otros en casa cocinan el desayuno que acompañará a sus parejas en su labor diaria.
A las 5:25 a.m., las calles comienzan a moverse; las motos zumban, las bicicletas avanzan en fila y quienes caminan lo hacen con paso firme, todos hacia el mismo destino: el campo. Aunque el sol aún se oculta tras las montañas, ya el municipio late al compás de su gente.
Quienes parten en la madrugada regresan mucho más tarde, cuando el día ha dado paso nuevamente a la oscuridad.
Entre las 7:00 y las 9:00 p.m., aquellos que han trabajado cortando banano vuelven a casa, agotados pero con la satisfacción de haber contribuido al sustento familiar. Los días aquí son largos, pero la dignidad con la que se asume el trabajo los hace llevaderos.
Las mujeres no se quedan atrás; algunas, con la misma fuerza que los hombres, empuñan herramientas en las fincas, mientras otras enfrentan el calor y la tierra con pala en mano. Sin embargo, no es raro ver a muchas de ellas asumir otros roles: vendiendo fritos en las esquinas o manteniendo en pie el hogar.
Estos fritos, dorados y crujientes, no son solo alimento, sino un símbolo del esfuerzo diario de mujeres que, desde la primera luz del día, se esfuerzan por sacar adelante a sus familias.
Esos puestos de fritos que al amanecer inundan las esquinas con su aroma son una prueba más de la lucha constante de este municipio.
Aquí, en cada rincón, se siente el esfuerzo colectivo; la unión de hombres y mujeres que, sin importar la hora ni la tarea, no descansan en su misión de trabajar, luchar y soñar con un futuro mejor.
Por: José Corro
