
20/01/2025
La vida me ha enseñado que nuestra verdadera esencia no siempre está en lo que poseemos, sino en lo que aprendemos a soltar.
Renunciar no ha sido fácil, pero ha sido necesario. He dejado ir personas, situaciones, caminos y elecciones que en su momento creí esenciales, solo para descubrir que aunque doliera no formaban parte del destino que quiero construir. Cada renuncia ha sido una lección de amor propio, un recordatorio de que crecer también significa despedirse de lo que no nos hace bien.
Mi cuerpo también me ha pedido renuncias: batallas internas, juicios, creencias limitantes y moldes que nunca fueron míos.
Cada cicatriz, cada curva y cada rincón cuentan historias que antes quise ocultar. Pero hoy elijo abrazarlas, porque son testigos de mi lucha, mi valentía y mi capacidad de transformarme.
Hoy, me miro al espejo con todo lo que soy: lo que logré, lo que dejé y lo que perdí. En ese reflejo veo mi historia completa y, sin juicio pero con gratitud me reconozco y me digo “aqui estoy, soy suficiente, soy fuerte, soy merecedora. Soy, simplemente, yo.”