26/02/2024
George Cunningham:
Ha sido parte de cuatro franquicias de éxito en el cine: Star Wars, Indiana Jones, Jack Ryan y Blade Runner. De acuerdo, ésta última cuesta pensar en ella como una franquicia y el éxito, de sus dos películas en el momento de su estreno, quizá no fue tal. La primera, con los años, sí ha adquirido la condición de "película de culto".
El que empezó como carpintero en la oficina de Francis Ford Coppola en los primeros años 70, ha tenido una carrera meteórica. Pero en realidad, no empezó como carpintero: Harrison Ford ya hizo algunos papeles mínimos a finales de los 60 en cine y televisión que alternaba con su trabajo de carpintero para ganar un extra. Pero fue George Lucas quien vio algo especial y contó con él para un pequeño papel en "American Graffiti" (1973). Después vendría una de las grandes obras maestras de Francis Ford Coppola: "La conversación" (1974), en donde interpretaba, en un pequeño papel, al secretario y mano derecha del misterioso personaje de Robert Duvall.
Luego vendría su primer gran papel: "Star Wars: Una nueva esperanza" (1977). George Lucas se acordó de su personaje arrogante e inmaduro en "American Graffiti" pero con voz muy grave (para su edad) y le eligió para interpretar a Han Solo. Luego, su secuela "Star Wars: El imperio contraataca" (1980). Entre medias se puso a las órdenes de Coppola otra vez en un pequeño papel en "Apocalypse Now" (1979), una de las películas bélicas más grandes de la historia.
Poco antes del estreno de "El imperio contraataca", George Lucas invitó a Spielberg a ver la película y Spielberg, que por entonces se encontraba buscando a su Indiana Jones, señaló, en un momento dado a la pantalla, excitado: "¡Ahí está Indiana!", a lo que Lucas le replicó estupefacto: "¿Chewbacca?". "¡No, el otro!", le respondió, maravillado, con los ojos pegados a la pantalla. Vio la leyenda nacer en ese instante.
Aparte de una más de "Star Wars" ("Star Wars: El retorno del Jedi"), la leyenda se consagró con tres películas de Indiana Jones. Años más tarde, llegarían la cuarta y la quinta y última.
Ford, que es de ascendencia irlandesa y judía, alguna vez ha dicho cómo su educación le ha marcado: "Como hombre, soy irlandés. Como actor, soy judío". Efectivamente, muchos actores han dado fe de que es un hombre muy disciplinado en los rodajes y que no tolera que la gente no cumpla con su deber. No le gusta perder el tiempo y no le gusta que se lo hagan perder a él. Esa es una cualidad que le hizo conectar muy bien con Sean Connery en la tercera de Indiana Jones: los dos compartían la misma ética de trabajo. Tuvo choques con Brad Pitt por este motivo en "La sombra del diablo" y con Shia LaBeouf en la cuarta de Indiana Jones (posiblemente, el motivo por el que éste último no volvió en la quinta).
Cuando ha tenido oportunidad, ha procurado trabajar (al menos) dos veces con el mismo director. En gran parte, lo consiguió con los más grandes: Coppola (las dos mencionadas), George Lucas (también las he mencionado), Peter Weir ("Único testigo" y "La costa de los mosquitos", Mike Nichols "("Armas de mujer" y "A propósito de Henry"), Alan J. Pakula "Presunto inocente" y "La sombra del diablo") y Sidney Pollack ("Sabrina" y "Caprichos del destino"). Y, por supuesto, Steven Spielberg, quien le dirigió en el personaje más importante de su carrera (Indy) en las cuatro primeras películas. Con Ridley Scott, no se llevó bien en "Blade Runner", y quizá por eso, no volvió a trabajar con él.
El único importante con quien no volvió a trabajar fue Roman Polanski, pero bien es cierto que el director polaco no suele repetir con sus actores. Polanski le dirigió en "Frenético" (1988).
Personalmente, creo que sus mejores papeles han sido en "Único testigo" (1985), "La costa de los mosquitos"(1986), "Frenético" (1988) y "Presunto inocente" (1990). A excepción de en "La costa de los mosquitos", en las películas mencionadas, transmite un carácter noble e imperturbable combinado con una gran vulnerabilidad. Esa cualidad vulnerable la mostró especialmente bien en "El fugitivo" (1993), de Andrew Davis, una de las mejores y más exitosas películas de acción de los 90. Una década en la que el cine de ese género ya empezaba a mostrar visos de decadencia.
Cuando estaba en la cresta de la ola, también rechazó algunos papeles (dos, muy notables, fueron a recaer en Kevin Costner): Brian de Palma le llamó para "Los intocables de Eliot Ness", pero él no veía claro hacer una película sobre gángsters; y Oliver Stone quiso contar con él para "JFK", pero él se resistía a hacer cine político o que pudiese ser polémico. Como curiosidad, cuando Kevin Costner tuvo que rechazar el papel del presidente en "Air Force One" (Wolfgang Petersen, 1997), sugirió a Ford para el papel.
En los últimos años, ha tenido papeles más bien secundarios (aparte de su regreso como Indiana Jones) o de refuerzo de otros actores más jóvenes (en "Blade Runner 2049" hace este cometido con Ryan Gosling). Sin embargo, a estas alturas se puede permitir cualquier cosa. Su legado en el séptimo arte está bien demostrado. Hay quien puede poner en duda que sea un gran actor, pero su carisma y su fotogenia son indudables. Recuerda un poco a la cercanía e integridad que Gary Cooper imprimía en sus papeles.
Sabe muy bien lo que espera el público de él y lo sabe dar. Hollywood es un negocio y, posiblemente, en su vida como actor, detrás de la cámara, sea distinto. El modo en que maniobró para quitarle el papel de Jack Ryan a Alec Baldwin tras "La caza del Octubre Rojo" es un tema incómodo en Hollywood. El director de la mencionada película, John MacTiernan, se ha negado a hablar de ello en numerosas ocasiones y Alec Baldwin no le puede ni ver.
Este es el tipo de polémicas en el que los actores no son los personajes pulcros que pueden inspirar. Pero si nos ceñimos a las películas que ha hecho, podemos decir que merece la pena seguir soñando.