25/08/2024
La vida tiene un modo curioso de enseñarnos que, incluso en medio de las tormentas más intensas, siempre existe la posibilidad de que el cielo se despeje y nos regale un día lleno de momentos mágicos, recompensas y satisfacción. Ese día fue el 24 de agosto, durante el Fashion Show Emprendedores, un evento que se transformó en un homenaje a la perseverancia, el amor y el espíritu de superación.
Mientras escribo estas palabras, no puedo evitar que las lágrimas se deslicen por mis mejillas. Son lágrimas de alegría, de cansancio, de emociones acumuladas después de un día tan significativo. A pesar de que no pude tener a toda mi familia EMMA reunida, debido a que algunos de nuestros miembros están enfermos, incapacitados, y otros luchando con sus propios desafíos, durante toda la semana los he tenido en mi corazón. Con cada llamada o mensaje, he querido recordarles que aquí estoy para ellos, que no importa la distancia o las dificultades, el lazo que nos une es inquebrantable.
La alegría de este día no solo fue para nuestros alumnos y sus padres, sino también para los emprendedores de la Fundación Génesis, liderada por Mariangel del Rosario, a quien agradecemos profundamente por la invitación a participar en esta hermosa colaboración. Ver la felicidad y los nervios de estos emprendedores, especialmente de las mujeres que por primera vez tuvieron la oportunidad de mostrar sus creaciones en una pasarela, fue algo que me llenó el alma de una manera que ningún dinero podría comprar.
Estas mujeres llegaron con tanta ilusión, sus corazones palpitando ante la posibilidad de que sus sueños tomaran forma frente a una audiencia. Sus historias me tocaron tan profundamente que, en solo minutos, sentí la inspiración fluir, como si una voz interior me dictara cada palabra mientras escribía una reseña para cada una de ellas. En esos momentos, comprendí que la moda y el modelaje son mucho más que un espectáculo de belleza; son una plataforma para contar historias, para dar voz a aquellos que a menudo permanecen en las sombras.
Y qué decir de mi querido amigo Eduardo Lafaurie, que, aunque a menudo me saca rabietas, es una persona a la cual estimo y quiero. Después de estos 25 años de amistad, nos mantenemos unidos como el primer día. Ver a Eduardo feliz, tomando fotos a todos los alumnos y sintiéndolos como suyos, es algo que me llena de emoción en cada desfile. Eduardo, con su manera única de ver la vida, siempre ha destacado por ser una persona singular, y su presencia en este evento no fue la excepción. Su capacidad para captar la esencia de cada momento y cada persona con su cámara es un don, y su amistad es un tesoro que valoro profundamente.
Recuerdo vívidamente a Ana María, una madre que, en el aeropuerto, a kilómetros de distancia, mirando al cielo y suplicando que la tormenta cesara para que su vuelo llegara a tiempo a Montería. Su mayor deseo era ver a su hija de cuatro años caminar una vez más en la pasarela. Ese amor incondicional, esa fe y esa fuerza, son lo que hacen que momentos como estos sean tan significativos.
Ese día, también conocí a Kenis María, una joven que, aunque solo había ingresado a nuestra academia dos días antes del desfile, fue seleccionada para modelar para cuatro diseñadores. Con su belleza única, caracterizada por rasgos inconfundibles del Sinú esos ojos rasgados, pómulos marcados y cabello liso, Kenis pisó la pasarela con una confianza que solo puede nacer del corazón. Imaginar la satisfacción que debe haber sentido al caminar frente a una audiencia que la aplaudía, me llena de alegría y orgullo.
Y cómo olvidar a Pedrito, nuestro querido estudiante con Síndrome de Down. Ver la emoción en los rostros de sus familiares mientras lo veían desfilar fue un recordatorio de que la verdadera belleza reside en el amor y la aceptación. Para mí, Pedro no es solo un alumno; es casi un hijo, un sobrino. Al verlo, no puedo evitar pensar en mi querido sobrino Daniel David, otro ángel que llegó a este mundo con el mismo don. Estos momentos nos enseñan que el modelaje es un espacio donde todos, sin importar sus desafíos, pueden brillar con su luz única.
Como director de EMMA Models Agency, me siento profundamente orgulloso de cada uno de nuestros alumnos. He visto su evolución, he compartido sus nervios y alegrías, y siempre busco que cada uno de ellos se sienta grande, empoderado y profesional. Pero este éxito no sería posible sin el trabajo incansable de nuestros instructores: Keyla Poveda, Keren Hernández, Bladimir Medina, Janer González y Antonio Navarro. Ellos, con su dedicación, paciencia y amor, son la base sobre la cual nuestros alumnos se convierten en las estrellas que hoy son.
El 24 de agosto fue un día que no olvidaré. Un día que me recordó que, aunque la vida nos presente tormentas, siempre hay un arcoíris esperando al final del camino. Sigamos adelante, unidos, llenos de amor y gratitud, porque juntos, no hay obstáculo que no podamos superar. Y en cada paso, en cada logro, siempre estará presente ese lazo inquebrantable que nos hace familia, una familia que enfrenta las dificultades con valentía y celebra las victorias con el corazón lleno de alegría.
El valor de la familia y de un entorno lleno de amor, incluso en medio de las dificultades, es lo que realmente nos sostiene en los momentos más oscuros. A lo largo de este camino, he aprendido que no importa cuán duras sean las pruebas que enfrentemos, si tenemos a nuestra familia y amigos cerca, podemos superarlo todo. La unión, el amor incondicional y el apoyo mutuo son las fuerzas que nos permiten no solo sobrevivir, sino también triunfar. Este día fue un recordatorio poderoso de que, a pesar de las adversidades, cuando nos rodeamos de amor y gratitud, podemos crear momentos de magia y encontrar la fuerza para seguir adelante, siempre hacia la luz.