04/01/2024
Rodrigo Villalba nombra funcionarios con enredos con la justicia
En un movimiento que resuena con las viejas prácticas de la política tradicional, el gobernador del Huila, Rodrigo Villalba, ha confirmado las sospechas de muchos al nombrar a tres asesores con historiales cuestionables, desafiando abiertamente los principios de transparencia y legalidad que prometió en campaña.
Primero, tenemos a Juan Carlos Ramón, exconcejal y exfuncionario de la Alcaldía de Neiva bajo la administración de Pedro Suárez. Ramón no es un desconocido en los pasillos de la justicia. Actualmente, enfrenta un proceso penal por la elección irregular del contralor y la personera durante el gobierno de Lara Sánchez. Este caso, que revive en febrero, arroja una larga sombra sobre su nombramiento.
En segundo lugar, aparece Rodrigo Hernández, abogado y exfuncionario del Hospital de Neiva. Conocido por su cercanía con el médico Rodrigo Lara Sánchez y el Partido Verde, su designación plantea interrogantes sobre las redes de influencia y favores políticos que aún operan en la región. Su suegro es el super-poderoso Luis Alfonso España, jefe de gabinete de Luis Enrique Dussan, de quien dicen se enriqueció vertiginosamente a costa del erario público, el dinero de todos los huilenses. Muchos empresarios lo catalogaron como «el peaje más grande del Huila».
El gobernador Villalba con Rodrigo Hernandez y su pareja, Camila España hija de Luis Alfonso España jefe de gabinete del exgobernador Luis Enrique Dussán. Fuente: Gobernación del Huila, 3 Enero 2024
El tercer personaje en este triángulo de cuestionables decisiones es Amin Losada, excandidato a la Alcaldía de Neiva y figura vinculada al gorkismo. Losada actualmente se encuentra bajo la lupa de las autoridades por un inusual aumento en su patrimonio durante la última campaña electoral. La venta de unos lotes situados en la vía al Caguán ha encendido las alarmas sobre la legalidad de sus adquisiciones.
Este conjunto de nombramientos por parte del gobernador Villalba no solo contradice su discurso de renovación política, sino que también reaviva el fantasma de la corrupción y el clientelismo en el Huila. Se esperaría que un líder político, consciente de su responsabilidad pública, evitara incluso la sombra de duda al escoger a sus colaboradores más cercanos. Sin embargo, Villalba parece estar jugando según un guion demasiado conocido, donde las promesas de campaña se evaporan frente a las exigencias de la política de cuotas y los favores pendientes.
En un escenario donde la confianza en las instituciones ya está erosionada, estos nombramientos no solo cuestionan la integridad del gobernador Villalba, sino que también ponen en riesgo la fe del pueblo huilense en su gobierno. Queda por ver si estas decisiones se mantendrán o si la presión pública y legal obligará a un cambio de rumbo en la administración de Villalba. Lo que es seguro es que los ojos de la ciudadanía, cansada de los mismos juegos de poder, estarán atentos 👀.