05/11/2024
«En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. »
► 1 Juan 4:9
¿Jugamos a "Me ama, no me ama" con el amor de Dios?
Hay un juego que todos conocemos: “deshojando margaritas”, y es para saber si la persona en mente nos ama.
Consiste en arrancar los pétalos de una flor y, en cada pétalo, pronunciar en orden: "me quiere, no me quiere." Al finalizar, el último pétalo supuestamente determina si la persona amada corresponde o no a nuestros sentimientos.
Por supuesto, nadie toma este juego en serio, y si los niños no obtienen la respuesta deseada, simplemente toman otra margarita y comienzan de nuevo. No tarda mucho en entenderse, incluso para los niños, que las flores no fueron diseñadas para revelar nuestro destino amoroso.
¿Hacemos lo mismo con el amor de Dios?
Lamentablemente, a veces deshojamos nuestras propias "margaritas" en relación con el amor que Dios nos tiene.
Definimos el amor de Dios a través de nuestra "margarita" llamada “Mi Bienestar”, y cada pétalo representa una situación: Me dieron un aumento: Me ama. No me dieron el ascenso que esperaba: No me ama. Algo en la Biblia me inspiró hoy: Me ama. Me dieron la beca para estudiar: Me ama. No respondió mi oración: No me ama... y así sucesivamente. Utilizamos estos "pétalos" de manera equivocada para medir cuánto nos ama Dios.
¿Es justa nuestra evaluación?
Cuando jugamos al “me ama, no me ama” con Dios, la evidencia parece apabullante en su contra, porque a menudo, por razones que desconocemos, Dios no hace lo que creemos que Su amor debería motivarlo a hacer. A veces, parece indiferente mientras sufrimos. ¡Con cuánta frecuencia parece estar en desacuerdo con nuestras expectativas más nobles!
Punto de acción:
Nuestra percepción no siempre es la realidad. Si definimos a Dios solo por nuestra interpretación limitada de las circunstancias, nunca descubriremos cuán grande es su amor por nosotros.
Dios nos ha dado una prueba innegable de Su amor, para que nuestra visión del "cristianismo de pétalos de margarita" sea reemplazada por la certeza de Su amor en Cristo Jesús.
Un Pétalo que Nunca Cambia
El único "pétalo" que cada día nos muestra que Él sí nos ama es este:
«Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.»
Romanos 5:8
Lectura bíblica recomendada:
1 Juan 4