17/09/2024
Tu devocional
Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios nos oye; el que no es de Dios no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error." —1 Juan 4:6
Reflexión:
Vivimos en tiempos en los que la verdad parece ser moldeable, sujeta a opiniones y contextos. En redes sociales, medios de comunicación y en nuestras conversaciones diarias, es fácil encontrarse con ideas que, aunque suenen convincentes, no reflejan el corazón de Dios. Aquí es donde el apóstol Juan nos invita a reflexionar profundamente sobre la importancia de distinguir entre el Espíritu de verdad y el espíritu del engaño.
El Espíritu de verdad es el Espíritu Santo que habita en cada creyente y nos guía a toda verdad (Juan 16:13). Este Espíritu no solo nos revela la verdad del evangelio, sino que nos da discernimiento para reconocer las mentiras disfrazadas de verdad. En contraste, el espíritu del engaño busca confundir, desviar y hacernos creer que lo que es contrario a Dios es aceptable o incluso correcto.
En la actualidad, muchos han caído en el engaño de creer que todas las formas de vivir y pensar son iguales, que no hay absolutos morales y que el camino a Dios es amplio y diverso. Pero la Palabra de Dios nos enseña lo contrario. Jesús nos dijo claramente que Él es el único camino, la verdad y la vida (Juan 14:6). No hay múltiples caminos hacia Dios, ni distintas verdades. Sólo hay una verdad, y esa verdad nos hace libres.
Es esencial que como hijos de Dios permanezcamos firmes en la verdad, sin dejar que los vientos de las falsas doctrinas nos muevan de un lado a otro. En nuestras decisiones, pensamientos y acciones diarias, debemos buscar la dirección del Espíritu Santo y pedirle que nos dé discernimiento para identificar lo que viene de Él y lo que es un intento del enemigo de desviarnos. Que no caigamos en la trampa de aceptar lo que el mundo define como "verdad", sino que nos mantengamos alineados con la Palabra eterna de Dios.
Oración especial:
Señor amado, hoy vengo a Ti con un corazón humilde, buscando la guía de Tu Espíritu Santo en mi vida. Te pido, Padre, que me llenes de discernimiento, para que en medio de un mundo lleno de confusión y mentiras, pueda aferrarme a Tu verdad. No permitas que el espíritu del engaño tome lugar en mi mente o en mi corazón. Ayúdame a identificar las mentiras que se disfrazan de verdad, y a mantenerme firme en el camino que Tú has trazado para mí.
Que Tu Espíritu de verdad sea mi constante compañero, guiándome en cada decisión, en cada palabra y en cada pensamiento. Enséñame a escuchar Tu voz por encima de las muchas voces que me rodean, y a vivir de una manera que refleje la pureza de Tu evangelio. Padre, que mi vida sea un testimonio de Tu verdad, y que pueda, con amor y valentía, compartir esa verdad con los demás.
En el nombre poderoso de Jesús, Amén.
Aplicación práctica:
Busca la verdad en la Palabra de Dios. La mejor manera de reconocer el espíritu de verdad es estar inmerso en la Escritura. Dedica tiempo cada día para leer la Biblia y pedir al Espíritu Santo que te revele su significado profundo.
Ora por discernimiento. Pídele a Dios que te ayude a distinguir entre lo que es verdad y lo que es engaño. Especialmente en situaciones donde las respuestas no son tan claras, el discernimiento espiritual es crucial.
Rodea tu vida de verdad. Escoge bien a quiénes escuchas y a qué información te expones. Sigue a personas y ministerios que estén alineados con la verdad de la Palabra de Dios.
Comparte la verdad con amor. En un mundo que necesita esperanza y claridad, sé un embajador de la verdad de Cristo, pero hazlo con amor y compasión.
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