22/06/2024
“Geraldine sabe que la poesía nace, ante todo, de la necesidad de hacer propia una voz que viene desde lejos, una voz que nos habita desde la infancia. Esa que acompañó largas noches de vigilia, días de sol. Aquella que susurraba al oído los viejos misterios de la luz y de la sombra, la que detuvo las manos un instante sobre el vacío y lo llenó de presencias inquietantes.
Estos poemas son un camino hacia el gesto imposible de la palabra. Son también su prueba de existencia. Su pregunta. Su presente. No acuden, como muchos, a lo que han aprendido, sino a lo que falta por aprender. No hacen eco de otra experiencia más allá de la suya, de su lenguaje, de su exploración solitaria en los recintos del silencio. Allí donde no hay descanso, pero tampoco prisa. Allí donde todo brota de la tierra oscura en su tiempo, en su instante luminoso.
Geraldine escribe desde su verdad, desde su no saber. Escribe para abrir una ventana, para mirar de una nueva forma la antigüedad del sol. Sus motivos parecen simples. No hablan en voz alta. Hablan como si lo hicieran para sí mismos, para reconocerse. Cada poema levanta esos motivos hacia la luz, los examina cuidadosamente, los deposita en la palma de la mano con suavidad. La mano, entonces, apenas los advierte, apenas los escribe. Tan livianos como los huesos de un pájaro; tan ambiciosos como su vuelo.
-La palabra enraizada
atraviesa la reverberación del agua,
atrapa la luna en su vórtice de sal.-
Raíces, palabras que entretejen un sentido; el de la búsqueda inicial. Siempre fieles a su vocación de hondura, a su camino vertical, siguiendo las leyes del corazón…”
Desde el umbral, médula del silencio
Por, Lucía Estrada.
En la médula del silencio de Geraldine Arroyave forma parte de nuestra colección Elipsis, nuestra línea dedicada a resaltar la poesía como protagonista.
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