30/10/2021
Les presentamos al señor blanco, no es precisamente un hombre de luz ni mucho menos un ángel del bien.
Cuenta la leyenda que en otoño de 1923 un hombre blanco con apariencia gentil y amable, se aparecía recurrentemente por una calle solitaria y oscura a las 2:59 am, solía llamar a la gente que cruzaba la calle asolas para pedirle que le ayudara a abrir una puerta que se encontraba al fondo de un callejón de 16 metros oscuro y solitario.
Eugenia Bartolomea fue una de esas personas que tuvo un encuentro cercado con el señor blanco. Aquella noche cruzó la calle para dirigirse hacia su hogar, de repente un hombre blanco con un traje oscuro, salió de un callejón y pidió su ayuda, ella al notar que era un hombre alto con apariencia gentil y amable aceptó ayudarlo, camino a su lado durante varios metros, pero al llegar a la mitad del callejón oscuro, observó que su apariencia física cambiaba, se convertía en otro hombre con aspecto diabólico narró Eugenia Bartolomea quien al notarlo, logró salir corriendo del lugar.
Durante varios años Gregorio Bartorzky que vivía cerca del lugar, cuenta que observó personas que cruzaban la calle a las 2:59 am e ingresaban al mismo callejón, dice que nunca vio que nadie los llamara, para sorpresa suya, dichas personas nunca más volvieron a salir del callejón, como si desaparecieran en la oscuridad, como si el profundo hueco oscuro que formaba el interior del callejón se los hubiera tragado.